La Virgen de la Silla es uno de los cuadros más conocidos y admirados del gran pintor italiano Rafael. Es sin duda la más perfecta de todas las composiciones de esquema circular que se conocen.
Hay una leyenda curiosa en torno a esta Virgen
«La Virgen de la silla» es uno de los cuadros del pintor renacentista Rafael Sanzio, pintada al óleo sobre un fondo redondo.
Una particular leyenda se esconde detrás de esta pintura de cálidos colores.
Parece ser que un pobre ermitaño fue sorprendido por una manada de lobos. Temiendo por su vida se refugió en las ramas más altas de una encina. Cuenta la leyenda que la hija del dueño de un hostal acudió en su auxilio; una dulcísima joven de cabellos castaños, con el rostro lleno de encanto y misterio.
La valiente intervención de la niña puso en fuga a los lobos y permitió al solitario hombre bajar de su refugio en el árbol. El ermitaño entonces, impartió su bendición tanto al árbol como a la joven y profetizó que ambos, un día, “conquistarían la inmortalidad”.
Pasó el tiempo y la hija del hotelero se casó y tuvo dos bellísimos niños. El árbol de encina fue talado por el dueño del hostal y utilizó su madera para fabricar tapas y barricas.
Un día, el maestro Rafael pasaba por aquel pueblo, uno de los Apeninos italianos, y quedó sorprendido por la extraordinaria belleza de una joven sentada en la entrada de su casa, acompañada de su niño más pequeño en brazos y otro de pie a su lado.
El pintor quiso retratarlos en ese momento, pero no tenia a mano ni tela ni pinceles. Entonces, con tal de no perder el encanto de aquella escena, recurrió al único medio a su alcance y en el fondo de una de las tapaderas del viñatero dibujó al carboncillo la figura que luego se convertiría en la Virgen de la Silla.
La forma del fondo de la tapa, por tanto sería la razón de la admirable composición circular. De esta suerte, según la profecía del ermitaño, tanto la joven como la encina -de la que había salido la madera con la que se hizo la tapadera- alcanzaron la inmortalidad gracias al arte del maestro.
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