2 de mayo de 2018

Nuestra Señora de los 7 Dolores (Italia)

El 22 de marzo de 1888 Nuestra Señora se apareció en una pequeña montaña de Castelpetroso, una localidad de la región del Molise, Italia. Dos campesinas, Bibiana y Serafina trabajaban una porción de tierra y al perderse una oveja que las acompañaba decidieron separarse para buscarla por diferentes lugares. Bibiana la encontró delante de una cavidad de la roca de donde salía una luz. Con curiosidad se acercó y en la claridad de la luz reconoció la imagen de La Virgen Dolorosa, semiarrodillada, y a sus pies el Hijo muerto, con la mirada hacia el cielo y los brazos extendidos en acto de ofrenda.
El 1º de abril del mismo año, día de Pascua, nuevamente se produjo la misma aparición pero esta vez a las dos campesinas y desde aquel momento iniciaron las peregrinaciones al lugar de las apariciones pues el hecho se difundió rápidamente por toda la región. Así, el 26 de septiembre del mismo año Mons. Francesco Maccarone Palmieri, obispo de Bojano, quiso ir hasta el lugar para «indagar» sobre las presuntas apariciones. Llegado allí presenció él mismo una nueva aparición, tal cual la primera, y además en aquel momento brotó una surgente a los pies de la roca que de inmediato resultó milagrosa. El 28 de septiembre de 1891 se bendijo la piedra fundamental del Santuario, hoy elevado a la categoría de Basílica Menor, construcción que se detuvo por los avatares de las guerras mundiales pero, reanudada y conservando el plano original, pudo ser finalmente consagrada en 1975. El Santuario fue construido a los pies de la montaña y por un pequeño sendero de 750 metros se llega al lugar de las apariciones. Dicho sendero es conocido como la Via Matris que se recorre rezando los 7 dolores de la Virgen y está adornado de bellísimas estatuas de bronce que, a modo de estaciones, recuerdan al peregrino los dolores de María.
Desde 1888 hasta el día de hoy esta pequeña montaña solitaria en las cercanías de Castelpetroso no ha cesado de recibir peregrinos que se acercan a este lugar para honrar a María Santísima, patrona de todo el Molise.
El Santuario-Basílica de Nuestra Señora de los Dolores (Maria Santissima Addolorata es el título en italiano), fue construido en estilo neo-gótico, en piedra local, y se eleva solitario en la montaña como un himno a la Virgen de los Dolores. El diseño se asemeja a un corazón, con siete capillas laterales que representan las siete espadas que traspasan el corazón de la Virgen. En cada una de ellas se puede ver una pintura de alguno de los dolores de la Virgen. El sexto dolor, el descendimiento de Cristo de la Cruz, se encuentra detrás del altar principal de la Basílica cuya imagen es una bellísima estatua que evoca la imagen de la aparición: la Virgen, semiarrodillada, con el Hijo muerto a sus pies, la mirada al cielo y los brazos extendidos en signo de ofrenda. El Santuario se distingue por la luminosidad dada por los vitrales y por la piedra de su construcción, un órgano de tubos destacable, los mosaicos que lo embellecen en el interior y en la fachada, las dos grandes torres, la magnífica cúpula central y de manera particular, por la asistencia permanente que se da a los peregrinos con las confesiones, a cargo de la comunidad de los Frailes Menores Conventuales allí presentes, y la celebración de la Santa Misa.
Para un lugar tan sugestivo por su belleza natural y arquitectónica, pero sobre todo por la belleza espiritual con la que Dios ha querido adornarlo, S.E. Mons. Giancarlo Maria Bregantini, obispo de la Diócesis de Campobasso-Bojano, pidió al Institutodel Verbo Encarnado una comunidad religiosa para la atención espiritual del Santuario que consiste en la recepción de los peregrinos, el acompañamiento de los mismos en el rezo de la Via Matris, el cuidado de la sacristía y de la Liturgia, etc.
Durante un año se realizó apostolado allí en los períodos en los que había mayor necesidad: Navidad, Pascua, las fiestas propias del santuario, el mes de María, y el mes de julio que fue bendecido con la gracia extraordinaria de la visita del Papa Francisco el 5 de julio quien realizó allí el encuentro con los jóvenes de todo el Molise.
Finalmente el 28 de septiembre de 2014 las Servidoras pudieron dar inicio a una nueva comunidad, encomendada a la protección de la Virgen de los Dolores y conformada por la Madre María de Araní, y las Hermanas María Boni Consilii y María Madre del Verbo Encarnado. La fecha de la fundación coincidía con las celebraciones organizadas por el 124ª aniversario de la puesta de la piedra fundamental del templo.
Las Hermanas estuvieron presentes en el Santuario desde la semana anterior para los preparativos de esta fiesta que se celebra cada año. Los mismos iniciaron con el rezo de un septenario el domingo 21, donde se exponía el Santísimo Sacramento, se rezaban las Vísperas de la Virgen de los Dolores, las letanías de la Virgen dolorosa y se daba la bendición eucarística. Esto se repitió cada día hasta el sábado siguiente. Forma parte de los festejos la costumbre que cada año un municipio distinto de la zona recibe el cuadro «peregrino» de la Virgen de los Dolores de Castelpetroso durante el septenario y ofrece durante todo el año el aceite que arderá en la Lámpara votiva de la imagen de la aparición dentro del Santuario. Así, en las Vísperas de la gran celebración el municipio elegido para honrar especialmente a la Virgen, va en peregrinación a pie hasta el santuario para entregar el cuadro, llevar el aceite, y todo esto en un clima de devoción y oración. Este año fue el turno del municipio de Pettoranello, localidad vecina a Castelpetroso y guiaba la peregrinación el mismo intendente. Desde la tarde del sábado no cesaron de llegar al Santuario grupos de peregrinos de distintas partes del Molise, muchos de ellos descalzos, que con grandísima devoción, respeto y hasta lágrimas, al llegar al santuario se arrodillaban e ingresaban de rodillas hasta los pies del altar mayor, precedidos por la cruz y el estandarte que identificaba el grupo. Hermosa manifestación de amor a María y de confianza en aquella Madre que Dios les ha dado en Castelpetroso.
Las celebraciones de la Santa Misa desde las Vísperas parece una letanía pues es celebrada en diferentes horarios, hasta la madrugada, y continúa el día siguiente mientras que en los confesionarios el flujo de penitentes que se acerca al sacramento de la confesión es continuo, por horas y horas. Durante la noche, se realiza también una procesión con antorchas recorriendo y rezando la Via Matris hasta el lugar de las apariciones donde se celebra otra Santa Misa, casi a medianoche.
«Monstra te esse Matrem…» dice la Iglesia cuando canta el Ave Maris Stella. En este lugar tantos se reconocen como hijos de María Santísima, se acercan a ella como a verdadera Madre, la invocan en sus aflicciones, luchas, debilidades, la visitan cuando llegan al Santuario para participar de la misa dominical y también durante la semana para saludarla, porque aquí Ella se manifestó como Madre y la devoción de sus hijos ha hecho de Castelpetroso un altar privilegiado para la Madre de Dios.


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