Del sitio Apariciones de Jesus y de María:
Al este de Francia, por encima de la villa medieval de Turckheim, existe desde hace siglos la peregrinación de Notre - Dame - des - Trois - Epis, una de las más populares de la región de Alsacia.
Los archivos del pueblo de Orbey —conservados en el museo de Colmar— relatan la Aparición de la Santísima Virgen.
Por aquel tiempo, los escribas de la crónica de Thann anotaban todo acontecimiento que podía pasar a las ciudades alsacianas.
La crónica dice que a finales de abril del año 1491, un pobre hombre de los alrededores de Colmar caminaba a través del bosque en busca de ciertas plantas medicinales, cuya venta a los boticarios de la región constituía ordinariamente su único recurso. El hombre no era joven y la búsqueda de plantas silvestres le habían dejado cansado; se paró cerca de un roble majestuoso al borde de una cañada, puso en tierra sus herramientas y se recostó en el árbol.
El hombre se preparaba para irse de nuevo cuando lanzó repentinamente un grito de dolor y llevó la mano a su pierna: era una víbora que acababa de morderlo cruelmente. No sabiendo cómo atenuar sus sufrimientos, se arrastró lentamente a la senda para pedir ayuda. Pero por desgracia el lugar estaba desierto y el pobre hombre, envuelto por la fiebre y el dolor que empeoraba, quedó sin conocimiento al pie del roble.
Al día siguiente, descubrieron el cuerpo del hombre que había muerto. La noticia fue propagada en los pueblos cercanos y, según la costumbre en aquella época, una imagen santa fue puesta inmediatamente en el roble testigo del drama, con el fin de invitar a los transeúntes a rezar por el alma del que acababa de perder la vida tan trágicamente.
Unos días después — el 3 de mayo de 1491, a las diez de la mañana, precisa la crónica de Thann - un jinete que venía de Orbey pasaba por este paraje con el fin de tomar un atajo que debía llevarle al mercado de Niedermorschwihr, donde iba a comprar un saco de trigo. Era un herrero de Orbey llamado Thierry Schoéré.
Cuando hubo llegado delante del roble donde el hombre había muerto, se bajó de su caballo, se arrodilló piadosamente ante la imagen y rezó con fervor por el descanso de su alma.
Apenas terminada su oración fue deslumbrado repentinamente por una luz brillante y luminosa, en medio de la cual apareció una forma delicada y vaporosa: Era la Virgen María envuelta con velos largos blancos y transparentes; tenía tres Espigas en Su mano derecha y un pequeño tallo de hielo en la mano izquierda. La Virgen le dijo: “Levántate, buen hombre. Mira estas espigas. Ellas son el símbolo de la abundancia de las buenas cosechas que vendrán para recompensar a los seres virtuosos y generosos, y para aportar el bienestar y la felicidad en los hogares de los cristianos fieles. En cuanto a este tallo de hielo, él significa que el granizo, la helada, la inundación, el hambre y toda su comitiva de desolación y de desgracias vendrán para castigar a los impíos por cuya gravedad de pecados no alcanzan la Misericordia Divina. Ve, buen hombre, baja a los pueblos y anuncia a todos los habitantes el sentido de estas profecías.”
El vidente decidió no hablar por miedo a que no le creyeran y se rieran de él. Compró en el mercado un saco de grano y trató de cargarlo en su caballo, pero le fue imposible por su gran peso. Tampoco otras personas pudieron mover aquel saco. Entonces, él pidió perdón a Dios y les contó a todos lo que le había dicho María. Después de contarlo todo, pudo cargar el saco. Le creyeron y edificaron allí, donde se había aparecido la Virgen, una pequeña Iglesia. El Papa Alejandro VI, en una bula del 1500, elogió el Santuario de Trois Epis, reconociendo su culto.
3 comentarios:
Santísima Virgencita MARÍA!.....No te cansas de llamar desde hace siglos a millonadas de PECADORES a la Conversión??????????????Bendita eres Eternamente...........Noviembre 1 2020.
Nunca había escuchado sobre esta aparición, y
Me gustaría saber mas
En la siguiente dirección web podrá obtener mas información de la advocación: https://tecuidaigualqueajesus.blogspot.com/2018/05/nuestra-senora-de-las-tres-espigas.html
José Luis Salvia
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