Del sitio Diócesis de Getafe:
Según la tradición la devoción a “Nuestra Señora de los Angeles” está unida a su santuario en el Cerro de los Angeles, junto al camino que de Madrid se dirige al Sur de la península. Muchos viajeros se han detenido en esta tierra al Sur en la Provincia de Madrid, habitándola; han reencontrado en la Virgen María su raíces y la acogida de su oración creyente.
A partir del siglo XVII consta documentación escrita sobre esta devoción. Según la tradición precedente, unos pastores hallaron la imagen de la Virgen en lo alto del Cerro en una noche de tormenta. La imagen gracias a la notable devoción del pueblo cristiano ha sido viajera desde tiempos remotos a Pinto, a Getafe, en los momentos de sequía, de plagas y de epidemias; sin embargo el relato nos dice que siempre ha regresado al Cerro.
La iglesia de Getafe, diócesis constituída en 1991, en un tierra donde la Virgen María es venerada significativamente por doquier, dirige su plegaria de unidad en el Espíritu a esta advocación de María que la ve Reina de los ángeles y madre nuestra.
La devoción de las gentes de Getafe y de la comarca a la imagen de Ntra. Sra. de los Angeles se pierde en la memoria de las generaciones. La leyenda o relato originante nos cuenta que unos pastores hallaron la imagen de la Virgen en lo alto del Cerro, en una noche de tormenta. También nos dice, que la llevaron a Pinto y la imagen desapareció durante la noche, regresando al Cerro. La trasladaron a Getafe y volvió a ocurrir la mismo. Ante estos sucesos extraordinarios el pueblo construyó una ermita a la que llamaron, como a la imagen, Nuestra Señora de los Angeles.
Hasta el siglo XVII no existe documento escrito sobre la devoción a la imagen de Ntra. Sra. de los Angeles. Las relaciones de los pueblos de España de 1576 (Felipe II) no menciona ermitas o santuarios en la zona. Las hipótesis de algunos historiadores a partir del silencio de las crónicas se atreven a pensar que fuera traída por los frailes del Paular ya que eran devotos de esta advocación.
Otro dato significativo es que el párroco de la Magdalena D. Eugenio Ximénez mando esculpir la imagen. Según consta en el archivo, fue entregada por el escultor el día de la Inmaculada Concepción del 610, siendo colocada con honores en la casa del Paular hasta el año 1.616, mes de abril cuando se celebraron las primeras fiestas en su honor.
La devoción es indicada por las crónicas de personaje ilustre que desvían su camino para poder contemplar la imagen, con fama de milagrosa.
Don Diego Santos Reolid, párroco de Santa María Magdalena, solicitó a la Santa Sede una concesión o privilegio especial para dar categoría al culto en honor de Nuestra Señora. Fue D. Francisco Pérez y Cuesta, a la sazón comisario de la Santa Cruzada, quien recibió, en su sede de Teruel, un Breve Pontificio del Papa Benedictino XIV en el que concedía a los getafenses y su comarca una serie de beneficios. En el documento se expone el beneficio otorgado: “Que habiendo confesado y comulgado visitasen devotamente l-Sic-de Getafe, Diócesis de Toledo, en un día del año en que señalara el ordinario de sus primeras vísperas, hasta dicho día al ocaso del sol y allí rogaren a Dios Nuestro Señor por la paz y la concordia entre los príncipes cristianos extirpadores de los herejes y demás necesidades de su indulgencia … ” La duración del privilegio, según lectura del Breve Pontificio, no podía pasar de siete años. En el mismo se hace referencia a determinadas condiciones: prohibición de todo signo externo, publicación del mismo en imprenta, sólo se notificará desde el púlpito de las iglesias o a través de Cédulas de mano.
La imagen se hace peregrina ante la adversidad. En el año 1.612, ante la sequía en los campos, el primer domingo del año, Jubileo del Rosario, la imagen de la Virgen sale en procesión de Rogativas desde la parroquia de Santa María Magdalena, junto con la imagen de la Virgen de Butarque, patrona de Leganés.
En mayo de 1.726 la imagen salió del Cerro hasta la Parroquia con motivo de una terrible plaga de langosta y de una prolongada sequía. Permaneció en la parroquia de Santa María Magdalena desde el día 3 de mayo hasta el 25 de agosto.
A finales de 1.750 debido, también, a la escasez de agua, se trajo a la Virgen hasta la Parroquia. Se nos narra, que fue tal la cantidad de agua, que cayó durante la misma procesión y durante la novena que, los getafenses organizaron una gran fiesta como agradecimiento.
Este amor a la Virgen María, se traduce en un influjo de vida espiritual y religiosa para toda esta comarca, y también para Madrid, por esa razón, en el año 1.774 el Arzobispo de Toledo, Cardenal Lorenzana otorgó la especialísima concesión de que: “Durante los cultos que se celebran en la iglesia parroquias de Santa María Magdalena, durante los tres días de la Pascua de Pentecostés que la imagen de Nuestra Señora. está presente, se puede exponer y hacer presente la Divina Majestad Sacramentada”.
Asímismo, D. Gregorio Esquileta, párroco de la Magdalena, en unas declaraciones al Arzobispo de Toledo, fechada en julio de 1.786 dice: “Que la población está compuesta por 830 familias, que suponen unos 3.400 personas”. Y con relación a la Virgen de los Angeles afirma: “Sobre un cerro más allá del Camino Real nuevo y algo más de media legua está el Santuario de Nuestra Señora de los Angeles, venerado en el contorno, visitado con mucha frecuencia y número de Madrid”.
Se tienen noticias de correcciones hechas por los arzobispos de Toledo; una fechada en 1793 a través del oidor del Arzobispo de Toledo, en la que indica a los mayordomos, que se abstuvieran de colocar la imagen debajo de una especie de tienda de campaña, por estar reflido con la seriedad del culto litúrgico. Y les indica unas bases, a tener en cuenta, para colocarla en un dosel… otras por exceso de las fiestas programadas en su honor, que, según referencia de la corrección, rayan en paganas.
D. Miguel Rosillo Montoya, presbítero y teniente vicario de Santa María Magdalena, en el prólogo de la novena a la Virgen, que él escribe en el año 1.807, dice así: “El pueblo de Getafe tiene el privilegio hermoso y amable de Nuestra Señora de los Angeles que se venera en la ermita del Cerro de los Angeles – ya cae en desuso el nombre de Almodovar (como se le llamaba antes)- y en quién siempre se haya el amparo, pues no ha habido vez alguna que se haya recurrido en su conflicto que no haya quedado socorrido…” Y agrega: “Desde el año 1.680 que es tiempo que nos acordamos (sic), siempre que se ha traído en rogativas por falta de agua ha habido siempre su favor. Díganlo los lugares vecinos, que son fieles testigos de sus finezas” y continua “Que escribe esta novena para los fieles de este pueblo como los innumerables devotos de Madrid y lugares del contonio que franquean la visita de esta soberana imagen en su Ermita.”
A principios de siglo y en modo especial, a raíz de la guerra civil del 1936-39 el cerro de los Angeles fue un centro de peregrinación, unido a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Así lo manifiesta la magna peregrinación a nivel nacional al Cerro de los Angeles ante los continuas ataques a la Religión por la República. La nota significativa es que los peregrinos portaban la medalla de la Virgen de los Angeles con un lazo azul. La peregrinación tuvo lugar el 25 de diciembre de 1.935 y fue presidida por el Excmo. Sr. D. José María Salvador, obispo; dio comienzo el acto con el rezo del rosario y la letanía, finalizando con la procesión de la imagen de la Virgen y la bendición del Santísimo. Se congregaron más de 30.000 personas.
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