Don José Ulloa, con dinero reunido de donativos, construyó una ermita en el jardín de la entrada de su casa; allí colocó la imagen de la Virgen. Con el tiempo comenzó a aumentar el número de visitantes, por lo que el señor Ulloa consideró necesario habilitar como capilla un galpón de adobe que estaba desde el tiempo de don Vicente Vásquez, su anterior dueño y buscó un sacerdote que oficiara en la capilla y que orientara la devoción.
En el año 1850 el devoto Fray José Manuel Troncoso O. De M. tomó la decisión de trasladar la imagen a un galpón que estaba a unos 100 metros al norte por el camino a Valparaíso y que quedaba ubicado frente a lo que hoy es el Templo de la Virgen. Este galpón con el tiempo sirvió como escuela fiscal y después parroquial.
El capellán Troncoso pidió a los vecinos y a los viajeros que pasaban por el lugar la ayuda necesaria para la construcción de una nueva capilla. La familia Leiva Vásquez fue la principal colaboradora, donando un pedazo de terreno que corresponde al actual templo.
El 2 de abril de 1851 un fuerte temblor destruyó las paredes
que estaban levantadas. Sin embargo, Fray José Manuel, hombre de fe,
prosiguió en su campaña de recolectar fondos para recomenzar la
construcción.
En 1854 la inauguración de la nueva capilla fue acompañada con
la entrega de los títulos de donación de terrenos. El padre Troncoso
hizo llegar una nueva imagen de la Santísima Virgen desde España y es
esta la que se encuentra en el actual templo. El 16 de noviembre de 1854
obtuvo de la autoridad eclesiástica, para la capilla, el decreto de
constitución como templo público.
El 16 de agosto de 1906, el violento terremoto que azotó
Valparaíso, derribó la tercera capilla del santuario de Lo Vásquez.
Cuentan las crónicas que, después del sismo, la gente al pasar por el
lugar, llenos de asombro se conmovían al ver que , a pesar de que todo
el resto de la capilla estaba destruida, el muro del altar con la imagen
de la Virgen había quedado en pie.
El 8 de diciembre de 1908 el párroco de Casablanca, don José
Miguel Galaz, bendijo y colocó la primera piedra, ya no de una capilla
sino de un verdadero templo para la Purísima Virgen. Con entusiasmo
renovado y con el esfuerzo de muchos vecinos se comenzó nuevamente la
reconstrucción de la iglesia. En 1913, con alegría desbordante, por fin
se inaugura el templo, el día 8 de diciembre.
En 1918 se hace cargo de la parroquia de Casablanca y también
del santuario el padre Eladio Lazcano, quien dio comienzo a los trabajos
de ampliación del templo con dos naves laterales y una amplia
sacristía.
El 13 de octubre de 1951 el Obispo de Valparaíso, Monseñor
Rafael Lira Infante coronó la imagen de la Purísima Virgen de Lo Vasquez
ante la clamorosa alegría de miles de devotos.
Siendo Obispo de Valparaíso Monseñor Francisco de Borja, se
rehizo totalmente el santuario, que quedó muy dañado por el sismo de
1985. El templo y las
torres de hicieron de nuevo. Desde entonces los
Obispos sucesores han hecho otras remodelaciones y adelantos que han
hecho del santuario uno de los más grandes
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