Cuando la celebración eucarística termina y cuando en ese momento el recorrido de regreso hacia la parroquia da inicio, los fieles caminan por tres horas hasta llegar al templo.
Mencionar que con “la bajada de la virgen” se anuncia de manera oficial el inicio de la feria grande de Cintalapa, donde lo religioso se fusiona con lo cultural, gastronómico, deportivo, y demás actividades que le dan más vida a las festividades a la feria de La Candelaria.
Según el cronista cintalapaneco, profesor Quintín Fernando Acosta Cruz (Q.E.P.D.).La Fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria en la ciudad de Cintalapa, se remota a los orígenes de esta comunidad, a partir de la colonización de México, los españoles recién llegados empezaron a fundar pequeñas fincas en las grandes extensiones de terrenos que les fueron legados por las autoridades de esa época, trabajando la tierra con la diversificación de cultivos y crianza de animales para satisfacer las necesidades de alimentación propias y de los trabajadores.
En uno de estos centros de población llamado “Tlacuatzin” inicia la tradición de la Virgen de Candelaria, en esa capilla se veneraba a una Virgen traída por los Frailes Españoles llamada “Virgen de la Candelaria”, muy milagrosa y con una gran cantidad de devotos.
El poblado “Tlacuatzin” fue decayendo y finalmente abandonado por sus pobladores, algunos de los cuales se avecindaron en la llamada en esa época, Villa de Cintalapa, trayendo con ellos entre otras costumbres, la devoción a la Virgen de la Candelaria, tradición que fue bien recibida por los lugareños.
Actualmente la feria anual de la Candelaria, cuya fecha principal es el dos de febrero, posee un peso económico y religioso fuerte dentro del flujo social de la ciudad.
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