El 24 de enero, se celebra la festividad de Nuestra Señora de la Paz, advocación nacida a finales del siglo XI en Toledo. En nuestra provincia esta festividad se festeja en muchos pueblos, entre ellos Corral de Calatrava, donde es su patrona.
Sobre el origen de este pueblo y de su nombre tenemos que atenernos a lo que informan las Relaciones Topográficas de Felipe II de 1575, cuando en su contestación 1ª dicen “… Corral de Caraquel… está junto a la villa de Caraquel… en otro tiempo, según las historias, ciudad muy populosa… e hubo por bajo …un corral … que servía de herradero de vacas, y allí se edificó este pueblo …”, en la nº 2 concretan que se pobló a finales del siglo XIV, ya que se dicen “… población de ciento ochenta años a esta parte …”; las de Caracuel por su parte en su contestación 39 informan que “… la causa de despoblarse fue porque el Comendador tenía aquí su casa, y por ser camino tan pasagero se apartó al Corral … y prometió a cada vecino que se fuera allí 10.000 mrs. … y se fueron muchos, y asi se pobló el Corral…”; por su parte varios autores estudiando los itinerarios del geógrafo del siglo XII El Edrisí, creen que el Dar Albacar que nombra una jornada antes de llegar a Calatrava, viniendo desde Córdoba, es el actual Corral.
En el Libro de la Montería de Alfonso XI tenemos una notable cita sobre este término: “… la sierra del Salcejo, que es cabo el Corral de Caraquel, es buen monte … Et son las vocerías, la una desde la Nava, el camino arriba, que va del Corral a los molinos; et la otra por cima del Rebenton. Et que estén renuevos por cima de la sierra del Salcejo. Et son las armadas, la unas en la Nava, et las otras en el Colmenar…”; aunque no es seguro parecen indicar estos datos que la zona situada entre el pueblo, el rio y la aldea de los Pozuelos, era entonces un espeso monte que permitía guarecerse a los osos, reses que monteaba preferentemente el rey Alfonso XI.
A finales del siglo XIV, Corral recibió el beneficio de Villa, pero no sería hasta 1.822 cuando se produjo la separación de los términos municipales con Caracuel.
La devoción a la Virgen de la Paz surgiría en la villa al pertenecer esta al Arzobispo de Toledo, lugar donde nació la advocación en el siglo XI, tal y como reseñe al principio. Inocente Hervás y Buendía en su “Diccionario Histórico, Geográfico, Biográfico y Bibliográfico de la Provincia de Ciudad Real”, dice que en el siglo XV ya se daba culto a la Virgen de la Paz por voto de la villa; y en la relaciones ya citadas de 1575, en su contestación 52 se dice: “Guárdanse los días festivales comunes, aunque por voto particular se guarda Nuestra Señora de la Paz, San Gregorio y San Antón y Santo Sebastián y Santa Brígida ”.
Dos siglos después, en 1770 en el Censo de Hermandades, Gremios y Cofradías del Conde de Aranda, ya aparece la Virgen de la Paz como patrona de la villa, ya que en las respuestas que realiza la población figura: “ay anualmente la festividad de Nuestra Señora de la Paz patrona de esta villa que voluntariamente se toma el zetro por uno o dos vecinos que su costeo de función de Iglesia reducida a la Misa, Prozesion Sermon Polbora, y refresco en la que tambien se gastan un mil y cien reales vellón para lo que se ayuda con ziento y cinquenta reales por los caudales públicos que están dotados por el real consejo de Castilla; en esta misma función ay tres oficiales con la voz o nombre de Capitan Alferez y sargento que voluntariamente cumplen tres oficios y gastan cada uno treszientos reales en ofertorio que hacen de ziento treinta y cinco reales entre los tres y refresco de colazion que dan, cuyo ofertorio se gasta en Asi mismo azeite y zera para la Luminarial de la lámpara, y altar de zeras y tambien pareze a sus mercedes hes laudabl continue”.
Lo que queda claro por lo referido hasta ahora, es que la devoción de los corraleños a la Virgen de la Paz, nació en el siglo XV, y con el transcurso de los años fue en aumento hasta convertirse en la patrona de la villa. Tanta fue la devoción que adquirió la Virgen de la Paz, que en el siglo XVIII se levantó al sur del pueblo una ermita en su honor, con planta de cruz latina con una sola nave, con cúpula sobre el crucero de brazos poco desarrollados y cabecera poligonal.
En cuanto a la iconografía de la Virgen de la Paz, la imagen de la Virgen corraleña que llegó hasta 1936, era una imagen de vestir con ráfagas, que portaba en su mano derecha un banderín que llevaba grabado el nombre de “Nª Sª de la Paz”. Destruida la imagen de la Virgen, por republicanos del Frente Popular, al inicio de la Guerra Civil Española y asaltada su ermita y destruidos los retablos e imágenes que recibían culto en ella, al término de la guerra en 1939, seria encargada la actual imagen de la Virgen al escultor sevillano y profesor de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de la capital hispalense, Manuel Vergara Herrera, quien la entregaría para sus fiestas de 1940. La imagen de dimensiones más reducidas al tamaño natural, recibe culto durante todo el año en su ermita, presidiendo el retablo, que también fue construido al término de la Guerra Civil.
Todos los años los cultos a la Virgen se inician el 18 de enero, cuando la imagen es bajada desde su ermita a la Parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación, donde se inician los cultos en su honor, que concluyen el día 24 con la salida procesional de la imagen por las calles del pueblo. Como dato curioso mencionar, que durante la procesión se tiran miles de cohetes al paso de la Virgen, sobre todo al término de la procesión y llegar su imagen al templo parroquial.
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