Del sitio Missions Etrangeres:
Con motivo del 70º aniversario del inicio de la Guerra de Corea (1950-1953), que causó casi dos millones de muertos, el cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, consagró la diócesis de Pyongyang a Nuestra Señora de Fátima. El 25 de junio, a las 10 de la mañana, en la catedral de Myeongdong, el cardenal Yeom, nacido en 1943, evocó sus propios recuerdos de la guerra: "Hoy, si recuerdo nuestra historia de hace 70 años, es para pediros a todos que reunáis toda vuestra energía y unáis vuestros corazones, para servir a la construcción de nuestra península coreana. Para que todo el pueblo pueda liberarse de las cadenas del pasado y vivir en la verdadera paz que nos da el Señor".
El jueves 25 de junio, a las 10 de la mañana, en la catedral de Myeongdong, la archidiócesis de Seúl conmemoró el 70º aniversario de la Guerra de Corea, que comenzó el 25 de junio de 1950, cuando Corea del Norte lanzó su invasión del Sur. El cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, la capital norcoreana, presidió la celebración. En esta ocasión, anunció su intención de consagrar la diócesis de Pyongyang a Nuestra Señora de Fátima. Cuatro obispos auxiliares concelebraron la celebración: Mons. Benedictus Son Hee-Song, Mons. Timothy Yu Gyoung-chon, Mons. Peter Chung Soon-taek y Mons. Job Koo Yobi. Estuvieron presentes numerosos sacerdotes de la archidiócesis de Seúl, entre ellos el obispo Matthew Hwang In-kuk, vicario episcopal de la diócesis de Pyongyang, así como el padre Achille Chung Se-Teok y el padre Luke Lee, presidente y vicepresidente, respectivamente, del Consejo de Reconciliación Nacional, que organizó el acto. También estuvieron presentes el arzobispo Mario Codamo, encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica, y los embajadores de México, El Salvador, Timor Oriental y Filipinas. Los fieles laicos y el clero llenaron la catedral dentro de los límites impuestos por la normativa sanitaria. Aparte de las distancias que hay que respetar, el control de la temperatura y el uso de máscaras, no había cantos: sólo el órgano animaba la celebración. Entre los fieles se encontraban unos 70 miembros del Camino Neocatecumenal, incluidos los seminaristas del seminario mayor Redemptoris Mater de Seúl.
El cardenal Yeom, que nació en 1943 y es uno de los pocos obispos que han vivido la Guerra de Corea, no pudo ocultar su emoción. En su homilía, habló de las víctimas militares y civiles de ambos bandos (casi dos millones de muertos), así como del trágico destino de los refugiados y de la persecución de los cristianos. "Habiendo vivido yo mismo los acontecimientos del 25 de junio de 1950, si recuerdo hoy nuestra historia de hace 70 años, es para pedir a todos que reúnan toda su energía y unan sus corazones. Servir, de un modo u otro, a la construcción de nuestra península coreana, donde toda la gente, tanto del Sur como del Norte, pueda liberarse de las cadenas del pasado mediante la purificación de la memoria, y vivir una vida verdaderamente humana, en la verdadera paz que nos da el Señor [Jn 14,27]", dijo el Arzobispo de Seúl. El año pasado, durante su asamblea plenaria de otoño, los obispos surcoreanos decidieron celebrar el 70º aniversario del inicio de la Guerra de Corea el 25 de junio de 2020 a nivel diocesano y no episcopal. Por este motivo, la archidiócesis de Seúl celebró una misa solemne pero sencilla, con énfasis en la solidaridad internacional. De este modo, los surcoreanos pudieron celebrar este histórico aniversario. El cardenal Yeom, a través de su homilía y de su voluntad de consagrar la diócesis de Pyongyang a Nuestra Señora de Fátima, quiso animar a los fieles coreanos a un despertar espiritual y a volverse hacia la nueva evangelización de la península coreana.
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