Del sitio Instituto del Verbo Encarnado:
El 22 de marzo de 1888 Nuestra Señora se apareció en una pequeña montaña
de Castelpetroso, una localidad de la región del Molise, Italia. Dos
campesinas, Bibiana y Serafina trabajaban una porción de tierra y al
perderse una oveja que las acompañaba decidieron separarse para buscarla
por diferentes lugares. Bibiana la encontró delante de una cavidad de
la roca de donde salía una luz. Con curiosidad se acercó y en la
claridad de la luz reconoció la imagen de La Virgen Dolorosa,
semiarrodillada, y a sus pies el Hijo muerto, con la mirada hacia el
cielo y los brazos extendidos en acto de ofrenda.
El 1º de abril del mismo año, día de Pascua, nuevamente se produjo la
misma aparición pero esta vez a las dos campesinas y desde aquel
momento iniciaron las peregrinaciones al lugar de las apariciones pues
el hecho se difundió rápidamente por toda la región. Así, el 26 de
septiembre del mismo año Mons. Francesco Maccarone Palmieri, obispo de
Bojano, quiso ir hasta el lugar para «indagar» sobre las presuntas
apariciones. Llegado allí presenció él mismo una nueva aparición, tal
cual la primera, y además en aquel momento brotó una surgente a los pies
de la roca que de inmediato resultó milagrosa. El 28 de septiembre de
1891 se bendijo la piedra fundamental del Santuario, hoy elevado a la
categoría de Basílica Menor, construcción que se detuvo por los avatares
de las guerras mundiales pero, reanudada y conservando el plano
original, pudo ser finalmente consagrada en 1975. El Santuario fue
construido a los pies de la montaña y por un pequeño sendero de 750
metros se llega al lugar de las apariciones. Dicho sendero es conocido
como la Via Matris que se recorre rezando los 7 dolores de la
Virgen y está adornado de bellísimas estatuas de bronce que, a modo de
estaciones, recuerdan al peregrino los dolores de María.
Desde
1888 hasta el día de hoy esta pequeña montaña solitaria en las cercanías
de Castelpetroso no ha cesado de recibir peregrinos que se acercan a
este lugar para honrar a María Santísima, patrona de todo el Molise.
El
Santuario-Basílica de Nuestra Señora de los Dolores (Maria Santissima
Addolorata es el título en italiano), fue construido en estilo
neo-gótico, en piedra local, y se eleva solitario en la montaña como un
himno a la Virgen de los Dolores. El diseño se asemeja a un corazón, con
siete capillas laterales que representan las siete espadas que
traspasan el corazón de la Virgen. En cada una de ellas se puede ver una
pintura de alguno de los dolores de la Virgen. El sexto dolor, el
descendimiento de Cristo de la Cruz, se encuentra detrás del altar
principal de la Basílica cuya imagen es una bellísima estatua que evoca
la imagen de la aparición: la Virgen, semiarrodillada, con el Hijo
muerto a sus pies, la mirada al cielo y los brazos extendidos en signo
de ofrenda. El Santuario se distingue por la luminosidad dada por los
vitrales y por la piedra de su construcción, un órgano de tubos
destacable, los mosaicos que lo embellecen en el interior y en la
fachada, las dos grandes torres, la magnífica cúpula central y de manera
particular, por la asistencia permanente que se da a los peregrinos con
las confesiones, a cargo de la comunidad de los Frailes Menores
Conventuales allí presentes, y la celebración de la Santa Misa.
Para un lugar tan sugestivo por su belleza natural y arquitectónica,
pero sobre todo por la belleza espiritual con la que Dios ha querido
adornarlo, S.E. Mons. Giancarlo Maria Bregantini, obispo de la Diócesis
de Campobasso-Bojano, pidió al Institutodel Verbo Encarnado una
comunidad religiosa para la atención espiritual del Santuario que
consiste en la recepción de los peregrinos, el acompañamiento de los
mismos en el rezo de la Via Matris, el cuidado de la sacristía y de la Liturgia, etc.
Durante
un año se realizó apostolado allí en los períodos en los que había
mayor necesidad: Navidad, Pascua, las fiestas propias del santuario, el
mes de María, y el mes de julio que fue bendecido con la gracia
extraordinaria de la visita del Papa Francisco el 5 de julio quien
realizó allí el encuentro con los jóvenes de todo el Molise.
Finalmente
el 28 de septiembre de 2014 las Servidoras pudieron dar inicio a una
nueva comunidad, encomendada a la protección de la Virgen de los Dolores
y conformada por la Madre María de Araní, y las Hermanas María Boni
Consilii y María Madre del Verbo Encarnado. La fecha de la fundación
coincidía con las celebraciones organizadas por el 124ª aniversario de
la puesta de la piedra fundamental del templo.
Las Hermanas
estuvieron presentes en el Santuario desde la semana anterior para los
preparativos de esta fiesta que se celebra cada año. Los mismos
iniciaron con el rezo de un septenario el domingo 21, donde se exponía
el Santísimo Sacramento, se rezaban las Vísperas de la Virgen de los
Dolores, las letanías de la Virgen dolorosa y se daba la bendición
eucarística. Esto se repitió cada día hasta el sábado siguiente. Forma
parte de los festejos la costumbre que cada año un municipio distinto de
la zona recibe el cuadro «peregrino» de la Virgen de los Dolores de
Castelpetroso durante el septenario y ofrece durante todo el año el
aceite que arderá en la Lámpara votiva de la imagen de la aparición
dentro del Santuario. Así, en las Vísperas de la gran celebración el
municipio elegido para honrar especialmente a la Virgen, va en
peregrinación a pie hasta el santuario para entregar el cuadro, llevar
el aceite, y todo esto en un clima de devoción y oración. Este año fue
el turno del municipio de Pettoranello, localidad vecina a Castelpetroso
y guiaba la peregrinación el mismo intendente. Desde la tarde del
sábado no cesaron de llegar al Santuario grupos de peregrinos de
distintas partes del Molise, muchos de ellos descalzos, que con
grandísima devoción, respeto y hasta lágrimas, al llegar al santuario se
arrodillaban e ingresaban de rodillas hasta los pies del altar mayor,
precedidos por la cruz y el estandarte que identificaba el grupo.
Hermosa manifestación de amor a María y de confianza en aquella Madre
que Dios les ha dado en Castelpetroso.
Las celebraciones de la
Santa Misa desde las Vísperas parece una letanía pues es celebrada en
diferentes horarios, hasta la madrugada, y continúa el día siguiente
mientras que en los confesionarios el flujo de penitentes que se acerca
al sacramento de la confesión es continuo, por horas y horas. Durante la
noche, se realiza también una procesión con antorchas recorriendo y
rezando la Via Matris hasta el lugar de las apariciones donde se celebra otra Santa Misa, casi a medianoche.
«Monstra te esse Matrem…» dice la Iglesia cuando canta el Ave Maris Stella.
En este lugar tantos se reconocen como hijos de María Santísima, se
acercan a ella como a verdadera Madre, la invocan en sus aflicciones,
luchas, debilidades, la visitan cuando llegan al Santuario para
participar de la misa dominical y también durante la semana para
saludarla, porque aquí Ella se manifestó como Madre y la devoción de sus
hijos ha hecho de Castelpetroso un altar privilegiado para la Madre de
Dios.
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