30 de abril de 2023

Asi se fue forjando el Rosario de Nuestra Señora

Del sitio Cari Filii:

El 7 de octubre se celebra Nuestra Señora del Rosario, una de las advocaciones marianas más conocidas y que más devoción han despertado en los últimos siglos. Además, esta fiesta está unida a una de las oraciones más extendidas y a importantes acontecimientos históricos que marcaron el devenir de la historia, como es la batalla de Lepanto, que se celebró justamente un 7 de octubre de 1571.

La Virgen del Rosario es además la patrona de la Orden de Predicadores, conocidos popularmente como los dominicos, debido al nombre de su fundador, el fraile español Santo Domingo de Guzmán. Fue precisamente esta orden la que expandió por el mundo entero el rezo del Rosario y la devoción a esta advocación.

Uno de estos dominicos, Fray Julián de Cos OP, fraile español y doctor en Teología, explica de manera clara, ordenada y sencilla en la web de los dominicos el origen del Santo Rosario que tanto bien ha hecho a la humanidad:

El rezo del santo Rosario ha tardado mucho en formarse tal y como ahora lo conocemos. No fue ideado en un momento concreto, sino que es fruto de una larga evolución. Una evolución que aún no ha concluido.

Todo comenzó, probablemente, en el siglo X. En el año 910 se fundó la Orden Cluniacense. Ésta le dio una gran importancia a la oración coral comunitaria. Quería que sus abadías fuesen un anticipo de la Jerusalén celestial, en la que los santos y los ángeles están continuamente cantando alabanzas a Dios e intercediendo por todos los seres humanos (cf. Ap 5,9; 14,3; 15,3). Por ello distinguieron entre dos tipos de monjas y monjes: los dedicados a la oración coral (que rezaban al día unos 150 salmos, dependiendo de las circunstancias litúrgicas) y los dedicados al trabajo manual. Éstos últimos solían ser personas sencillas e iletradas que se ocupaban de la cocina, la portería, la huerta u otros oficios. Pero era preciso que también orasen. Por ello algunos de estos monjes ‒y monjas‒ comenzaron a rezar individualmente 150 Padrenuestros al día, en lugar de los 150 salmos que rezaban los que asistían a la oración coral. Esta piadosa costumbre se fue difundiendo no sólo entre los cluniacenses, sino también entre otras comunidades religiosas, y entre sacerdotes y laicos.

En el siglo XII, la Orden Cisterciense (fundada en 1098) le va a dar una gran importancia al culto a la Virgen María. Tanto es así, que casi todas sus abadías fundadas por ellos llevan el nombre de una advocación mariana. Su principal teólogo, san Bernardo de Claraval (1090-1153), difundió mucho la devoción a María como Madre, más que como Reina (que era lo normal desde el siglo V). Es él quien inventó el título de "Nuestra Señora": de tal forma que María va dejando de tener la imagen de "la Señora feudal" y pasa a ser "Nuestra Señora", es decir, "Nuestra Madre". Pues bien, en este contexto, las monjas y los monjes cistercienses van a reemplazar en el Rosario algunos Padrenuestros por Salutaciones de la Virgen María. Todavía no se había creado la oración del Avemaría, sino que se rezaba sólo su primera parte, la Salutación del ángel, tomada de Lc 1,28-33: "Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo" y algunos le añadían la segunda parte del saludo: "Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre".

A lo largo del siglo XIII se va extendiendo la costumbre de rezar tres cincuentenas de Salutaciones, es decir, 150 Salutaciones, en lugar de 150 Padrenuestros. Se crea así el "Salterio de María". Y se va a añadir el nombre de "Jesús" al final de la Salutación del Ángel. Además, es en esta época cuando comienza a generalizarse el uso de "contadores", es decir, de rosarios, para poder llevar la cuenta de las Salutaciones que se van rezando.

En el siglo XIV las Órdenes mendicantes (Franciscanos, Dominicos, Carmelitas y Agustinos, fundados, junto a sus ramas femeninas, en la primera mitad del siglo XIII), van a difundir el rezo del Salterio de María en sus predicaciones y entre los laicos que ellos acompañaban espiritualmente. Sobre todo lo difundieron en la zona ribereña del Rin, la zona renana, donde en el siglo XIII se había desarrollado el movimiento espiritual de las beguinas, que eran mujeres piadosas que vivían en comunidad, con una espiritualidad mística muy profunda, la cual fue el núcleo de donde surge en la primera década del siglo XIV la mística renana del Maestro Eckhart (ca. 1260-ca. 1327) y otros dos dominicos discípulos suyos: Juan Tauler (ca. 1300-1361) y el beato Enrique Susón (ca. 1295-1365). Pero la espiritualidad de las beguinas cayó bajo la sospecha de herejía, por lo que un medio de reconducir a aquellas mujeres fue inculcándolas el rezo del Salterio de María.

Dado que la mística renana fue también sospechosa de herejía, surgió hacia 1380 otra corriente espiritual: la Devotio Moderna, que proponía, básicamente, una oración sencilla y metódica y la meditación de los pasajes del Evangelio. En este contexto encajaba muy bien el sencillo y metódico rezo del Salterio de María. Pues bien, es entonces cuando en ciertas abadías cartujas de la zona renana, se van a añadir al final de cada Salutación del Ángel una coletilla que ayude al orante a meditar un pasaje de la vida de Jesús. Por ejemplo: "… y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, que nació en Belén". O "… que murió en la Cruz". Y, así, se va extendiendo la costumbre de añadir a cada una de las 150 Salutaciones una terminación diferente sobre Jesús. Hubo diversos modos de hacerlo.

Parece que es a comienzos del siglo XV cuando se crea el Avemaría completo, añadiendo la segunda parte: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén". Y es así como poco a poco se va conformando el rezo del Rosario que todos conocemos, en el que se combina el recitado de Avemarías y la meditación de pasajes de la vida de Jesús y su Madre.

En 1470 el dominico fr. Alain de la Roche ‒o Alano de Rupe‒ (1428-1475), funda en Douai (ciudad del norte de Francia, cercana a la zona renana) la Cofradía del Salterio de la Gloriosa Virgen María. Sus principales objetivos eran: difundir la devoción al Rosario, crear un ambiente de espiritualidad mariana entre sus cofrades y pedir la intercesión de la Virgen. Pues bien, inspirado en Alain de la Roche, el prior de los dominicos de Colonia (ciudad situada en la zona renana) creó en 1475 la primera Cofradía del Rosario. Ésta tuvo tanto éxito entre el pueblo fiel y las autoridades civiles y eclesiásticas, que rápidamente comenzaron a fundarse Cofradías del Rosario en otros conventos dominicos, pasando a ser responsabilidad de la Curia Generalicia de la Orden de Predicadores (Roma) en 1485. Desde entonces serán los dominicos los grandes difusores del Rosario, aunque también lo hicieron muchos otros religiosos, laicos y sacerdotes.

Hay cuatro factores que contribuyeron al éxito de esta oración: es muy sencilla, se puede rezar individual o comunitariamente, anima a meditar los Evangelios y ayuda a pedir correctamente lo que necesitamos. Gracias a esto último, la Iglesia cree que el rezo del Rosario contribuyó a que sucedieran muchas acciones milagrosas, como curaciones, conversiones, la liberación de ciudades sitiadas o el apaciguamiento de fenómenos naturales como terremotos, tempestades, erupciones volcánicas o tsunamis.

Tratando de integrar el rezo del Rosario en la espiritualidad dominicana, en esta época comienza a identificarse a santo Domingo con el Rosario. Y, pasado el tiempo, surgió la conocida tradición de que la Virgen María entregó a este santo un rosario, pidiéndole que propagara esta oración por el mundo entero; considerando así a santo Domingo el fundador del Rosario.

En el siglo XVI hubo un acontecimiento muy importante: la victoria en la batalla de Lepanto (1571), en la que la armada cristiana venció a la turca, que era muy superior. La clave la encontramos en que el Papa san Pío V (1504-1572) pidió a los fieles cristianos que rezaran el Rosario para que María intercediera. Como consecuencia de esta victoria, en 1573 el Papa Gregorio XIII (1502-1585) instituyó la fiesta de la Virgen del Rosario el primer domingo de octubre. Posteriormente esta fiesta pasó al 7 de octubre, día de la batalla de Lepanto.

Además, san Pío V fijó el modo de rezar el Rosario. Éste va a constar de tres grupos de 5 misterios. Los primeros son los gozosos que invitan a meditar los pasajes más importantes de la infancia de Jesús. Después están los misterios dolorosos, sobre la pasión de nuestro Señor. Y por último están los misterios gloriosos, en los se medita la resurrección del Señor y otros acontecimientos posteriores. En cada misterio se rezan un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria mientras se medita un pasaje de la vida de Jesús o de María. Básicamente, es una oración en la que se repite rítmicamente el Avemaría. Esto nos ayuda a "sintonizar" nuestro corazón con el corazón de la Virgen, para que ella nos conduzca hacia su Hijo.

Durante los siglos XVII y XVIII se difundió mucho el rezo del Rosario entre el pueblo fiel. En 1629 el dominico fray Timoteo Ricci (1579-1643) creó el Rosario Perpetuo. Para ello repartió 8.760 tarjetas (correspondientes a las 8.760 horas que tiene un año solar), para que en cada hora del año hubiese alguien rezando los quince misterios del Rosario. Fue tan bien acogido que en algunas ciudades tuvieron que repartirse varios grupos de tarjetas, porque los solicitantes sobrepasaban con mucho el número de 8.760. Con el apoyo de los Papas, el Rosario Perpetuo fue difundido por Europa y las tierras de misión.

Tras la Revolución Francesa (1789) y las siguientes revoluciones liberales del siglo XIX, la Iglesia sufrió un cataclismo: perdió su influencia pública, le arrebataron sus posesiones y, sobre todo, intentaron desplazarla como referente moral ante la sociedad. Valores tan evangélicos como la libertad, la fraternidad y la igualdad fueron asumidos por los revolucionarios, y el marxismo acusó a la Iglesia de ser el "opio del pueblo". Como consecuencia de este ambiente anticlerical, las Órdenes religiosas fueron expulsadas y se pusieron muchas trabas a los sacerdotes.

Ante esta situación, el pueblo fiel encontró su refugio espiritual en las devociones. Una de las principales fue el rezo del Rosario. La joven seglar Paulina Jaricot (1799-1862), tomando como referencia el Rosario Perpetuo ‒que apenas se rezaba ya por estar desfasado‒ ideó el Rosario Viviente, pensando sobre todo en las clase obrera. Consistía en crear grupos de 15 personas en los que cada una se comprometiese a rezar, al día, un misterio del Rosario. Así, cada grupo rezaba un Rosario completo al día. Otro objetivo del Rosario Viviente era apoyar espiritual y económicamente a las misiones, siendo el precursor de las Obras Misionales Pontificias. Este rezo se extendió muy rápidamente por Europa, y los dominicos se implicaron mucho en su difusión.

No es extraño que en dos apariciones de la Virgen el Rosario sea un elemento central: en Lourdes (1858) la Virgen pide expresamente que se rece el Rosario y en Fátima (1917) la propia Virgen se llama a sí misma "Nuestra Señora del Rosario". El Papa León XIII (1810-1903), viendo la importancia que tiene esta oración, le va a dedicar once Encíclicas. En la primera (1883) declara octubre como mes del Rosario.

Llegado el siglo XX, en 1908, los dominicos de la Provincia de Toulouse crean la peregrinación anual del Rosario a Lourdes en octubre. Es, actualmente, la peregrinación anual más multitudinaria a este santuario.

Como consecuencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial, nace en Bélgica la Cruzada del Rosario. Promovida generalmente por dominicos, ha empleado diferentes plataformas de evangelización: misiones populares, fraternidades, revistas, programas de radio y televisión…

En 1948 el P. Patrick Peyton (1909-1992) fundó en Estados Unidos el Apostolado del Rosario en Familia, y se difundió por el mundo. Su lema era: "La familia que reza unida, permanece unida". Se apoyaba en programas de radio de gran difusión y en una serie de películas: Los Misterios del Rosario, que los promotores proyectaban para dar a conocer el Rosario en Familia.

En el Concilio Vaticano II (1962-1965) la Iglesia supera la mentalidad tridentina y se abre a la sociedad contemporánea, propiciando profundos cambios espirituales. A resultas de ello, en 1967 se crean los Equipos del Rosario por iniciativa del dominico francés fray Marie-Bertrand Eyquem. Este movimiento tiene un fuerte carácter apostólico y ecuménico. Los equipos están formados por 15 personas, en los que también se admiten a no católicos. Además de comprometerse cada miembro a rezar un misterio del Rosario al día (como ya se hacía en el Rosario Viviente), se reúnen una vez al mes en la casa de uno de los miembros para orar en común, invitando a otras personas a participar.

Pero la sociedad fue cambiando mucho y rápidamente. La Revolución del 68 trajo una mentalidad nueva que rompió con los valores tradiciones. Y tras el derrumbe del comunismo soviético en los años 1990-1991, y el gran desarrollo de las comunicaciones (TV, Internet, telefonía…), llegó la Posmodernidad, donde la globalización y los valores consumistas se han acabado imponiendo.

Y así llegamos al siglo XXI. Es tanto lo que la sociedad está cambiando, que la Iglesia ha de modernizar el culto mariano para hacerlo asequible a la persona actual. En este sentido, el Papa san Juan Pablo II (1920-2005) además de promover mucho el rezo del Rosario, introdujo cinco nuevos misterios: los luminosos, que versan sobre la vida pública de Jesús.

Pero queda aún mucho por hacer para difundir en la sociedad esta importante oración, sobre todo entre los jóvenes. ¿Hay que explicarla mejor?: sin duda. ¿Hay que introducir en ella algunos cambios?: probablemente, pero con mucho cuidado, no vaya a ser peor el remedio…

Roguemos a María para que nos ilumine.

29 de abril de 2023

Nuestra Señora socorre a San Francisco de Sales

Ejemplo 10 de Las Glorias de María:

Muy bien experimentó la fuerza de esta oración san Francisco de Sales, como se narra en su vida. 

Tenía el santo unos diecisiete años y se encontraba en París dedicado al estudio y entregado al santo amor de Dios, disfrutando de dulces delicias del cielo. Mas el Señor, para probarlo y estrecharlo más a su amor, permitió que el demonio le obsesionase con la tentación de que todo lo que hacía era perdido porque en los divinos decretos estaba reprobado. La oscuridad y aridez en que Dios quiso dejarlo al mismo tiempo, porque se encontraba insensible a los pensamientos más dulces sobre la divina bondad, hicieron que la tentación tomara más fuerza para afligir el corazón del santo joven, hasta el punto de que por esos temores y desolaciones perdió el apetito, el sueño, el color y la alegría, de modo que daba lástima a todos los que lo veían.

Mientras duraba aquella terrible tempestad, el santo joven no sabía concebir otros pensamientos ni proferir otras  palabras que no fueran de desconfianza y de dolor. “¿Con que –decía– estaré privado de la gracia de Dios, que en lo pasado se me ha mostrado tan amante y suave? ¡Oh amor, oh belleza a quien he consagrado
todos mis afectos! ¿Ya no gozaré más de tus consolaciones? ¡Oh Virgen Madre de Dios, la más hermosa de todas las hijas de Jerusalén! ¿Es que no te he de ver en el paraíso? Ah Señor, ¿es que no he de ver tu rostro? Al menos no permitas que yo vaya a blasfemar y maldecirte en el infierno
”. Estos eran los tiernos sentimientos de aquel corazón afligido y enamorado de Dios y de la Virgen.

La tentación duró un mes, pero al fin el Señor se dignó librarlo por medio de María Santísima, la consoladora del mundo, a la que el santo había consagrado su virginidad y en la que afirmaba tener puesta toda su confianza. 

Entre tanto, una tarde, yendo hacia casa, vio una tablilla pegada al muro. La leyó, y era la siguiente oración: “Acordaos, piadosísima María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti se haya visto por ti desamparado”.

Postrado junto al altar de la Madre de Dios rezó con afecto aquella oración, le renovó su voto de castidad y prometió rezarle todos los días un Rosario. Y luego añadió: “Reina mía, sé mi abogada ante tu divino Hijo, al que no me atrevo a recurrir. Madre mía, si yo, infeliz, en la otra vida no puedo amar a mi Señor que es tan digno de ser amado, al menos consígueme que te ame en este mundo inmensamente. Esta es la gracia que te pido y de ti la espero”. 

Así rezó a la Virgen y se abandonó por completo en brazos de la divina misericordia, resignado completamente a la voluntad de Dios. Pero apenas había concluido su oración, en un instante la Virgen le libró de la tentación. Recuperó del todo la paz del alma y la salud corporal y siguió viviendo devotísimo de María, cuyas alabanzas y misericordias no cesó de anunciar en predicaciones y libros toda la vida.

ORACIÓN EN DEMANDA DEL SOCORRO DE MARÍA
¡Madre de Dios y reina de los ángeles!
¡Esperanza de los hombres!
¡Mira al que te llama y a ti recurre!
Me postro ante ti, yo, pobre esclavo,
me consagro por tu siervo para siempre
y me ofrezco a servirte y honrarte
cuanto pueda, toda la vida.
Poco puede honrarte
un esclavo tan ruin y rebelde
que tanto ha ofendido a mi Dios y Redentor.
Pero si me aceptas, aunque sin merecerlo,
y con tu intercesión me haces digno,
tu misma misericordia me hará santo
y te daré el honor que yo solo no puedo.
Acéptame y no me rechaces, Madre mía.
Estas ovejas perdidas
vino a rescatar el Verbo eterno,
y por salvarlas se hizo Hijo tuyo.
¿Despreciarás a esta oveja extraviada
que a ti recurre para encontrar a Jesús?
Ya está entregado el rescate que me salva;
mi Salvador ya derramó su sangre preciosa,
la que basta para salvar mil mundos.
Basta que esa sangre se me aplique,
y esto en tus manos está, Virgen bendita.
En tus manos está salvar al que quieres.
Ayúdame, mi reina, y sálvame.
En ti confío, a tu intercesión me entrego.
Salud de los que te invocan, sálvame.

San Alfonso María de Ligorio

28 de abril de 2023

Nuestra Señora de Kerizinen

Del sitio Etoile Notre Dame:

Kerizinen es la aldea de Plounévez-Lochrist, entre Brest y Morlaix, donde nació Jeanne-Louise Ramonet el 7 de octubre de 1910 en el seno de una modesta familia de agricultores. Era la cuarta de nueve hermanos. Durante su juventud, sufrió problemas de salud. 

En 1936, fue llevada a Lourdes y regresó parcialmente curada, lo que le permitió retomar su trabajo en la granja, de la que se había hecho cargo al morir sus padres. Trabajó allí hasta su jubilación en 1970.

De 1938 a 1965, tuvo apariciones de Jesús y María en un campo cercano a su casa. Desde su jubilación, Jeanne-Louise rezaba el rosario todos los días a las 15 horas con los peregrinos.

Vivió siempre en Kerizinen, donde murió, con los sacramentos de la Iglesia, el domingo 19 de febrero de 1995, a la edad de 84 años.

Está enterrada en el cementerio de Plounévez-Lochrist.

Las apariciones de las que se benefició Jeanne-Louise iban casi todas acompañadas de mensajes, muchos de los cuales hacían hincapié en la compasión de María. Cuando aparecen juntos, Jesús y María desvelan sus dos corazones unidos por una espada, y piden que la devoción a sus "dos corazones unidos en el Espíritu Santo" se extienda por todo el mundo.

Cristo y la Santísima Virgen nos advierten de los graves peligros que amenazan a la Iglesia, a Francia y al mundo, pero también nos aseguran una próxima renovación si nos convertimos: insisten en la necesidad de recibir los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, en la práctica del amor al prójimo y en la importancia de la oración, especialmente del Rosario meditado. 

Un manantial, prometido por la Virgen en 1949, brotó en 1952 bajo el campo de las apariciones. A través de esta agua se obtuvieron muchas gracias. En 1949, en el mismo lugar de las apariciones, se donó una pequeña cabaña de cristal para albergar una estatuilla de Nuestra Señora. En 1956, se construyó un pequeño oratorio para albergar a los peregrinos. Como el número de peregrinos no dejaba de crecer, en 1976 se construyó un gran oratorio para albergar a los primeros. Desde 1992 existe también un centro de día, el Accueil St Joseph.

El Rosario se reza todos los días a las 15 horas en el oratorio, por las grandes intenciones de la Iglesia, del mundo y por los peregrinos.

27 de abril de 2023

Nuestra Señora de la Reconciliación de Balestrino

 

Del blog Italia, fotos e historias:

Balestrino es famoso por las apariciones de Nuestra Señora de la Reconciliación. Fue testigo del evento Catalina Richero: nacida el 7 de octubre de 1940 en Bergalla (el pueblo más alto de Balestrino) de una familia de origen humilde que, a la edad de 9 años tuvo, en el Monte de la Cruz, el primero de 138 encuentros con quien se presentó a sí misma como "la Inmaculada Concepción", e instó a los jóvenes a la oración, al arrepentimiento y a la fe.

Este suceso va a llevar a Catalina a sacrificar su vida humildemente con un testimonio continuo y silencioso de la fe. Una vida dedicada a la oración y a la devoción de la Virgen. Al igual que ocurrió con otros testigos famosos de apariciones marianas (basta pensar en Bernadette), no se le creyó a Catalina, e incluso le fue impedido viajar al Monte de la Cruz. Sin embargo, esto no impidió que la Virgen comenzara a aparecérsele en su casa.

Durante la aparición, el 6 de octubre de 1971, Nuestra Señora prometió: "En el monte de la Cruz se encuentra la luz y la fuerza, y yo, en este lugar, les otorgaré numerosas gracias”.

Hoy en día, el Monte de la Cruz, es un santuario dedicado a Nuestra Señora de la Reconciliación, que hasta la primera mitad de los años 70 recibía una multitud de peregrinos. La llegada de fieles disminuyó en los últimos años debido a diversos problemas, pero se reanudó en 1991, gracias al pasaje de la aportación cívica de la parroquia.

26 de abril de 2023

Nuestra Señora de la Divina Gracia o de la Cabeza inclinada

Del Blog del Padre Eduardo:

La imagen original de Nuestra Señora de la Divina Gracia o “Virgen de la cabeza inclinada” ("Maria mit dem Geneigten Haupt" en alemán), fue encontrada por el venerable padre carmelita descalzo Domingo de Jesús María (1559-1630) entre un montón de escombros en la ciudad de Viena (Austria) el año 1610. Eran años de enfrentamientos entre católicos y protestantes y alguien había profanado el cuadro de la Virgen, dañándolo y tirándolo después a la basura.

El padre Domingo lo restauró y lo colocó en un lugar digno, invitando a la población a un acto de desagravio a María. La Virgen se lo agradeció inclinando la cabeza y dirigiéndole palabras de consuelo. Desde entonces la imagen de María quedó inclinada en la posición actual, de ahí el nombre popular de “Virgen de la cabeza inclinada” con el que es conocida en Viena. 

La imagen restaurada se convirtió en símbolo de la identidad católica que renace fortalecida después de cada persecución.

Como se sucedieron varios milagros ante esta imagen, la advocación a Nuestra Señora de la Divina Gracia se hizo muy popular, hasta el punto de que el duque de Baviera se la pidió al general de la Orden para llevarla a un nuevo convento de carmelitas descalzos que había fundado en Munich (Alemania). Más tarde el emperador Fernando II la llevó consigo a un convento carmelitano que fundó en Praga (Chequia). Al enviudar, su esposa la llevó consigo cuando se hizo carmelita descalza en un monasterio que ella fundó en Viena. A su muerte en 1655, la venerable imagen, que había presidido varias fundaciones carmelitanas en Centro-Europa, regresó al convento de los padres carmelitas descalzos de Viena.

En 1901 se trasladó la fundación a una nueva iglesia en las afueras de la ciudad, dedicada a la sagrada Familia, donde se conserva hasta el presente. El templo con fotos de cada altar (también el de la Virgen) se puede visitar aquí.

25 de abril de 2023

Nuestra Señora de la Cueva Santa

Del sitio Hagiopedia:

 La historia de la Cueva Santa se remonta al año 1410, cuando Fray Bonifacio Ferrer ingresa en la Cartuja de Vall de Cristo, pues en su celda, creó el molde para la fabricación de las imágenes. Estas eran repartidas por el propio fraile a los pastores, para que estos le dieran culto en sus refugios durante sus ausencias del pueblo, pues su tamaño, permitía llevarlas en el zurrón sin ocupar apenas bulto.

Uno de aquellos pastores con su ganado, se resguardó un día en la espaciosa Cueva del Latonero, pues sabía que allí había un manantial donde podría abrevar y descansar tanto él, como el ganado, quedando mejor resguardado de las inclemencias meteorológicas. El pastorcillo, colocó la Virgen en un replano de la roca, y allí la arreglaba con florecillas silvestres y le rezaba sus oraciones. Pero cuando, no se sabe el motivo, abandonó la cavidad, no se llevó consigo la imagen que le había dado el fraile cartujo, quedando allí olvidada en un rincón.

Casi cien años tuvieron que pasar, para que otro pastor de la vecina población de Segorbe, que también entró a pasar la noche con su rebaño, reencontrase la Imagen abandonada. Se cuenta que cuando el pastorcillo ya empezaba a dormitar, vio aparecérsele la Virgen, la cual le indico donde encontraría una imagen suya para que pudiera darle culto.

El pastor fue a buscar en el lugar indicado, y allí, efectivamente, encontró la imagen fabricada por Fray Bonifacio Ferrer. La transcendencia de aquel hallazgo, seguido de otros portentos atribuidos a la Virgen, fueron atrayendo a muchismos devotos de la comarca hasta aquella milagrosa Cueva, que en los primeros tiempos quedaba bajo los cuidados de voluntariosos ermitaños.

Sin embargo no fue hasta el año 1574 cuando, en Jérica, al matrimonio formado por Isabel Martínez y Juan Monserrate se les desterró del pueblo, debido a que Juan, había contraído la lepra, enfermedad entonces maldita. En su largo y desolado caminar, llegan a esta Cueva, de la que ya habían oído que en ella tenia su morada una Virgen que obraba milagros a los más necesitados. Isabel, al ver la Virgen, le pide curación a su marido, mientras que a la vez iba lavando las heridas de este con el agua que destilaban las paredes de la gruta. Al noveno día de lavados y rogativas, Isabel contempló atónita como todas las llagas de su esposo habían desaparecido por completo, así como también los dolores que estas le causaban.

Entusiasmados por la buena nueva, deciden retomar el camino a Jérica con la esperanza de ser de nuevo admitidos, pero los jurados de la villa, toman repentina curación por brujería y los repudian de nuevo. Con todas las ilusiones destrozadas, vuelven a la gruta, donde se encontraron a una pareja formada por un fraile, y una anciana en traje de luto. Al ver aparecer al matrimonio tan tristes, les preguntaron qué era lo que les causaba tal tristeza, y el matrimonio les relató emocionados los hechos. Al acabar el relato, el fraile extrajo un pergamino y escribió unas letras a los jurados de Jérica para certificar los hechos.

De nuevo Juan e Isabel parten hacia Jérica con nuevos ánimos, y al llegar a sus puertas, piden que se acercase el Justicia, al cual entregaron el pergamino escrito por el religioso, como prueba de la ausencia de brujería, y sí del favor Divino. Pero ocurría que cuando este intento leerlo, las palabras se volvieron borrosas, resultando el texto ilegible. El Justicia, entregó el pergamino a los Jurados, pero a estos les ocurría lo mismo. Así que finalmente fue a parar a manos del Párroco, que tras leer el contenido, observó que tales palabras sólo podían haber sido escritas por mano santa, y tras escuchar las descripciones dadas por Juan e Isabel, ahora ya readmitidos, sobre quienes les habían entregado el pergamino, el cura no dudo en afirmar, de que habían sido la mismísima Virgen, acompañada por  san Vicente Ferrer (hermano de Fray Bonifacio) los autores de dicho manuscrito, organizando para el siguiente domingo, lo que fue la primera romería de acción de gracias a la Cueva Santa.

Isabel, pese a ver sido readmitida en su pueblo, no olvidó a la Virgencita que tanto le había ayudado, y cada sábado subía, a veces con más gente, a limpiar la cueva y ponerle flores a la Virgen, quedándose allí a pasar la noche. Una de aquellas noches, los perros empezaron a ladrar y a ponerse nerviosos, y al ir a ver que ocurría encontraron a un matrimonio acompañado por su hija, a que invitaron a entrar y dieron de cenar, y al preguntarles que de donde procedía, estos respondieron que de Altura. A la mañana siguiente, al despertar, el matrimonio y la niña ya habían partido, y tras indagar si alguien los conocían, se dieron cuenta de que habían sido visitados por san Joaquín y santa Ana, acompañados por la Virgen niña, que habían bajado de Las Alturas.

Pasó el tiempo, e Isabel, que se encargaba permanentemente de los cuidados de la Cueva, observaba que en la cueva la imagen no estaba segura, pues aparte de que entraba mucho ganado, comenzaban a subir moriscos buscando, no a la Virgen, sino el agua que curaba, aunque sí que dejaban limosnas por los "favores" que "el agua" les hacia. Visto lo visto, un día, decidió llevarse la imagen a su casa de Jérica, así que cogió a la Virgen, la metió en una cesta de mimbre, y comenzó a caminar. Pero al llegar a la cercana fuente de Rivas, abrió la cesta y observó asombrada que la Virgen ya no estaba. No muy convencida, pensó es que de las ganas igual se le había olvidarlo cogerla, cosa que casi se terminó de creer cuando al subir de nuevo a por ella, la encontró en el mismo lugar del que la había cogido. 

Pero Isabel no desistió de su idea, así que esta vez, una vez metida la imagen la cubrió con hojas de higuera y ramitas para que no se le volviera a escapar, además pensaba bajar hasta Jérica sin descansar para no tener que abrir la cesta. Emprendió de nuevo el camino, y al faltar unos kilómetros para llegar a Jérica, abrió la cesta para ver si la imagen todavía estaba, no fuera a ser que al llegar al pueblo la tomaran por tonta. Y cual fue su sorpresa, al destapar las hojas, descubrir que de nuevo, la Imagen Divina había vuelto a desaparecer. Entonces ya comprendió Isabel, que la Virgen quería estar en la cueva que Ella misma había elegido, para poder allí atender a cuantos se lo solicitasen.

En los dos lugares en que Isabel descubrió que la imagen no estaba en su cesta, se ha erigido unos pilones como señal, uno al lado de la carretera unos metros más arriba de Rivas, a la izquierda, y el otro en el camino por el que vienen en romería los vecinos de Jérica.

La imagen es un relieve busto de la Virgen, labrado, según la tradición, por fray Bonifacio Ferrer, hermano de San Vicente, monje de la Cartuja de Valldecrist. 

La imagen, es un bajo relieve de yeso de 20 cm de alto por 10 de ancho, en cuya parte superior se forma una corona de rayos que se estrecha como la tercera parte de su altura total formando dos ligeras curvas. Representa el rostro anciano de la Virgen con traje de viuda, sobretoca, con el rostro y el cuello descubierto, bajo el cual abrocha la toca.

Llama la atención que la imagen, aun siendo de yeso, no se deteriora por la humedad con el paso del tiempo, pese a que la cueva en la que esta ubicada, presenta una humedad harto apreciable, deteriorando todo objeto de hierro o madera que en ella se deposita.

El vandalismo ocurrido durante la Guerra Civil Española, también llegó hasta el Santuario Mariano, donde los restos de Fray Bonifacio Ferrer fueron expoliados, y la Imagen que desde el siglo XV había permanecido presidiendo la Santa Cueva, partida en varios trozos. Al terminar la contienda, una familia valenciana donó otra Imagen, que por tradición familiar había pertenecido a estos desde los tiempos del Venerable Padre Cartujo, al que se le construyó, en 1955, una estatua, donde desde un lugar privilegiado contempla la Calderona, al tiempo que observa su Cartuja, lugar donde fue enterrado.

El 19 de mayo de 2011 fueron robadas la recaudación y la imagen de la patrona que, pese a ser una copia de la década de 1940 tiene un fuerte valor sentimental para los feligreses de la diócesis.

Irrumpe con gran fuerza la devoción hacia la Cueva Santa en tiempos de Felipe II, impulsada por los prodigios que se atribuían a sus aguas, lo que llevó a grandes concentraciones de gentes y a la necesidad de estructurar todo lo relacionado con el incipiente culto y devoción del lugar. 

Durante el pontificado de Ruiz de Liori (1579-1582) empezó a tener renombre la imagen de la Cueva Santa en su intervención en rogativas solicitando lluvia, lo que impulsó el canónigo Jerónimo Decho y su familia, que era la propietaria del lugar donde estaba la cueva con la imagen, construyendo un pequeño altar y una reja que lo cerrase, e iniciando la celebración de cultos en aquella estancia. 

Quizás sea desde entonces que los niños cantasen aquello de :

Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva...

La Virgen de la Cueva Santa es desde 1955 patrona de los espeleólogos españoles, y desde 1961 patrona de la diócesis de Segorbe-Castellón juntamente con San Pascual Bailón. El día 8 de Septiembre de 1988 se celebró la Coronación canónica de la Virgen de la Cueva Santa.

24 de abril de 2023

Icono de Nuestra Señora Gracia del Cielo


Del sitio Deva - María:

Según la tradición, el icono fue traído a Moscú por la Gran Duquesa Sofía, hija del Duque lituano Vitovt, que llegó a ser esposa del Gran Duque Vasili Dimitrievich (1389-1425). 

"Cielo, como Tú has hecho brillar el Sol de Justicia; Cielo, como Tú eres la Flor de la incorrupción; Virgen, como Tú eres incorruptible; Madre pura, como Tú tienes en tus santos brazos al Hijo, todo Dios. Ruégale que salve nuestras almas".

A veces esta imagen se llama "Lo que Te llamamos", según las primeras palabras de la oración. Las versiones de los antiguos creyentes de este icono de la Madre de Dios suelen llamarse "Lo que Te llamamos, oh Alegre". Así comenzaba el texto de la oración a la Madre de Dios antes de las reformas del Patriarca Nikon.

Ante el icono de la Madre de Dios "Bendito Cielo" se reza por la guía hacia la salvación y la herencia del Reino de los Cielos, así como por la curación de diversas dolencias mentales y físicas, por un viaje seguro en avión, de herejías y cismas, y por la instrucción en la fe ortodoxa.

23 de abril de 2023

El Rosario de Nuestra Señora no es lo que piensas

Del sitio Aleteia:

En la visión de su gran promotor, santo Domingo de Guzmán, se trata eminentemente de una oración contemplativa, al alcance de toda persona.

Cincuenta avemarías multiplicadas por cinco misterios. Así podríamos describir el Rosario y, sin embargo, no entenderíamos nada de esta oración.

Lejos de ser un acto de piedad repetitivo, el Rosario tiene como objetivo proveer un tiempo de oración con aquella que mejor conoce el corazón de Jesús, María.

El gran promotor del Rosario en la historia ha sido santo Domingo de Guzmán (1170​-1221), fundador de la Orden de Predicadores, más conocidos como dominicos, cuya fiesta se celebra el 8 de agosto.

El Rosario encuentra su origen en los monasterios benedictinos, donde los monjes y monjas recitaban los 150 salmos en la Liturgia de las Horas.

Se trataba de una práctica imposible para buena parte de los cristianos, pues en la Edad Media la mayoría no sabían leer. Surgió así la práctica de recitar 150 avemarías, que los fieles sabían de memoria, contemplando pasajes del Evangelio.

Como después reconocería el papa Juan XXIII, santo Domingo comprendió que el Rosario era una verdadera "Biblia de los pobres".

De este modo, dedicó buena parte de su obra evangelizadora a promover esta práctica espiritual para que el corazón de los cristianos quedara tocado por la contemplación de momentos de la vida de Jesús con los ojos de su Madre.

Por este motivo, los últimos papas, en particular San Juan Pablo II, han propuesto el Rosario como una respuesta a esa "nueva exigencia de espiritualidad" que experimentan las sociedades, "impulsada también por influjo de otras religiones".

A través de cada uno de sus veinte Misterios, el Rosario permite al creyente contemplar a Cristo a través de cinco verbos.

  1. Recordar a Cristo con María: Como María, la contemplación de Dios significa ante todo recordar: "María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón", dice el Evangelio de Lucas (2, 29).
  2. Comprender a Cristo desde María: Nadie mejor que su Madre puede ayudarnos. De las manos de María, en el Rosario, es posible comprender los misterios de Jesús. Se trata de aplicar en nuestra vida la invitación de la Virgen en las Bodas de Caná: "Haced todo lo que él os diga" (Evangelio de San Juan 2, 5).
  3. Configurarse a Cristo con María: La oración tiene, entre otros objetivos, configurarse cada vez más plenamente con Jesús, "hacerme semejante a Él", como explica San Pablo (Carta a los Filipenses 3,10). Se trata de tener los sentimientos de Cristo y revestirse de Él (Cf. Filipenses 2,5).
  4. Rogar a Cristo con María: Cada una de las avemarías subraya las palabras de Jesús en el Evangelio de Mateo (7,7): "Pedid y se os dará. Buscad y hallaréis. Llamad y se os abrirá".  El Rosario es simultáneamente meditación y súplica.
  5. Anunciar a Cristo con María: La biografía de santo Domingo de Guzmán y la Orden de los Dominicos son una muestra de la capacidad evangelizadora del Rosario, oración llena de valor didáctico, que hace cercano el Evangelio a cualquier persona.

Si te falta familiaridad con el Rosario, la Santa Sede te ofrece aquí una guía: Los Misterios del Santo Rosario

 Si quieres una manera sencilla y profunda de vivir el "Rosario contemplativo",  puedes descargar gratuitamente este ebook editado por la Red Mundial de Oración del Papa: Rosario Contemplativo.

Si quieres descubrir una innovadora "Lectura orante del Rosario" en audio, propuesta por la Orden de los Dominicos a través de la plataforma de oración Hozana, puedes seguirla aquí: Lectura orante del Rosario (en audio – Hozana).

22 de abril de 2023

Favor de Nuestra Señora hacia un pecador

 

Ejemplo 9 de Las Glorias de María:

Refiere el venerable Juan Herolt, que se llamaba por humildad el Discípulo, que había un casado en desgracia de Dios. No pudiendo su esposa hacerle desistir del pecado, le suplicó que al menos, en aquel miserable estado, tuviera para con la Madre de Dios la atención de que siempre que pasara ante alguna imagen suya la saludara con el Ave María. Y el marido comenzó esa devoción.

Yendo una noche aquel malvado a pecar, vio una luz; se fijó y advirtió que era una lámpara que ardía ante una devota imagen de María con el Niño Jesús en los brazos. Rezó su Ave María como de costumbre, pero después ¿qué es lo que vio? Vio al Niño cubierto de llagas que manaban fresca sangre. 

Entonces, a la vez aterrado y enternecido, pensando que él con sus delitos había llagado así a su Redentor, rompió a llorar. Y observó que el Niño le volvía la espalda, por lo que, lleno de confusión, recurrió a la Virgen Santísima, diciéndole: “Madre de misericordia, tu Hijo me rechaza; yo no puedo encontrar abogada más piadosa y poderosa que tú que eres mi Madre; Reina mía, ayúdame y ruégale por mí”. 

La Madre de Dios le respondió desde la imagen: “Vosotros, pecadores, me llamáis madre de misericordia, pero luego no dejáis de hacerme madre de miserias renovando la pasión de mi Hijo y mis dolores”.

 Pero como María no es capaz de dejar desconsolado al que se postra a sus pies, se volvió a rogar a su Hijo que perdonase a aquel pecador. Jesús seguía reacio a perdonarle. Y la Virgen, dejando al Niño en la sede, se postró ante él diciendo: “Hijo mío, mírame a tus pies pidiendo perdón por este pecador”. Y entonces Jesús le dijo: “Madre, yo no te puedo negar nada. ¿Quieres que le perdone? Yo por tu amor le perdono; que se acerque y me bese estas llagas”. 

Se acercó el pecador llorando copiosamente, y conforme besaba las llagas del Niño éstas se iban cerrando. Por fin Jesús le dio un abrazo como muestra de perdón. El hombre cambió de vida, llevando en adelante una vida santa, devotísimo de la Virgen que le había obtenido gracia tan extraordinaria.

 ORACIÓN PARA PARTICIPAR EN LOS MÉRITOS DE CRISTO

 Bendigo, Virgen María, tu corazón generoso
que es la delicia y el descanso de Dios.
Corazón lleno de humildad,
de pureza y de amor de Dios.

Yo, infeliz pecador, me llego a ti
con el corazón enfangado y llagado.
 
 Madre piadosa, no me desprecies por esto,
sino muévete a mayor compasión para ayudarme.
 
No busques en mí, para auxiliarme,
ni virtud ni méritos.
 
Estoy perdido y sólo merezco el infierno.
 
Mira sólo, te lo pido, la confianza que pongo en ti
y la voluntad resuelta de enmendarme.
 
Mira lo que Jesús ha hecho y padecido por mí.
 
Te presento las penas de su vida,
el frío de Belén y el viaje a Egipto;
la pobreza, la sangre derramada,
los sudores y tristezas,
la muerte que ante ti soportó por amor mío;
por amor de Jesús empéñate en salvarme.
 
No puedo ni quiero temer, María,
que vayas a dejarme;
por eso a ti recurro en busca de socorro.
 
Si temiera, haría injuria a tu misericordia
que busca ayudar a los necesitados.
 
No niegues tu piedad, Señora,
a quien Jesús no ha negado su sangre.
 
Mas esos méritos no se me aplicarían
si tú no intercedes por mí ante Dios.
 
De ti espero mi eterna salvación.
 
No te pido ni honores ni riquezas;
te pido gracia de Dios y amor a tu Hijo;
cumplir su santa voluntad,
y el paraíso para amarlo eternamente.
 
¿Será posible que no me ayudes?
 
No, que ya me ayudas como espero;
rezas por mí, me otorgas lo que pido
y me aceptas bajo tu protección.
 
No me dejes, Madre mía;
sigue rezando por mí hasta que me veas
salvo a tus plantas en el cielo,
bendiciéndote y dándote gracias siempre. 
 
Amén.

21 de abril de 2023

¿Nuestra Señora de Calabar?

Del sitio Nuevo Diario:

Un sacerdote en Nigeria afirma que la Virgen María se apareció recientemente en su iglesia y que más de 100 feligreses presenciaron el milagroso evento.

Según informa el periódico nigeriano Idoma Voice Newspaper, el peculiar incidente ocurrió en la iglesia católica St. Charles Lwanga en la ciudad de Calabar el mes pasado y fue revelado al mundo poco tiempo después por el padre Evaristus Bassey, quien dirige la parroquia, en su cuenta de Twitter.

    On Wednesday 22-6-2022 the Blessed Virgin Mary appeared in one of our parishes in Calabar, St. Charles Lwanga. It was something more than 100 people witnessed,even a Protestant pastor who came to visit his cousin, the assistant priest. He took these pictures. The rays around her pic.twitter.com/xm10DNcENt— Fr. Evaristus Bassey (@FrEvaristus) June 30, 2022

Al detallar el maravilloso evento, afirmó que más de 100 personas presenciaron la aparición, incluido un pastor protestante que vino a visitar a su primo y el sacerdote asistente. Después de aparecer por primera vez en la iglesia, Bassey recordó que se mudó al Santuario dedicado a Ella.

Junto con su versión de la aparición, el sacerdote también incluyó varias fotos de lo que él afirma que es la Virgen María, aunque admitió que los rayos a su alrededor eran demasiado brillantes para poder tomar una imagen clara. Según el padre Bassey, no se impartió ningún mensaje durante la visita, lo que lo llevó a teorizar que la “Virgen vino a asegurar” a la congregación la presencia de Dios con nosotros.

Unos días después de compartir el increíble encuentro, el sacerdote proporcionó nuevos detalles de la historia a través de las entrevistas que realizó con algunos de los testigos del evento, incluida la primera persona que supuestamente vio a la Virgen María aparecer en el cielo aquel día.

Saviour Asuquo le dijo a Bassey que inicialmente su atención se centró en un arco iris en el horizonte que era tan vívido que hizo preguntarse qué estaba pasando. Antes de que tuviera mucho tiempo para reflexionar sobre esa pregunta, observó un rayo de luz que vino del cielo y cayó en el aparcamiento de la iglesia. Cuando Asuquo miró hacia donde había estado el arcoíris, vio la figura de la Santísima Virgen María emergiendo de esa área y acercándose a él. Según Bassey, vio muy claramente a una mujer que llevaba una corona luminosa y un Rosario con luces luminosas también, y que todo a su alrededor era luz.

Al mirar una estatua de la Virgen María, Asuquo se maravilló de que de ninguna manera coincidiera con la belleza de la mujer, quien procedió a sonreírle. La aparición luego se fusionó con el haz de luz en el suelo e iluminó todo el lugar, lo que provocó que toda la congregación saliera de la iglesia para ver qué había causado el curioso evento. Otro testigo con el que habló Bassey fue una mujer joven que insistió en que vio la aparición muy claramente y, a pesar de que sus amigos y familiares dudaban de ella, insistió sobre lo que vio. Otro testigo también reconoció que no se trataba de ver solo el brillo del sol.

Por desgracia, a pesar de que hubo tantos testigos del evento, las imágenes de la aparición solo muestran una anomalía brillante en el cielo que parece tener la forma de una figura. Respondiendo a quienes se preguntaron por qué no había videos del incidente, Bassey argumentó que no hubo tiempo para grabar la aparición y reflexionó sobre lo último que uno piensa es en coger el teléfono y grabar durante un evento sobrenatural como este. Concluyó señalando que algunos feligreses esperan que la Virgen María regrese con un mensaje, pero el sacerdote se mostró feliz con el hecho de que se trata de un mensaje positivo para el mundo.

20 de abril de 2023

Nuestra Señora de Esputs

Del sitio Diocèse de Tolouse:

Chaum es el lugar de Nuestra Señora de Esputs.

En sus inmediaciones se alza un pico que domina el lugar con más de mil metros de altura. El nombre de Esputs procede del latín: "Podium", lugar alto, montaña, . cima. Se trata, por tanto, de la ermita de Nuestra Señora de los Picos.

Encima del altar-trono se encuentra la estatua de Nuestra Señora de Esputs: una Virgen de madera dorada que sostiene al Niño Jesús en su brazo izquierdo.

En la mano derecha sostiene una bola, que probablemente representa el mundo. La estatua es probablemente una variante de las "Vírgenes de Comminges", dice M. Allègre: está de pie con el manto levantado sobre el brazo izquierdo, a la manera borgoñona.

Es muy bella en su sencillez y no carece ni de finura ni de elegancia.

Como muchos santuarios de la Virgen, éste tiene su propia leyenda, que difiere muy poco de tantas otras; se dice que aquí tuvo lugar una aparición de la Virgen en un momento indeterminado. Primero se colocó una estatua en el lugar exacto de la aparición.

La intención era construir el santuario más abajo, cerca de la granja que aún existe, ya que la ubicación parecía más favorable. Pero la estatua siempre volvía al lugar elegido por la Virgen.

Finalmente, se decidió construir en el lugar amado por la Virgen, donde hoy se alza la ermita.

Si ahora intentamos salir del terreno de las conjeturas y las leyendas, nos damos cuenta de que los orígenes de este santuario son más modestos. Sin embargo, los pocos documentos conocidos que arrojan algo de luz sobre este asunto son suficientes para permitirnos trazar algunos hitos en estos lejanos orígenes.

En la gran "Histoire du Languedoc", de Dom Vaissette, encontramos, a propósito del priorato benedictino de Saint-Béat, un acta que data del año 1140, en la que se indica la amplitud de las posesiones y se enumeran las prerrogativas de este priorato. Este priorato poseía las iglesias y los diezmos indicados en ella. Entre estas iglesias, figuraba "Saint Mamet d'Esputs". Así pues, parece que, a mediados del siglo XII, Esputs era una pequeña parroquia que pagaba el diezmo al priorato de Saint-Béat.

19 de abril de 2023

Nuestra Señora de la Cruz de Cubas de la Sagra

Del sitio Una aventura desde Madrid:

En la localidad madrileña de Cubas de la Sagra, situada al Suroeste de la capital de España, se encuentra el Monasterio y Santuario de Santa María de la Cruz y la Santa Juana, el cual estuvo considerado, antes su expolio durante la Guerra de Independencia Española (1808-1814) y de su completa destrucción durante la Guerra Civil Española (1936-1939), como uno de los más ricos de Castilla.

La historia de este recinto monacal comienza en el siglo XV, en particular en el año 1449, con las apariciones de la Virgen María a la niña Inés Martínez Sánchez.

Inés, hija de Alfonso y de Mari, era una chiquilla de orígenes humildes y piadosa condición que con doce años cuidaba cerdos al Sur del pueblo. En estas labores andaba cuando al mediodía del lunes 3 de marzo de 1449, en el lugar conocido como Fuente Cecilia, se le apareció por primera vez la Virgen María en forma de una hermosa señora ricamente vestida que mantuvo con ella la siguiente conversación:

- Virgen María: ¿Qué haces aquí, hija?
- Inés: Guardo estos puercos.
- V. M.: ¿Por qué ayunas los días de Santa María en viernes?
- I.: Porque me lo mandaron mis padres.
- V. M.: Haces bien; pero poco tienes que ayunar este año. Ayúnalo después en los días que cae Santa María, que quien lo ayuna gana ochenta mil años de perdón. Y te mando que digas a toda la gente que se confiese y aderece sus ánimas, que sepa que ha de venir gran pestilencia del dolor de costado y de piedras roñas envueltas en sangre, de lo cual morirá mucha gente.
- I.: ¿Y de esta pestilencia moriré yo y mi padre y mi madre?
- V. M.: Eso será como Dios quisiese.

Inés no se atrevió a contar nada de todo ello, por lo que al día siguiente, e igualmente a mediodía, en el Arroyo de Torrejón, la Señora se le vuelve a aparecer y le vuelve a hablar:

- V. M.: ¿Qué haces aquí, hija?
- V. M.: Hija, ¿por qué no dijiste lo que te mandé ayer decir?
- I.: No lo he osado decir por recelo que no sería creída.
- V. M.: Cuenta que te mando que lo digas, y si no te creyeren, yo te daré señal para que te crean.
- I.: Señora, ¿quién sois?
- V. M.: Eso no te diré ahora.

La tercera aparición de la Virgen fue el mediodía de ese mismo viernes 7 de marzo en Prado Nuevo:

- V. M.: Hija, ¿has dicho lo que te mandé decir?
- I.: Sí, Señora, lo he dicho a mi padre y a mi madre y a otras personas.
- V. M.: Lo has de decir y publicar al clérigo t a todas las gentes sin ningún miedo ni temor.

Una vez de vuelta en su casa, Inés repite esta conversación a sus padres, reaccionando éstos de manera muy distinta, pues mientras que el padre la ordena callar acusándola de mentir, la madre la animaba para que se lo contara a todo el pueblo. Lo cual no era tan necesario porque la mayoría de la población ya se había enterado, acudiendo hasta su hogar muchos vecinos, entre los que se incluye el clérigo Juan González, quien le dice que fuera en ese mismo momento hasta el lugar de las apariciones y que le pidiera una señal para poder creerla.

La cuarta aparición sucedió la mañana del domingo 9 de marzo en el pasaje de la Ciroleda, en el mismo sitio donde posteriormente se levantaría primero una casa en que viven las beatas formando comunidad y siguiendo alguna regla,(beaterio) en 1464 y, posteriormente, entre 1510 y 1543, el monasterio. Allí, Inés, arrodillada, rezaba por que se le apareciera la Señora hasta que ésta llegó y comenzaron esta nueva conversación:

- V. M.: No tengas miedo.
- I.: Señora, ¿quién sois?
- V. M.: Yo soy la Virgen Santa María.

En ese momento, la Virgen se acerca hasta la niña y, tras cogerle la mano derecha, se la aprieta dejándole todos los dedos juntos con el pulgar formando una cruz con los demás mientras le dice:

- V. M.: Anda, vete con esta señal para que crean. Ve a la iglesia, y llegarás cuando salgan de Misa. Enséñalo a toda la gentes para que te crea lo que dices, pues que llevas señal.

Al llegar hasta el pueblo y mostrar la señal, sus habitantes no dudan ya en creerla y marchan en procesión, llevando una cruz construida en el momento, hacia el lugar de la última aparición.

Es ya mediodía de este domingo, 9 de marzo, cuando Inés, tras llamarla dos veces Santa María, marcha hacia donde la llama la Virgen, caminando ambas juntas hasta el lugar donde, arrodillándose, Santa María le coge la Cruz y la clava palmo y medio en el duro terreno, diciéndole:

- V. M.: Hija hinca las rodillas de cara a la procesión, y ten la Cruz hasta que llegue. Han de hacerme aquí una iglesia que llamen Santa María. Tú haz de volver ahora a la iglesia con la procesión. Y con algunas criaturas inocentes estará ante mi altar hoy con la noche. Y me han de decir dos Misas de Santa María ante mi altar, y te han de poner bajo de los evangelios de dichas Misas. Y dichas las dos Misas te han de llevar a la iglesia de Santa María de Guadalupe, y llevarás cuatro libras de cera. Estarás dos días, y a la venida te han de traer acá; haciendo oración la señal será deshecha.

En el momento que Inés les cuenta todo esto a la muchedumbre que se acercaba en procesión y vuelve a la iglesia de Cubas a cumplir con las peticiones de la Virgen, algunos de los vecinos comienzan con fervor a recoger la tierra de las pisadas de la virgen mientras que otros se quedan a guardar la cruz.

El lunes 10 de marzo, Inés procesiona hasta el lugar donde se hallaba clavada la cruz, declara ante cuatro notarios o escribanos de todo lo sucedido y parte por la tarde, acompañada, por entre otros, de su padre, hacia Guadalupe, en Cáceres, para cumplir con lo que le había encargado la Virgen. Tras llegar el 14 de marzo, los frailes médicos le examinan la mano y aunque dictaminan que es una malformación de nacimiento les piden que duerman en el Monasterio de Guadalupe hasta el día siguiente para poder examinársela mejor. Al despertar Inés por la mañana con la mano ya curada, los frailes quedan muy sorprendidos y llevan a la niña ante dos cuadros de Nuestra Señora de Guadalupe para que señale a quien se le había aparecido, reconociendo Inés a la Virgen del cuadro más antiguo.

Inés y los demás regresan de inmediato a Cubas, adonde llegan el 19 de marzo por la tarde. La chiquilla va enseguida hasta el lugar en el que se encuentra clavada la cruz, apareciéndosele de inmediato la Virgen y contestándole a su pregunta de por qué se le había curado la mano en Guadalupe y no en Cubas que:

- V. M.: Eso la enviara a Guadalupe.

Ante todos estos sucesos, el arzobispado de Toledo reacciona con presteza y para el 7 de abril de ese mismo año ya se estaba construyendo la primera iglesia, terminándose el 9 de marzo del siguiente año, justo un año después de la cuarta y quinta aparición en la que Santa María clavó la Cruz. Una vez terminada la Ermita de Santa María de la Cruz, también conocida entonces como Casa de la Virgen, el número de visitantes fue creciendo, existiendo un número de piadosas mujeres de Cubas de la Sagra que deciden irse a vivir en comunidad junto a la Ermita de San Blas, de este mismo municipio, mientras se construye su beaterio junto a la Casa de la Virgen.

En 1464, el beaterio está terminado y las devotas mujeres se trasladan hasta él en calidad de beatas de Tercera Orden de la Penitencia de San Francisco. La primera abadesa fue la misma Inés Martínez a la que se le había aparecido la Virgen; sin embargo, llegó una primera crisis religiosa que hizo que varias de ellas, incluyendo Inés, abandonaran el beaterio. Esta crisis no hay que confundirla con un decaimiento de la fe alrededor de la aparición de Nuestra Señora, ya que si en los meses inmediatos a su aparición fueron censados hasta 20 milagros, en los cincuenta años siguientes fueron otros 70 los que se produjeron, conservándose las actas notariales de todos ellos.

El beaterio prosiguió existiendo tras los abandonos anteriores y, lejos de marchitarse, continuó con su espectacular florecimiento, en especial tras la llegada de Juana Vázquez Gutiérrez, más conocida como “la Santa Juana”. Ésta tomó el hábito como novicia en Santa María de la Cruz el 3 de mayo de 1496 y al año siguiente, igualmente el 3 de mayo, hace profesión solemne con el nombre de Sor Juana de la Cruz. Tras esta profesión, sigue santamente su vida religiosa en el convento hasta el año 1506, en que la comunidad se da cuenta de que Sor Juana ha tenido su primera elevación o sueño místico. En 1507, es desposada místicamente y en 1508, además de aparecerle los estigmas, deja de poder hablar durante once días, lo cual es algo significativo en ella ya que era una carismática predicadora. Al volverle esta facultad, continúa con sus charlas y sermones hasta que el vicario provincial de Castilla, fray Juan de Marquina, le prohíbe hablar al público. Una prohibición que es rápidamente levantada y que más adelante, en 1512, tras ser escuchada por el nuevo vicario provincial, fray Francisco de los Ángeles, es aprobada en cuanto a sus charlas y sus actuaciones.

Durante la Guerra de la Independencia Española, el monasterio sufrió grandes daños, bien por parte de los invasores franceses, quienes robaron el arca de plata que guardaba el cuerpo insepulto de “la Santa Juana” y destrozaron su cuerpo (no hay que pensar que su desenfreno tiene nada que ver con un particular odio a lo español ya que las tumbas de los soberanos franceses de la Basílica de Saint-Denis, cerca de París, en donde también se guarda la del santo rey, San Luis, sufrieron parecido trato durante la revolución francesa), o bien por parte de los propios vecinos de los alrededores, quienes arrancaron y se llevaron desde los mármoles a las vigas del techo. Los restos de “la Santa Juana” fueron recogidos y permanecieron en el convento hasta 1936, cuando, al inicio de la Guerra Civil, fueron ocultados cerca de la cocina del monasterio. En 1990, éstos fueron hallados y autentificados, encontrándose actualmente preservados en una capilla de la nueva iglesia conventual.

Tras el fin de la devastadora contienda con los franceses, el convento continuó con su existencia hasta la Guerra Civil Española, en donde primero fue asaltado y quemado por uno de los bandos para, a continuación, sus restos ser tomados como blanco para prácticas de artillería por el otro. El resultado es que un rico patrimonio construido por la fe y/o el deseo de generaciones de españoles, cuya importancia religiosa podía ser equiparable a la de los santuarios de Fátima o Lourdes, y cuya pertenencia no era de ninguno de los combatientes, fue arrebatado para siempre, quizás por los mismos descendientes de quienes habían dado más de lo que podían para ayudar a su existencia.