Nuestra Señora del Don

Del sitio Madre de Dios y Madre Nuestra:

Y con la niebla sobre Nepryadva dormido
Justo a mí
Te has vuelto, con el vestido que fluye la luz,
No asustan a los caballos ...
Y cuando, a la mañana siguiente, una nube de negro
Horda Movido
Estaba en el escudo de tu rostro sin manos
Brillante siempre.

En el año 1380, Rusia gemía bajo el yugo de la Horda Dorada. Finalmente, el 8 de septiembre, día de la Natividad de la Santísima Virgen, tuvo lugar una batalla mortal de dos fuerzas: de un lado, una feroz horda de nómadas, acostumbrada a luchar y ganar y, del otro lado, el bando dirigido por el gran duque Dimitri Ivanovich ratificación de Rusia, inspirado por la fe de Cristo.

Los rusos se pusieron bajo la protección de la Virgen, cuya imagen fue montada sobre un poste y una bandera se agitaba con el viento. Según una crónica de la batalla, "de pie en una colina y al ver las filas de soldados, un sinnúmero de banderas ondeando viento ligero y el brillo de sus armas y armaduras, ante la luz del sol brillante y primaveral, Demetrio exclamó:" ¡Oh Dios! Concede la victoria a nuestro soberano" y, acto seguido, el comandante se arrodilló ante la imagen de Nuestra Señora. El entusiasmo de las tropas rusas fue tal que, a pesar de que el enemigo era claramente superior, derrotaron a las tropas tártaras ".
Después de la batalla, los guerreros triunfantes entregaron a Demetrio este ícono de Nuestra Señora regalo. El mismo Demetrio llevó el ícono a la Catedral de la Asunción y, años más tarde, fue trasladado a la Catedral de la Anunciación. Desde entonces, se sucedieron los milagros y se habla de Nuestra Señora del Don.
Otra tradición señala que dicho ícono se encontraba originalmente en la Catedral de la Asunción de la ciudad de Kolomna. Según una crónica del año 1574, el zar Iván el Terrible, oró delante de Ella  antes del inicio de la campaña de Kazan, en la cual resultó vencedor. Al regreso de Kazan, el Zar Iván ordenó el traslado del ícono mariano, siendo el signo de la victoria de Moscú.
 
El ícono es atribuído al pintor Teófanes el Griego, fue pintado entre los años 1382 y 1395 y posee dos caras. En la parte frontal, se observa a Nuestra Señora junto al Niño Jesús. El fondo de oro original se perdió, pero las caras y ropas de la Virgen y el niño están bien conservados. El manto de la Virgen es de color cereza, mientras que la ropa de Cristo es de un marrón rojizo, la cual está embellecida por una cadena de oro de líneas quebradas. En el borde del manto de la Virgen encontramos las estrellas, un símbolo de su virginidad antes, durante y después del nacimiento del Salvador.
En el reverso se muestra la "Asunción de la Virgen". Después de haber sobrevivido a los siglos, la imagen mantiene hoy casi sin cambios. Conserva la inscripción: "Santuario de la La Asunción de la Virgen". En la imagen, se puede apreciar a Nuestra Madre Celestial rodeada de los apóstoles y santos, siendo llevada de las manos del Salvador. Una sola vela delante de Nuestra Señora del lecho de muerte, con su llama temblorosa, símbolos de la extinción de la vida terrenal.
Muchos milagros fluyeron de esa imagen. En 1591, el territorio ruso fue invadido por los tártaros de Crimea. En ese momento, Moscú estaba casi indefensa porque casi todas las tropas rusas estaban apostadas en Veliky Novgorod, ante la amenaza de los suecos. Ante el asedio de los tártaros, el Zar Fiodor Ivanovich, puso su fe en Dios y ordenó a su pueblo hacer la procesión con el icono del Don en torno a las murallas de la ciudad y, luego, lo puso en el centro del disminuido ejército ruso. Por la noche, después de la oración ferviente, el zar recibió una revelación de la Virgen, en la que supo que tártaros abandonaron el campo de batalla. En honor a esa milagrosa victoria, inmediatamente el Zar fundó un monasterio en el lugar exacto donde había posado el ícono de la Virgen. El monasterio llamado se llamó Don. Desde entonces, cada 19 de agosto, se realiza una solemne procesión.
Actualmente, el ícono de Nuestra Señora del Don está en la Galería Tretyakov.