1 de mayo de 2022

Nuestra Señora de Tournai (Bélgica)

 Del sitio Sobre Bélgica:

En la maravillosa ciudad de Tournai sienten verdadera admiración y devoción por un hermoso relicario de principios del siglo XIII, una de las obras artísticas más importantes que se pueden ver en toda Bélgica, conocido como el de Nuestra Señora, y que se halla en el interior de la esplendorosa Catedral de la ciudad.

Dentro de este mismo templo se pueden apreciar otros conjuntos de gran belleza, como la capilla donde se alojan las reliquias de San Eleuterio, realizada en 1247, una cruz bizantina del siglo VI o VII, así como otros objetos religiosos.

Nuestra Señora es la advocación que acoge el nombre de la Catedral de Tournai. La veneración a este nombre de la Virgen se convirtió en sumamente importante para sus habitantes a partir del año 1090. En ese año, el obispo sacó las reliquias de Nuestra Señora en procesión alrededor de la ciudad para poner fin a una epidemia mortal que estaba asolando la ciudad. Pocos días después de la procesión, la epidemia abandonó la ciudad, y Tournai se salvó. Desde entonces se conmemora en la ciudad, cada año, la procesión con las reliquias de la Virgen.

Un centenar de años más tarde, en torno a finales del siglo XII, el obispo Stefanus ordenó la construcción de un nuevo relicario para acoger las reliquias de Nuestra Señora. Una inscripción, que probablemente no sea la original, en la parte inferior del relicario menciona a Nicolás Verdún como su creador. Problamente fue construido por Nicolás entre 1200 y 1205.

Representa un adelanto espectacular de lo que luego más tarde sería el arte gótico en este tipo de manifestaciones artísticas. Se puede ver sobre todo en la gran expresividad de los rostros y en las posturas de los distintos personajes que aparecen en el relicario.

En el relicario se representan varias escenas de la vida de la Virgen María, así como episodios de la vida pública de su hijo Jesús. Entre estas escenas se hallan la Visitación, la huida a Egipto, la visita de María a su prima Santa Isabel, el nacimiento de Cristo, la adoración de los Reyes Magos, el bautismo de Jesús, la flagelación de espinas, etc…

Los espacios por encima de las escenas están decorados con ángeles y profetas. El relicario ya no contiene actualmente las reliquias originales. Probablemente desaparecieron alrededor de 1566, durante el tiempo en el que las herejías tomaron los Países Bajos. Las reliquias fueron guardadas del saqueo de los soldados franceses en tiempos de la revolución gala.

Algunas fases de la decoración en el relicario se añadieron durante la restauración llevada a cabo en 1890. Sin duda que si la visita a  Tournai los maravilla, la Catedral y el relicario de Nuestra Señora los dejarán aún más maravillados.

A finales del siglo XI, Tournai era el centro de una gran diócesis, sede del obispo Radbod II. Tournai tenía una gran importancia cultural y comercial gracias al río Escalda, sus pastos y un rico subsuelo de piedra caliza. Pero, dentro de este marco, una trágica epidemia sembró de dramatismo no sólo a la ciudad, sino a Flandes y Brabante.

El obispo Radbod propuso a sus fieles llevar vestido de penitente, ayunar un viernes y rezar a Nuestra Señora los sábados, además de proclamar el 14 de septiembre como día de la Exaltación de la Cruz. Asimismo dictó orden de celebrar una Gran Procesión alrededor de una ciudad claramente amenazada de muerte por la epidemia.

Los fieles, apoyados en la Virgen, sacaron en procesión las reliquias de sus santos patronos, sacando de la Catedral los huesos de San Eleuterio y otros santos. La súplica que tuvo lugar en la procesión fue escuchada, y la plaga se apaciguó a raíz de aquel día. El obispo Radbod renovó este gesto cada año como símbolo de agradecimiento a Dios.

La Gran Procesión de Tournai se celebra todos los años desde, ni más ni menos, que el año 1092, a excepción del año 1566, cuando los protestantes causaron graves daños en los símbolos religiosos. Cada segundo domingo de septiembre la procesión despliega su magnífico repertorio histórico en las calles de la ciudad de los cinco campanarios.

La procesión se divide en tres partes claramente diferenciadas en su cortejo. La primera parte destaca por ricos trajes y preciosos relicarios y estatuas de los santos patronos de la ciudad. Son obras producidas por los orfebres de Tournai a lo largo de los siglos, estatuas de madera policromada, expuestas a la incesante devoción de los fieles. La platería y las estatuas de Tournai siempre han alcanzado una gran reputación. Las sedas brillantes y los terciopelos de los portadores se suma al alegre colorido de la comitiva.

La segunda parte del cortejo acoge la devoción mariana que ha vivido en Tournai durante más de diez siglos. Quince estatuas de la Virgen son mostradas al público en medio de un gran conjunto de flores. La más antigua, que data del siglo XV, es la de Nuestra Señora de la Santísima Muerte, de la Iglesia de San Nicolás. La más reciente es la de Nuestra Señora de Fátima, que sustituyó a la Virgen del Rosario destruida en 1940.

En la tercera y última parte del cortejo se halla el prestigioso grupo conocido como la Catedral. Los pequeños santuarios de Nuestra Señora y San Eleuterio son las principales riquezas de esta parte de la procesión, junto con el Relicario de la Cruz del siglo XIII, o la estatua de Nuestra Señora de la Brune de 1568.

La nobleza de los trajes, el impecable orden de los grupos, la belleza de las obras de arte presentadas y la devoción de la gente hacen de esta procesión uno de los eventos más importantes de Bélgica, y un acontecimiento muy esperado y fundamental en la vida de Tournai.

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