Durante su juventud, Carlos Manero creía tenerlo todo. Como empresario, trabajaba para las firmas más potentes de la bolsa mexicana. Aquel éxito le alejó por completo de la fe. Siempre supo que el Señor le seguía llamando, hasta que un trágico suceso antes de casarse le hizo reaccionar. Derrumbado, solo una experiencia con "la Gospa" en Medjugorje podría hacerle retomar las riendas de su vida.
A principios de la década de los 90, el éxito empresarial de Carlos era imparable. Era febrero de 1992 y estaba preparando la boda y el curso prematrimonial con su prometida Angélica. La recuerda como "el instrumento" que usó Dios para llevarle de vuelta a la fe y siempre que podía le invitaba a ir a misa y a rezar el Rosario.
Con motivo del reciente estreno de Medjugorje. La película en México, Carlos ha contado al canal Mundo Católico el trágico suceso que le convertiría en un auténtico apóstol de María.
Fue el 28 de febrero de 1992. Quedaban solo tres semanas para su boda y estaban en pleno cursillo prematrimonial cuando Angélica comenzó a sentirse mal. De pronto, le dijo a Carlos que no podría haber boda.
"En ese momento, entendí la mano izquierda de Jesús. La estaba abrazando cuando tuvo un paro respiratorio y cardíaco. Cayó desplomada y murió al final del curso prematrimonial", relata.
Carlos estaba en shock. Ya en el hospital tras intentar reanimarla sin éxito, le invitaron a visitar la capilla, donde estaba expuesto el Santísimo: "Me acerqué al altar, escupí al Santísimo y le preguntaba llorando: `¿Por qué me quitaste a mi novia?´".
Aquella reacción y la muerte de su prometida le marcarían de por vida. Comenzó a recibir medicación psiquiátrica para intentar mantenerse "en pie" y a beber y solo pensaba en morirse.
Su madre, desesperada cuidando a su marido con Alzheimer y preocupada por su hijo, le dio un ultimátum: ella le pagaría un viaje a Medjugorje prometiéndole que la Virgen sanaría sus heridas. Pero si no aceptaba, le echaría de casa.
Carlos llegó a Medjugorje poco después de que comenzase la guerra de Bosnia, en 1992, inscrito en un grupo de peregrinos norteamericanos y acompañando a una monja que no hablaba español, sin poder casi comunicarse.
Recuerda que al llegar pudo conocer a una de las videntes de Medjugorje, Vicka Ivanković, que le relató uno de los mensajes pronunciados por la Virgen en las apariciones: "Hijos cuando ustedes están en adoración, quiero que sepan que yo bajo del cielo y me arrodillo junto a ustedes ante el Santísimo Sacramento del altar".
Entonces llegaron a la primera Adoración al Santísimo: "Me arrodillé y empecé a llorar sin parar, pidiéndole perdón a Jesús por lo que había hecho. Yo no quería estar en este lugar, pensaba en por qué me quitaron a mi novia y recordé lo que Vicka nos había dicho".
Carlos recuerda cerrar los ojos junto a la monja mientras lloraba y dirigirse directamente a la Virgen: "María, tú no estás aquí. Son puras mentiras. No estás aquí, pero si estás realmente y te apareces en este lugar, quiero que me digas por qué tu Hijo me quitó a mi novia".
Nunca olvidará lo que sucedió a continuación y desde entonces expresa convencido de que "no se debe retar a Dios".
"En ese momento, empecé a escuchar una voz dulce y llena de amor en los oídos y en mi corazón tan que me decía: `Carlos, Carlitos, quiero pedirte que nunca más le vuelvas a preguntar a mi hijo Jesús por qué te quitó a tu novia. Eres muy injusto cuando preguntas por qué te la quitó. No has querido aceptar su voluntad y Él no se equivoca. Es Dios, sabe proveer y sabe en qué momento va a mandar algo en tu vida, y nunca lo ha hecho ni lo hará para lastimarte, lo ha hecho para tu bien eterno´".
Cuando abrió los ojos, "estaba llorando de alegría" y se giró preguntándose por qué la monja que le acompañaba también lloraba. Cuando volvió a cerrar los ojos, escuchó de nuevo la voz de la Virgen: "Carlitos, a partir de hoy, donde quiera que vayas, quiero que les enseñes lo que te estoy enseñando esta noche. Enséñales a todos a partir de hoy que no es por que murió tu novia sino el para qué".
En ese momento, la religiosa se dirigió a Carlos sorprendida: "Carlos, ¡escuchaste a la Gospa! La Virgen te habló y yo la escuché en un perfecto inglés y tú en un perfecto español. ¡Le preguntaste el por qué y ella te dijo que no es el por qué sino el para qué. También lo escuché!".
Entonces lo entendió todo y buscó la mejor forma para cambiar de vida. Tras hablar con el obispado mexicano, se fue al seminario durante dos meses, renunció a su puesto de trabajo y le prohibieron hablar de lo ocurrido en Medjugorje durante tres años.
Poco después, volvió a Medjugorje y recibió una nueva misión: "La Gospa quiere encargarte un proyecto. Quiere que comiences un canal de televisión".
Manero no dio crédito cuando vio los acuerdos y contratos a falta de su firma. Se los presentó a la Conferencia Episcopal Mexicana y a su entonces vicepresidente, Manuel Pérez Gil y a Ramón Gaudines. Pocos días después falleció el obispo de Aguascalientes, con quien tenía relación, profetizándole el día que comenzaría el proyecto.
Y así sucedió. El 1 de noviembre de 1993 vio la luz Claravisión, actualmente Maríavisión, con un programa llamado Principios, que actualmente se dirige a casi cien millones de espectadores en todo el mundo. Al mismo tiempo presentaron la Fundación Medjugorje 2000, presidida por el mismo Manero, que ha dado la vuelta al mundo dando conferencias sobre Medjugorje en más de 27 países.
"La Gospa lo hizo todo. Nosotros solo fuimos instrumentos. Ya son 30 años trabajando para María, a través de la Fundación hemos llevado a 107 grupos y 8170 peregrinos de varios países y pagado el viaje a 420 sacerdotes", explica.
Desde entonces, su vida dedicada a la fe, a la Adoración y a la Virgen no ha tenido descanso. También ha sufrido "represalias" por ello: sin saberlo, se casó con una integrante de una secta satánica que secuestró a su único hijo durante ocho años y, de nuevo en Medjugorje, le preguntó a Vicka por qué pudo sucederle algo así.
"Satanás está enfadado contigo y la conversión de tantas personas. Fue sobre tu hijo para que renegarás de Dios y no volvieras a hablar de Medjugorje», le respondió la vidente.
Junto con la ayuda de Vicka, del nuncio de Benedicto XVI en México y el sacerdote Carlos Piña, localizaron y rescataron a su hijo en Chihuahua (México), en lo que ha sido «una vida de aventuras y golpes».
Desde entonces, Carlos es un auténtico apóstol de "la Gospa" y ha asistido cientos de veces a Medjugorje como organizador de grupos de miles de peregrinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario