Del sitio María de Nazareth:
Nuestra Señora de la Vida es un santuario de la región de Aviñón, en Venasque, Francia, donde la Virgen María es venerada desde el Siglo VI. ¡Ella atrajo al padre Marie-Eugène! (Beato desde el 19 de enero de 2016)
De hecho, en el año 1931, el padre Marie-Eugène descubre el antiguo santuario de Nuestra Señora de la Vida, y reconoce una presencia viva que no ha cesado de acompañarlo. Descubre también una fuente poderosa de gracia.
De ahí que va a fundar el Instituto secular Notre Dame de Vie. Pertenecer a Notre Dame de Vie significa estar profundamente marcado por la presencia de la Virgen María en su propia existencia.
"Desde que estamos aquí, hemos asistido al magnífico espectáculo de la fecundidad de la Virgen María. Ella escogió este lugar para alumbrar aquí sus hijos, para llevar almas y llenarlas de su luz y de su vida (…) Lo importante no es el hecho que estemos aquí, que hayamos visto tal o cual cosa; no, el hecho que domina todo es la resurgencia de la vida, del seno, del alma de Nuestra Señora de la Vida” escribe el padre Marie-Eugène en La Vierge Marie toute Mère (pág. 177-178).
Nuestra Señora de la Vida es un santuario de la región de Aviñón, en Venasque, Francia, donde la Virgen María es venerada desde el Siglo VI. ¡Ella atrajo al padre Marie-Eugène! (Beato desde el 19 de enero de 2016)
De hecho, en el año 1931, el padre Marie-Eugène descubre el antiguo santuario de Nuestra Señora de la Vida, y reconoce una presencia viva que no ha cesado de acompañarlo. Descubre también una fuente poderosa de gracia.
De ahí que va a fundar el Instituto secular Notre Dame de Vie. Pertenecer a Notre Dame de Vie significa estar profundamente marcado por la presencia de la Virgen María en su propia existencia.
"Desde que estamos aquí, hemos asistido al magnífico espectáculo de la fecundidad de la Virgen María. Ella escogió este lugar para alumbrar aquí sus hijos, para llevar almas y llenarlas de su luz y de su vida (…) Lo importante no es el hecho que estemos aquí, que hayamos visto tal o cual cosa; no, el hecho que domina todo es la resurgencia de la vida, del seno, del alma de Nuestra Señora de la Vida” escribe el padre Marie-Eugène en La Vierge Marie toute Mère (pág. 177-178).
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