Del sitio Roman Catholic Saints:
Bretaña es una tierra famosa por sus peregrinaciones, y la de Folgoët es una de las más importantes. En el año 1419 una iglesia tomó el lugar de una pequeña capilla de Nuestra Señora en el Bosque de Lesneven, y se convirtió en el centro de un gran establecimiento eclesiástico, con un famoso santuario de peregrinos.
En 1380 vivía cerca de Lesneven un buen anciano llamado Salaun o Salomón. No tenía a nadie que se ocupara de él, vivía solo y no se relacionaba con nadie; caminaba con los ojos en el suelo, sino con el corazón en el cielo.
Con el paso de los años, viejo y lisiado, se le veía todas las tardes cojeando hacia la capilla de la Santísima Virgen, donde pasaba la mayor parte de la noche en oración después de que los aldeanos volvieran a la calidez y seguridad de sus propias casas. Era un hombre sencillo del bosque, y aquí, donde más tarde se construyó la capilla de Nuestra Señora del Bosque, dormía al aire libre bajo un roble cerca de una fuente.
A Salomón le encantaba columpiarse de las ramas de un árbol que colgaba sobre la fuente, mientras cantaba sus alabanzas al "Ave María" en la parte superior de sus pulmones. Cada día pedía pan para obtener su comida, y al hacerlo a menudo se reían de él, se burlaban de él y lo maltrataban los niños pequeños. Era conocido por todos como "El Loco del Bosque".
Un día, mientras los aldeanos se dirigían a la capilla, encontraron al anciano en la nieve muriéndose por la exposición al frío. Intentaron ayudarlo, pero era demasiado tarde para su amabilidad, ya que el anciano pronto murió con las palabras "Ave María" en sus labios. El tonto del bosque finalmente se había ido con su Reina en el Cielo. La historia cuenta además que fue enterrado en un lugar apartado en Lesneven, porque no tenía familia que lo llorara.
Cuando llegó la primavera, un lirio blanco como la nieve se levantó de la tumba del marginado, y sobre los delicados pétalos del lirio, en letras de oro, se veían las palabras "¡Ave María!". La tumba se abrió y pronto se descubrió que el lirio había echado raíces en la boca del viejo ermitaño sin dinero. Las noticias del milagro atrajeron a multitudes al lugar, y se construyó una iglesia para honrar a Nuestra Señora del Bosque. La tumba del simple ermitaño todavía se puede ver en las cercanías, y se puede visitar incluso en nuestros días. Está marcada por cuatro simples piedras.
Después de una historia accidentada, el santuario cayó en decadencia y fue destruido por el fuego durante la Revolución Francesa. Fue restaurada por el pueblo en 1818 y la venerada imagen de la Virgen fue traída de vuelta y coronada en 1888. La peregrinación ha crecido en popularidad desde entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario