10 de julio de 2024

Nuestra Señora de Ghiaie de Bonate

 Adaptado del sitio Foros de la Virgen:

La parroquia de Ghiaie de Bonate se encuentra en la diócesis de Bergamo a aproximadamente a diez kilómetros del pueblo principal.

El pueblo toma el nombre de Ghiaie de Bonate, debido a que el suelo es del tipo canto rodado, proveniente del río Brembo. Ghiaie de Bonate es un fragmento de Bonate Sopra y de, pequeña parte de Presezzo.

La parroquia, data de fines de 1921, luego de muchas confrontaciones fue reconocida civilmente, el 29 de marzo de 1944 en las vísperas de las apariciones. Es la única parroquia de la diócesis consagrada a la Sagrada Familia.

El pueblo de Torchio es un pequeño poblado que depende de Ghiaie Bonate alojado a las orillas del Río Brembo, entre una extensión de campos y un enorme plantación de coníferas, que dominando el altiplano de la isla, sirvió de anfiteatro para las inmensas muchedumbres que concurrían durante las apariciones.

De hecho, del 13 de mayo al 31 de julio de 1944, en este pequeño pueblito de la Bergamasca, más de tres millones de peregrinos vinieron de todas partes en diferentes tipos de medios. Sin tener en cuenta el gran peligro de la guerra, debido a los continuos bombardeos y a las ráfagas de las ametralladoras que reinaban allí poniendo sus vidas en peligro.

En este pueblito desconocido para el mundo, una tarde de mayo de 1944 el día 13, se le aparecía por primera vez Nuestra Señora a una pequeña niña de 7 años. La aparición en Ghiaie de Bonate se definió como "El epílogo de Fátima".

Adelaide tenía entonces siete años. Nació el 23 Abril de 1937 en el pueblo de Torchio y fue bautizada el 25 de Abril de 1937, por el sacerdote Don Cesare Vitale. Cursó la escuela elemental (Primaria). Era una niña plena de salud y muy vivaz, le gustaba jugar como cualquier niña de su edad.

Nada hizo pronosticar esa tarde del 13 de mayo de 1944 que la Sagrada Familia se le aparecería a esta niña, cuyo nombre no sólo habría cruzado los confines de Italia sino también los de toda Europa. 

Mientras el mundo se quemaba entre las llamas del odio, las armas y la guerra esa situación parecía nunca acabar. Nuestra Señora, la Madre de la Unidad y Reina de la Paz, escogió a una muchacha joven y simple de Bonate, Adelaide Roncalli, quién fue la elegida para lanzar los mensajes de Nuestra Señora al mundo.

Ella aparecía durante trece días en dos ciclos; el primero del 13 al 21 de mayo, y el segundo de 28 al 31 de mayo. La Señora le dijo:

"Tú sufrirás mucho, pero no llores, porque después tú vendrás conmigo al paraíso".

"En este valle de verdaderos dolores tú serás una pequeña mártir … "

El 12 de Julio de 1946, negó la retractación que le habían dictado y procedió a reafirmar la veracidad de las apariciones por escrito, pero desgraciadamente no tuvo los resultados esperados. Desde el 30 abril de 1948, el Obispo de Bergamo, Monseñor Bernareggi envió adelante el decreto de "No Consta" prohibiendo todo tipo de devoción a las Apariciones de Nuestra Señora, de Ghiaie de Bonate. 

Movida de aquí y para allá, contra su voluntad, sin saber sus padres de esto fue burlada y calumniada. Adelaide soportó y llevó esta cruz fuera de su casa. A la edad de 15 años, obtuvo del obispo el permiso para entrar en el convento de las Monjas Sacramentinas de Bergamo.

Muerto el obispo, alguien tuvo éxito de resurgir los acontecimientos de 1944, hacerla renunciar al convento y fue obligada a abdicar de sus ideas que la Virgen María había manifestado en ella. Esta renuncia le trajo mucho sufrimiento y una la larga enfermedad. Cualquier adolescente de su edad hubiera salido destruida de una vivencia como la suya, pero Adelaide era fuerte y se reafirmó.

Se cansó de esperar que la puerta del convento se volviera a abrir, y optó por casarse, se fue a vivir a Milán, dónde consagró su vida a su profesión que era la de enfermera cuidando con mucho sacrificio y amor a sus pacientes. Los años pasaron y Adelaide guardaba el silencio impuesto por su superior.

Muchos fueron los testimonios de enfermos recuperados durante y después de las apariciones. Las recuperaciones diferentes eran instantáneas, perfectas e inexplicables. 

Durante ese período, se fundó una oficina especial para las investigaciones de costumbres. En el decreto del obispo se lee: "Con esto nosotros no pensamos excluir que Nuestra Señora, confiadamente invocada por tantos en su buena fe sostuvieran que la aparición en Ghiaie, que podría conceder gracias especiales y no ordinarias recuperaciones, premiando de tal manera la devoción hacia Ella".

Según sólo las afirmaciones, de la gente común, permanecen dos dudas persistentes.

  1. Los tantos pacientes, recuperados inexplicablemente desde el 13 de mayo de 1944 hasta el fin del juicio del obispo el 30 de abril de 1948 porque los enfermos llegados "en buena fe" a Ghiaie de Bonate (no conocían la posición de la Iglesia en merito a las Apariciones), si realmente nada especial pasó en Ghiaie de Bonate, ellos no hubieran soñado acercarse a orar a la Virgen y pedirle gracias en aquel lugar desconocido.
  2. Para todos ellos que, desde 1948 a hoy, no más "que no se evidencia la existencia de la buena fe" (porque al conocimiento del "no consta" y de las prohibiciones del decreto Episcopal), en vez ellos han creído en la inocencia de una niña de siete años, van en peregrinación al lugar de las apariciones y ellos han orado por si solos o en grupo, con o sin la presencia de sacerdotes, han invocado la ayuda de Nuestra Señora de Ghiaie de Bonate o Reina de las Familias.

De ella específicamente se reciben gracias especiales o recuperaciones , como ellos considerar recibir las gracias obtenidas mediante sus ruegos.

En el año 1949, un año después de la publicación del decreto Episcopal, el Papa Pío XII recibió en audiencia privada a la niña Adelaide Roncalli. La cual revelo el secreto a el reservado que la Virgen le había confiado el 17 de mayo 1944 durante la quinta aparición. El Papa, recibiendo a Adelaide, manifestó creer en las apariciones de Ghiaie de Bonate ciertamente. ¿Por otra parte habrían empujado a ese gran pontífice a recibir a la niña , visto el "no consta" en el decreto Episcopal?

En la fecha 8 de julio de 1960, el Papa Juan XXIII envió a una carta a monseñor Jóse Battaglia Obispo de Faenza "Acerca de lo sucedido en 'Ghiaie'".

Carta Reservada del 8 de Julio de 1960:

Estimada Excelencia, nosotros estamos unidos por el buen pensamiento del corazón y la oración.

Referente a lo sucedido en Ghiaie usted entiende que no se debe comenzar desde el vértice, si no desde la base: y no se debe hablar sin conocimiento sin antes haber escuchado pronunciar la última palabra.

Más que lo sustancial se debe tener en cuenta las circunstancias han sido estudiadas.

Lo que merece la pena en "subiecta materia" que es el testimonio de la vidente: y la afirmación que todavía mantiene a los 21 años y en conformidad de la primera afirmación a los 7 años: y retirada por las amenazas, y los miedos del infierno la hechos por alguien.

Me parece justo insistir en aquellas incisivas amenazas recibidas.

Sin embargo Vuestra Señoría , que entiende que no es práctico, ni útil, que el primer paso para una revisión del suscripto dado que espera el "verbum" para la Congregación de los Ritos, o de otro ministerio que a su tiempo "faciat verbun cum S.S." etc.

Perdone la simplicidad de mis palabras.

Y espero que nos encontremos siempre bien "in laetitia et benedictione" aun cuando "dies mali sunt".  Aff. mo Io. XXIII».

El Padre Pío les habría dicho a las personas de Bonate porque habían ido por él a Pietralcina: "¿Pero que cosa viene hacer, aquí, si usted allí tiene en su casa a Nuestra Señora de Bonate?"

En el trigésimo año de las apariciones, el Señor Cortinovis presentó al obispo monseñor Clemente Gaddi una petición acompañada por 7000 firmas de creyentes que manifestaron el deseo de orar, con el consentimiento del obispo en el lugar de las apariciones. Monseñor Gaddi respondió que no podría volver a abrir el caso si en su presencia no había elementos nuevos, serios y graves que permanecieran en vigor las disposiciones de los obispos que el había precedido. Pero agregó que sin embargo no pudo prohibir, ni impedir a personas simples o a los grupos de personas de llegar al lugar para Orar a la Virgen.

Finalmente, valiéndose de la ley de los decretos del Concilio Vaticano II sujeto a la información, Adelaide se siente descargada de las prohibiciones que le habían sido impuestas y se definió por reafirmar solemnemente y oficialmente, delante de notario, la veracidad de las apariciones.

El día 20 de Febrero de 1989 declara cuánto sigue: "Yo Roncalli Adelaide, nacida en la Ghiaie de Bonate Sopra (Bergamo) 23 de abril de 1937, a 45 años de las apariciones, vuelvo para declarar, como ya lo he realizado más de una vez, en ocasiones precedentes. Que se convenzan que tuve las Apariciones de Nuestra Señora en Ghiaie de Bonate desde el 13 al 31 de mayo de 1944, cuando yo tenía siete años. Las historias que he vivido dolorosamente desde entonces, las ofrezco a Dios y la Autoridad legítima de la Iglesia a los que solo pertenece reconocer o no, en cuánto a mí conciencia tranquila y en la posesión más segura de mis facultades mentales yo sostengo que es la verdad."

En la fe Adelaide Roncalli
20 de Febrero 1989. ."

 

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