Del sitio Misioneros Digitales Católicos:
María,
que apareces cuando menos lo imaginamos, gracias por ser mensajera de
la paz.
Día a día, intercedes para que por medio del Espíritu Santo
nos
encontremos con signos de ternura:
una palabra de aliento inesperada;
el
perfume intenso de una flor;
la sonrisa de un niño pequeño que alumbra
cualquier oscuridad.
Madre, que sabes de días y de noches, te pedimos que nunca nos
desampares.
Desde distintas partes del mundo, con diferentes realidades,
todos tus hijos te celebramos.
Eres Reina del Cielo, fiel y dulce
servidora del Señor.
Con tu dulzura infinita, nos guías para construir
un mundo mejor.
Hoy, una vez más, sentimos la fuerza de tu amor.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra:
Dios te salve.
Así sea
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