21 de diciembre de 2020

Nuestra Señora de la Peste

 


Del sitio Religión Digital:

Desde que se tiene registros literarios de la humanidad hay abundantes noticias de epidemias y pandemias, pestes, en el mundo. Una de las antiquísimas fuentes que hace referencia a ellas es la Biblia, especialmente el Antiguo Testamento, que atribuye su origen a la intervención divina y es la herramienta que utiliza Dios para exterminar a un pueblo (Ex.9,15; Num, 14,12; Sal. 78,50; Ez. 14,19, etc…) La peste, con su rápida propagación y trágicas consecuencias, junto con la guerra y el hambre son los tres grandes azotes de Dios a la humanidad. En el Nuevo Testamento, el azote añadido sería el de los terremotos (Mt. 24,7; Lc.21,11; Ap 6,8…)
En sus filosofías y textos, Ovidio, Platón, Plutarco, Tito Livio, Plinio creían también que la peste era consecuencia de la cólera divina por el comportamiento del ser humano. Llegó Hipócrates y comenzó a formalizar la medicina. Observó que la peste se propiciaba en las estaciones cálidas y húmedas, afirmaba que el estado del aire y los cambios de estación engendran la peste.
De las primeras más conocidas tenemos la peste de Atenas (428 a.C.). Las epidemias se han sucedido de forma imparable a lo largo de la historia con efectos devastadores. En el siglo III, hubo una peste originada en Egipto, que pasó a Grecia e Italia que "se iniciaba por un fuerte dolor de vientre que agotaba las fuerzas. Los enfermos se quejaban de un insoportable calor interno. Luego se declaraba angina dolorosa; vómitos se acompañaban de dolores en las entrañas; los ojos inyectados de sangre. (...). Unos perdían la audición, y otros la vista. En Roma y en ciertas ciudades de Grecia, morían cerca de 5.000 personas por día", describe Cipriano, obispo de Cartago.
En el siglo XIV, 1347, aconteció la peste negra, peste bubónica, peste septicémica. Con origen en Asia, llegó a Valencia a través de Italia en los barcos procedentes de Génova. Y aquí se desplegó por todo el territorio en 1348 de la peste, luego se reprodujo en 1362, 1374, 1375, 1380, 1383, 1384 y 1395. En esta época surgió la devoción, veneración y culto de la “Virgen contra la peste”, a la que se dedicó capilla en la catedral de Valencia. Acudían a ella regueros de habitantes de la ciudad y poblaciones cercanas para que les preservara de la epidemia. La imagen era una talla de la Virgen que desapareció de su lugar con motivo de los trabajos de limpieza y adaptación que se hizo para la boda de Felipe III en 1599.
 En el siglo XVII, renació la peste negra. En 1647, llegó la epidemia a Valencia desde el Magreb por mar. Murieron 30.000 personas. Quedó afectado por la epidemia hasta el propio Virrey, el Conde de Oropesa, quien curó milagrosamente al mandar le llevaran a palacio en procesión de rogativas la imagen de la Virgen de los Desamparados, a raíz de lo cual hizo promesa de levantarle capilla.
La aparición y recrudecimiento de la epidemia hizo que de nuevo pusieran su pensamiento en la Virgen contra la Peste de la Catedral, que entronizó un óleo de la Virgen contra la Peste en su capilla, obra atribuida a alguien de la Escuela de Ribalta, donde aparece, cuenta F. Pedrell, “Jesucristo afligiendo al mundo con los rigores de la peste, figurado con lenguas de fuego, y a la Virgen y a san Vicente Mártir, implorando su piedad. Cobijados por una especie de lienzo que sostienen la Virgen y san Vicente, aparecen arrodillados Babán, los infantes de la capilla y algún individuo de su familia”. Otros autores creen no es san Vicente mártir quien aparece en la tela, sino san Esteban mártir. Llama la atención que aparezca con bigote.
Babán era Graciano Babán, maestro de capilla en la Catedral de Valencia desde el 27 de abril de 1657 hasta su muerte, “compositor muy fecundo y respetado en su época”, dice Ruiz de Lihory, del que existe “un retrato suyo verdaderamente curioso: sobre un lienzo pintado al óleo aparece la Virgen (llamada contra la Peste) cobijando bajo su manto al maestro Babá y a los cantores de su Capilla, que miran aterrados cómo Jesucristo castiga al mundo con los rigores de la peste… cuadro de composición parecida, salvo los retratos que hay en san Nicolás, en la capilla de Nuestra Señora de las Fiebres. Es verosímil que el citado cuadro fuera costeado por el maestro, en acción de gracias de haber salido libre de la epidemia, que en aquella sazón hizo en Valencia numerosas víctimas”.
 Hoy, en plena epidemia del coronavirus, el lienzo “La Virgen contra la Peste” no está en ningún altar de la Catedral, sino en el Museo de la Catedral, restaurado y rotulado con la advocación de Virgen contra la Peste o “Virgen de las Epidemias”, un lienzo que pasa casi desapercibido a los visitantes, mayoritariamente turistas que visitan el interesante espacio cultural religioso.
El Papa acaba de invocar a la Virgen María impetrando su protección en esta catástrofe humanitaria. También lo ha hecho el Cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares. Un gesto bonito, recuperando la historia, tradición y religiosidad del pueblo valenciano, sería sacar del Museo de la Catedral tan hermosa, valiosa y sentida pintura, y devolverla a la capilla que en su época tuvo, o colocarla en lugar accesible para que los fieles, creyentes o angustiados pudieran ante ella presentar sus oraciones.

Baltasar Bueno

9 de diciembre de 2020

Nuestra Señora de los Milagros (Roma II)


 Del sitio Nobleza.org:
Plinio Corrêa de Oliveira
En 1842, un hombre judío francés, de 28 años de edad, llamado Alfonso Ratisbonne estaba de visita en Roma. Era el hijo menor de una importante familia de banqueros de Estrasburgo con una estrecha relación con los Rothschild. Como sucede a menudo con los judíos de Europa, una familia toma el nombre de una ciudad. El francés Ratisbonne viene de Ratisbona, el nombre latino de Regensburg, una famosa ciudad alemana cercana a Munich. Alfonso era un judío por raza y religión, virulentamente anticatólico y libertino en sus costumbres.
Alfonso Ratisbonne estaba haciendo una gira por Europa y Oriente antes de decidirse a casarse con su prima Flore y asumir una alianza con el banco de su tío. Por coincidencia terminó en Roma en lugar de Palermo -como lo tenía previsto-, siendo bien recibido por el círculo diplomático francés que residía allí. A regañadientes tuvo que reunirse con el barón Theodore de Bussières, un ferviente católico. A pesar de que el judío parecía bastante lejos de cualquier conversión, el barón, sin dejarse desalentar por su sarcasmo y blasfemia, vio en él a un futuro católico y lo animó en sus visitas.
Una tarde, durante una animada conversación en la que Ratisbonne ridiculizaba las supersticiones de la religión católica, el barón desafió a Ratisbonne a someterse a una simple prueba de ponerse la Medalla Milagrosa. Sorprendido, pero con ganas de demostrar la ineficacia de tales adornos religiosos, Ratisbonne consintió y permitió que la joven hija del barón le pusiera la medalla alrededor de su cuello. El barón de Bussières también insistió en que Ratisbonne recitase la oración Acordáos” (Memorare) una vez al día. Ratisbonne prometió diciendo: “Si no me hace un bien, al menos no me hará ningún daño”.
El barón y un cercano círculo de aristocráticos amigos aumentaron sus oraciones por el escéptico judío. Es notable destacar que entre ellos había un devoto católico que estaba gravemente enfermo, el conde Laferronays, que ofreció su vida por la conversión del “joven judío”. En el mismo día Laferronays entró en una iglesia y rezó más de 20 Memorares por esta intención, sufrió una ataque al corazón, recibió los últimos sacramentos y murió.
Al día siguiente su amigo, el barón de Bussières, iba en camino para organizar el funeral del conde en la Basílica de San Andrea delle Fratte y se encontró con Ratisbonne. Él le pidió que lo acompañara y que lo esperase en la Iglesia mientras organizaba algunos asuntos con el sacerdote en la sacristía.
Ratisbonne no acompañó a su amigo a la sacristía. Deambuló por la iglesia admirando los bellos mármoles y diversas obras de arte. Mientras estaba de pie ante un altar lateral dedicado a San Miguel Arcángel, Nuestra Señora de repente se le apareció. Era el 20 de enero de 1842.
De pie sobre el altar, la Virgen se le apareció con una corona y una sencilla túnica larga blanca, con un cinturón enjoyado alrededor de su cintura y un manto azul-verde que le cubría el hombro izquierdo. Ella lo miró afablemente; sus manos estaban abiertas y de ellas salían rayos de gracias. Su porte era regio, no sólo por la corona que llevaba. Su altura y elegancia daban la impresión de una gran dama, plenamente consciente de su propia dignidad. Ella transmitió su grandeza y misericordia en un ambiente de gran paz. La Virgen tenía algunas de las características de Nuestra Señora de las Gracias. Alfonso Ratisbonne vio esta figura y comprendió que estaba delante de una aparición de la Madre de Dios. Se arrodilló ante Ella y se convirtió.
Al regresar de la sacristía, el barón se sorprendió al ver al judío orando fervientemente de rodillas delante del altar de San Miguel Arcángel. Se acercó a su amigo y Ratisbonne le pidió inmediatamente que fueran donde un confesor para que pudiera recibir el bautismo. Once días después, el 31 de enero recibió el bautismo, la confirmación y la Primera Comunión de manos del Cardenal Patrizi, Vicario del Papa. 
Su conversión tuvo enormes repercusiones en toda la Cristiandad. Todo el mundo católico se dio cuenta de ello y quedó impresionado. Después, Ratisbonne se convirtió en sacerdote jesuita. Diez años más tarde, él y su hermano Teodoro, quien también se convirtió del judaísmo, fundaron una congregación religiosa —la Congregación de Sion— dedicada a la conversión de los judíos.
Poco después de la aparición, en base a la descripción del P. Ratisbonne, se pintó un cuadro que representaba a la Virgen como se le había aparecido ese día en San Andrea delle Fratte. Cuando se terminó el cuadro, él lo vio y dijo que representaba vagamente la belleza de la aparición que había visto. Esto no es difícil de creer puesto que la belleza real de Nuestra Señora debe superar cualquier mera representación. La imagen fue colocada en el lugar exacto donde se le había aparecido, y se hizo conocida como la Madonna del Miracolo, la Virgen del Milagro, en referencia al doble milagro, su aparición y la conversión instantánea de Alfonso Ratisbonne.
Obviamente, esa aparición representó un gran beneficio para el alma de Ratisbonne. También representó un beneficio para la Iglesia Católica con la fundación de la Congregación de Sion, con su misión especial de trabajar por la conversión de los judíos. Esta congregación expresa bien la posición de la Iglesia hacia los judíos. Su posición no es odiar a los judíos sino defenderse de sus ataques. En la medida en que atacan a la Iglesia, Ella se defiende. Pero por encima de todo, Ella desea su conversión, la erradicación del judaísmo como religión y la entrada de los judíos en la Iglesia Católica, que es la verdadera continuación de la nación escogida.
Pero en el contexto doctrinal y psicológico de aquellos tiempos, el milagro con Ratisbonne tuvo un significado más profundo. En el siglo XIX, la Revolución estaba promoviendo fuertemente el racionalismo, una escuela de pensamiento que hoy se ha vuelto obsoleta. En aquel entonces, la Revolución enfatizaba el siguiente punto: el hombre racional, el hombre que trata de determinar todo de acuerdo a la razón, no puede encontrar los apoyos necesarios en la razón para creer que Dios existe, que la Iglesia Católica es la religión verdadera, y que fue fundada por Jesucristo. Por lo tanto, la Revolución concluyó que todo el edificio de la doctrina católica no puede ser aceptado por la razón humana.
Estas afirmaciones revolucionarias eran sólo mitos, como la mitología romana o las leyendas de los pueblos indígenas y africanos. La mayoría de los argumentos racionalistas eran argucias o sofismas, con sólo unos pocos procedimientos sacados de argumentos capciosos. Pero debido a que la Revolución insistió sin descanso en esos puntos y presentó un torrente de objeciones a la doctrina católica, muchas personas de ese tiempo perdieron su Fe.
Para contrarrestar esta ola incesante de ataques contra la Fe católica, la Virgen se apareció e hizo milagros en varios lugares.
El milagro de la conversión de Ratisbonne que ocurrió en Roma impactó en toda la Cristiandad. En aquellos tiempos no existía este ecumenismo maldito que estamos presenciando hoy. En ese tiempo, la separación de las religiones era mucho más profunda y, por lo tanto, era también el abismo que separa la verdad del error, y el bien del mal. Un judío rico e influyente, con absolutamente ninguna razón para favorecer a la Iglesia Católica, de repente se convirtió porque vio la Virgen. Él dio prueba de su sinceridad al renunciar a sus posiciones en el mundo y romper con sus ventajosos compromisos. Abrazó la vida religiosa y fundó una congregación religiosa para convertir a los otros judíos y luchar contra el judaísmo. Es imposible imaginar una prueba más objetiva de la verdad de la aparición. Este episodio tuvo un enorme impacto en toda Italia y Francia, y luego en todo el mundo católico.
Ello fue evidentemente un milagro, un milagro que cayó del cielo como una gota de agua sobre una humanidad sedienta que estaba siendo influenciada por los mitos racionalistas de la Revolución.

8 de diciembre de 2020

Nuestra Señora de Nazaret (Portugal)

Del sitio Foros de la Virgen

Todo comenzó el 22 de mayo de 1180, cuando en Portugal, Don Fuas Roupinho salió con algunos compañeros a una partida de caza. El venado que perseguía se tiró a un acantilado y su caballo iba a hacer lo mismo cuando imploró a María y ésta apareció y lo salvó. Don Fuas construyó una Capilla que dio origen a la advocación Nuestra Señora de Nazaré.
Los marinos portugueses llevaron la devoción a Brasil. Y esta tuvo un importante arraigo en el Estado amazónico de Pará, donde el segundo domingo de octubre se realiza la procesión del Cirio de Nazaré, que pasa por ser la mayor procesión de Brasil y dicen que del mundo, con más de 2 millones de fieles.
 

En el distante siglo XII, Portugal ya era nación soberana, sin embargo, escaramuzas y combates terrestres eran frecuentes. Además, los navíos moros aún eran señores de la costa, y esto constituía un gran peligro para todos. El rey Don Alfonso Enríquez, preocupado en alejar esa amenaza que pesaba sobre sus súbditos, llamó a un vasallo de confianza, el alcalde mayor de Porto de Mos, y lo hizo comandante de las pocas naves de guerra que entonces tenía Portugal. Para muchos, pareció una temeridad que la flotilla cristiana enfrentase a los experimentados marineros y corsarios árabes. Sin embargo, la Providencia cuidó a los lusos, y la escuadra mora sufrió clamorosa derrota a lo largo del Cabo Espichel.
Era la primera victoria de la marina portuguesa y su comandante Don Fuas Roupinho pasó a la historia. Sin embargo, su nombre sería recordado por las generaciones posteriores, no tanto por el combate marítimo, sino por haber sido objeto de un favor celeste, un verdadero milagro operado en nombre de María Santísima.
Tiempo después de la batalla naval, Don Fuas se encontraba en la región de Nazaré, área costera distante poco más de 100 kilómetros de Lisboa, repleta de altos despeñaderos, de donde se visualiza un fabuloso mar azul. Era una mañana de septiembre de 1182, y estando la región en paz, el impetuoso caballero se dedicaba a una de sus actividades predilectas: la caza. Una pesada neblina cubría los campos y el litoral, y cuando el cazador ya estaba presto a desistir de la empresa debido a la falta de visibilidad, vio el bulto de un gran ciervo corriendo en la bruma e inmediatamente salió a alcanzarlo. La neblina hacía muy difícil la persecución, rocas y árboles surgían, por así decir, de la nada, iban por terrenos desconocidos, pero el tenaz Don Fuas no desistía. Súbitamente, el ciervo dio un gran salto, y el caballo, que lo iba siguiendo, se disponía a hacer igual movimiento.En ese momento el caballero se percató, con espanto, que el ciervo se lanzaba de uno de los peñascos costeros, entrando en el abismo para perecer en el choque con las rocas marinas, y su caballo iba hacer lo mismo… ¡Demasiado tarde para retroceder! En pocos segundos, el propio perseguidor tendría el mismo trágico destino. No había escapatoria.
Sintiéndose perdido, de su afligido pecho brotó un clamor de súplica a la única que podría socorrerlo en tal situación: “¡Señora Salvadme!
Entonces apareció milagrosamente en el aire, bondadosa y sonriente la Virgen María, con su Divino Hijo en los brazos. A un ligero gesto suyo, las patas traseras del caballo se pegaron a la piedra, salvando la vida del caballo y de su jinete. Y desapareció del mismo modo tan inesperado como apareció.
De rodillas en el suelo y lleno de emoción, Don Fuas Roupinho prometió construir en ese lugar una capilla en honra a quien milagrosamente lo salvó: Nuestra Señora de Nazaré. Y así lo hizo.
Esto sucedió en la actual villa de Nazaré localizada en el distrito de Leiria, región Centro y subregión del Oeste, con cerca de 14 mil habitantes, y que según las crónicas su orígen fue villa de pescadores. El milagro marcó tan profundamente las almas que incluso el poeta Camões, en su inmortal obra “Las Lusiadas”, hace referencia a él. Algunos antiguos comentaristas entienden que el ciervo que atrajo a Don Fuas Roupinho, habría sido un demonio bajo la forma de animal. La interpretación tiene sentido. Con su operación naval, que expulsó a los corsarios de aquellas costas, el valiente caballero trajo paz para todos. Y el espíritu maligno, enemigo de la paz, intentó vengarse de él, precipitándolo en el terrible despeñadero. De eso lo libró su devoción a la Madre de Dios. Hasta los días de hoy la tradición señala una de las rocas de los Montes Pederneiras, la cual proyecta sobre el abismo las marcas atribuidas a la herradura del caballo de don Fuas. Nazaré se destaca por las diversas edificaciones religiosas, como el Santuario de Nuestra Señora de Nazaré.

El Pequeño oratorio que construyó Don Fuas quedó conocido con el nombre de Capilla de la Memoria, y esta devoción se propagó rápidamente. Casi doscientos años después, en 1377, el rey Don Fernando la hizo ampliar y elevar a la condición de Matriz.
La intercesión de Nuestra Señora de Nazaré, tan apropiada a los hombres en situación de peligro y de imprevistos, se tornó apreciada sobre todo por los grandes navegantes que de Portugal se lanzaban a la conquista de los océanos.
Hombres como Vasco da Gama, al partir en su primer viaje a la India, y Pedro Álvarez Cabral, en la expedición que descubriría el Brasil, no se atrevieron a lanzarse al mar sin antes ir en peregrinación a Nuestra Señora de Nazaré.
Los navegantes portugueses llegaron a Brasil y contaron esta historia en el Brasil, la Virgen de Nazaret fue asimilada a la Virgen milagrosa que habria salvado a un cazador amazónico.
Y mientras el peregrinaje de Nuestra Señora de Nazaret iba perdiendo su esplendor en Portugal, creció en Brasil, específicamente en Belem, donde hizo otro milagro, fue el vehículo para la devoción a María más grande del mundo: la procesión del Cirio de Nazaré.
En la ciudad de Belem tiene lugar el que se considera el evento más multitudinario del mundo en honor de la Virgen María: el Cirio de Nazaré.Más de 2 millones de fieles procesionan alrededor de una pequeña figura de la Virgen María – Nuestra Señora de Nazaré – a través de las calles de Brasil el segundo domingo de octubre. El Cirio de Nazaré es el mayor acontecimiento religioso del año de Brasil, y tiene lugar en la desembocadura del Amazonas en la capital del estado norteño de Pará, Belem. Es una procesión católica romana típica con una serie de celebraciones y tradiciones que han surgido alr

1 de diciembre de 2020

Nuestra Señora, Madre de la Vida


 Del sitio Aleteia

(Jesús V. Picón - publicado el 09/08/20)

El testimonio en Aleteia de Ana Laura Salazar Orozco, la artista detrás de la obra "María, Madre de la Vida"
 

Siempre he soñado el rostro más hermoso del universo, pues sé que ese rostro es el de la Virgen María, la Madre de Dios, nuestro Señor. Nunca lo he visto, sólo lo imagino y lo percibo a través de esculturas y pinturas. Mi deseo más grande es que, al morir, lo primero que vea sea ese rostro hermoso.

Acabo de ver una pintura de la Virgen María. Se ha vuelto viral en las redes sociales esta imagen por el tema de la despenalización del aborto en México. Para sorpresa de todos, lo que parecía perdido se ganó, pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio un “sí” a la vida y un “no” al aborto.

Para muchos fue un milagro; para otros fueron pifias y errores jurídicos que se presentaron en este caso, enrollos legaloides en los que no importa abundar. Para mí fueron las manos amorosas de la Virgen, que intervino por sus hijos más indefensos.

En la pintura que menciono, la Virgen María toma entre sus manos a un pequeño bebé. Esta obra de arte denota la ternura de la Santísima Virgen al tomar a la pequeña criatura entre sus manos y besarla con amor. La vida está protegida por nuestra Señora y Madre, ¡la vida triunfó! La belleza, la dulzura de esta reina celestial es perfectamente plasmada en esta pintura, me da paz, me llena de alegría y me enamora la Santa Madre de Dios.

Es cierto que la autora de la pintura representa a los bebés en peligro de ser abortados, pero también hay algo más, representa un acontecimiento doloroso que la artista Ana Laura Salazar Orozco vivió en carne propia, y que ella misma relata en sus redes sociales, y más adelante en la entrevista que nos concedió, amplía la información.

-Ana Laura, muchas gracias por concedernos esta entrevista para Aleteia. ¿Nos puedes decir tu nombre completo y de dónde eres?

Mi nombre es Ana Laura Salazar Orozco, y soy de Ciudad de México, toda mi vida he vivido ahí.

-Ese talento que tú tienes como pintora, dibujante, acuarelista, ¿cuándo surge, en qué etapa de tu vida?

Aparece desde que nací; lo que pasa es que yo provengo de una familia de pintores, de varias generaciones. A mi mamá, que era retratista y que acaba de fallecer el año pasado, toda la vida la vi pintar; y yo siempre, desde que me acuerdo, también siempre quise pintar. Así que nunca dudé de mi vocación, por eso digo que es algo que llevo desde que nací.

-¿Qué sientes al pintar? ¿Qué pasa por tu mente, por tu corazón, por tus emociones cada vez que estás dibujando o pintando?

Para mí, mi vida siempre ha sido la pintura, y es la forma en que mejor me sé expresar. Gozo cada pincelada, gozo estar metida en mi estudio. Mis hijas –tengo tres preciosas hijas y un marido maravilloso— siento como que… ¡me toleran! Porque estoy metida ahí todo el día, y de pronto alguna me ha dicho: “Mamá, ¿me puedes hacer caso?”.

Pero ellas también son artistas, y ahora me entienden. Y realmente agradezco este don recibido, porque creo que poder expresar todo lo que siento a través de mis cuadros, es algo maravilloso, ¡me encanta! Me encanta sentir que la gente se comunica conmigo a través de esto.

-Sabemos que el tuyo es un talento nato; pero, ¿te seguiste formando asistiendo a alguna universidad o escuela para pulir tu don?

No, nunca fui a una universidad; en primer lugar, por problemas económicos que había en mi casa; y, en segundo lugar, porque lo que aprendí desde niña lo aprendí a través de mi mamá, y sólo me llegué a inscribir en talleres sueltos, principalmente a un curso de grabado en Italia, y también estudié un poquito de artesanía. Igualmente tomé seminarios de arte en Estados Unidos una semana. Realmente la vida es la que me ha hecho ir experimentando las técnicas.

-¿Qué técnicas aplicas? En Instagram describes que eres dibujante, acuarelista, pintora… ¿Cuáles técnicas aplicas más en tu trabajo, y dónde se han expuesto tus obras?

Principalmente me he dedicado a la acuarela, que es una técnica que siempre me ha llamado la atención, y fui miembro de la Asociación Mexicana de Acuarelistas; ahí fue donde más me he conectado, por así decirlo, con el exterior.

Más adelante fui aceptada en la Sociedad de Acuarelistas de San Diego. Ahí gané dos premios muy importantes en dos años consecutivos; el primer lugar, en una exposición internacional que organizó esta sociedad.

Y luego, con la Sociedad Internacional de Acuarela, también he recibido premios en diferentes lados; en la India me saqué un tercer lugar, y en Bulgaria también obtuve un premio. Así, la acuarela es la técnica que más he desarrollado, la que más he promovido, ¡y me encanta! Por otro lado, la técnica del óleo la he utilizado más bien en cuadros religiosos, por ejemplo, ilustré los misterios del Rosario para la iglesia de San Josemaría Escrivá, en las criptas de esta iglesia en México; ahí desarrollé una técnica de pintar al óleo sobre ónix, de manera que se transparenta la veta, y yo aprovecho la veta para hacer la imagen, lo que da un resultado muy interesante. Acuarela y óleo son, pues, las dos técnicas que más he utilizado a lo largo de mi vida.

-¿Eres católica, Ana Laura? ¿Cómo influye tu fe en Dios para tus espléndidas obras religiosas? ¿Dios significa mucho para ti?

Sí, totalmente. Mis padres eran católicos practicantes, y siempre nos inculcaron esa fe. Yo crecí viviendo fuertemente la fe dentro de mi familia. Y me busqué un marido católico, para que siguiéramos con los mismos valores para educar a la familia.

En alguna etapa de mi vida sentí que tenía que amar más a la Virgen, y le dije a nuestro Señor: “Auméntame el amor por tu Madre”. Y creo que ahorita Ella es la que ha guiado mis pasos; ha estado detrás de varios asuntos que le he pedido, y me los ha concedido. Es importante que mi trabajo lo ofrezca a Dios.

Cuando me piden una obra religiosa, la medito, hago oración y pido inspiración al Espíritu Santo, efectivamente; le digo: “¡Guíame! Tú muéveme el pincel”.

Y me importa mucho que la gente, al ver mis obras, sienta algo de piedad o que se le mueva de alguna manera el corazón.

-Ahora háblame un poco sobre esa pintura tuya titulada “María, Madre de la Vida”. ¿Cómo surgió?

Esta pintura se fue creando poco a poco. Yo tuve un embarazo extrauterino; era mi cuarto hijo. No se salvó, obviamente, pero lo bautizamos y siempre lo tenemos presente. Me dolió muchísimo la pérdida de mi bebé.

Después, siendo una madre joven, me invitaron a ver una película que trataba de lo espantoso que es el aborto. En esa película de verdad yo realmente sentí que oía gritar al bebé cuando lo estaban abortando. ¡Me llegó hasta lo más profundo del alma!

Y ahora, con todo lo que se ha ido desarrollando en torno al aborto mundialmente y en México, le comenté a una hermana: “A mí me gustaría hacer algo, un cuadro para combatir el aborto”. Y ella, sabiendo eso, me regaló la figura de un pequeño feto hecho en cerámica, que me impresionó; y cada vez que yo lo veía, rezaba para que se salvara un alma, un niñito.

Y entonces de ahí salió la idea, viendo a ese bebé en mis manos, me dije que así lo iba a pintar, porque cada bebé está en las manos de María. De ahí surgió la idea, y pinté este cuadro al principio de este año.

Y las reproducciones que voy a hacer de este cuadro las voy a donar a la persona que creó la asociación VIFAC (dedicada a atender a mujeres en estado vulnerable durante el embarazo, n.d.l.r.); y le dije: “Todo lo que saque de reproducciones te lo voy a donar”, y está muy agradecida.

Y cuando no se aprobó esta ley con la que se quería permitir el aborto en el estado de Veracruz, mandé la imagen del cuadro para dar las gracias, ¡y de pronto se viralizó, pero yo nunca lo imaginé! Me impresionó todo esto, ¡nunca me había pasado algo parecido!

30 de noviembre de 2020

Nuestra Señora Blanca de la Academia

Del sitio Catholic.net:
La Academia Mariana fue fundada en Lérida el 12 de octubre de 1.862. Su finalidad es la honrar a la Virgen María y divulgar sus excelencias y glorias mediante la Literatura y las Bellas Artes.
En 1871, será trasladada la Patrona de Lérida al oratorio de la Academia, la cual será destruida en 1936 (Guerra Civil).
En 1865 el cólera trajo la muerte a España. Como la epidemia era imparable, el fundador de la Academia organizó unas rogativas a la Virgen pidiéndole que librara a Lérida de la temida enfermedad y ofreciéndole un corazón de plata donado y financiado con los donativos de los fieles leridanos. Lérida donó el corazón a la Virgen, pero aún no tenía una imagen que le permitiera poderla venerar.
Se convocó un concurso nacional en el que resultó ganadora la imagen propuesta por el joven escultor barcelonés Maximiano Sala Sánchez, una esbelta talla de madera de tilo que preside el altar mayor.
El 5 de enero de 1946 el Papa Pio XII, mediante un breve especial, declaró a la Virgen María de la Inmaculada Concepción, bajo el título de Virgen Blanca de la Academia, patrona de la ciudad de Lérida, en plano de igualdad con san Anastasio mártir (el patrón), confiriéndole todos los honores y privilegios litúrgicos que de derecho corresponden a los patronos principales de los pueblos.
El día 26 de junio del 2012, la Virgen Blanca de la Academia, con motivo del 150 aniversario de la fundación de la Academia Mariana. Pronto se podrá venerar, también, en el Santuario de Mariazell, Patrona de Austria, Hungría, Bohemia, Eslovaquia y Croacia, y la más venerada en la Comunidad Europea.

1 de noviembre de 2020

Nuestra Señora que fue robada por los nazis y devuelta a sus dueños


 Del sitio Artribune:

A menudo sucede, en nuestras columnas, que les contamos historias de la devolución de obras de arte robadas durante la Segunda Guerra Mundial, historias de reclamaciones controvertidas que involucran a familias, museos e incluso gobiernos. Estas historias a menudo involucran a herederos de familias judías, coleccionistas y comerciantes de arte que vieron sus propiedades confiscadas durante la trágica fase del nazismo. El Museo de Arte Contemporáneo de Castello di Rivoli y la Fundación Francesco Federico Cerruti para el Arte han tenido un epílogo particular: un cuadro renacentista de Jacopo del Sellaio, que se creía perdido, robado por los nazis a una familia judía vienesa, fue descubierto por el Museo Castello di Rivoli entre las obras de la colección Cerruti y hoy, gracias a un acuerdo firmado con los descendientes de la familia, está expuesto en Villa Cerruti.
 

El protagonista de la historia es la Virgen con el Niño, San Juan y dos ángeles realizados por Jacopo di Arcangelo conocido como del Sellaio (Florencia, 1443-1493) entre 1480 y 1485, y adquiridos por el empresario y coleccionista Gustav Arens (Reichenau, República Checa, 1867 - Viena, 1936) en 1936 en la Galerie Sanct Lucas de Viena. Después de la compra, la obra fue enviada para su restauración a la Akademie der bildenden Künste, donde el profesor e historiador de arte Emmerich Schaffran atribuyó la obra a Jacopo del Sellaio, rectificando la anterior atribución a Raffaellino del Garbo. A la muerte de Gustav Arens, el cuadro heredado de su hija mayor Ann Arens, casada con Friedrich Unger, fue confiscado por los nazis con toda la colección de la familia Unger y devuelto por rescate. En 1938, debido a la persecución judía, Ann y Friedrich Unger y sus hijas Grete y Gitte huyeron a Francia y luego a los Estados Unidos; las obras de arte y otras posesiones de la familia permanecieron almacenadas en París, sólo para ser requisadas por los nazis en 1942.  Después de la Segunda Guerra Mundial, los Ungers recuperaron parte de su patrimonio artístico, pero se perdieron los rastros de la pintura de Jacopo del Sellaio.

La Virgen y el Niño, San Juan y dos ángeles sólo se volvieron a mencionar en 1974, cuando reaparecieron misteriosamente en el mercado de la Galerie Fischer en Lucerna, y luego en 1985 en una subasta de Christie's en Londres. Dos años más tarde, desconociendo la dramática y turbulenta historia del cuadro, Francesco Federico Cerruti compró la obra de Jacopo del Sellaio a un comerciante italiano que a su vez la había comprado en la subasta de Christie's. Los acontecimientos que distinguen la historia del cuadro han sido reconstruidos por el Castello di Rivoli Museo d'Arte Contemporanea, que en 2016 - después de la muerte de Cerruti en 2015 - confió la Colección Cerruti: la institución piamontesa reconoció el cuadro robado a la familia Unger en el panel adquirido por Cerruti. En 2018 la Fundación Cerruti, también en nombre de Castello di Rivoli, se puso en contacto con la HCPO - Oficina de Tramitación de Reclamaciones sobre el Holocausto de Nueva York, gracias a la cual se identificó a los actuales herederos del cuadro en la familia de Grete Unger Heinz, hija menor de Ann y Friedrich Unger, y en los hijos de su hermana Gitta Unger Meier: Karen Reeds, Andrea Meier y Alan Meier.
 

Las negociaciones entre la Fundación Cerruti, el Castillo de Rivoli y los herederos de la familia Arens concluyeron recientemente con la decisión de mantener intacta la Colección Cerruti y de exhibir el cuadro al público en la nueva casa-museo de Villa Cerruti. Además de la compensación económica de la Fundación Cerruti a la familia, se ha acordado narrar a los visitantes las vicisitudes del cuadro de Jacopo del Sellaio y de la familia Arens y Unger. "A casi 93 años de edad, había perdido la esperanza de que esta querida pintura renacentista italiana perteneciente a mis padres resurgiría alguna vez", dijo Grete Unger Heinz. "Estoy encantado no sólo de que la Fundación Cerruti haya llegado a un acuerdo justo con los herederos de la familia Unger, incluyendo un relato completo de la turbulenta historia del cuadro, sino también de que todavía pueda ver la obra en sí misma en el Museo del Castillo de Rivoli durante mi vida. "Estoy encantada de que la Fundación Cerruti, los herederos de Ann y Friedrich Unger y nuestro Museo hayan podido resolver con éxito la demanda de devolución de los bienes de las víctimas del Holocausto, que se remonta a décadas atrás", explica Carolyn Christov-Bakargiev, directora del Castillo de Rivoli y de la Fundación Cerruti. "A través de nuestra investigación sobre la procedencia de la Colección Cerruti - y gracias a la Oficina de Reclamaciones del Holocausto en Nueva York - fuimos capaces de identificar a los herederos de esta pintura renacentista que se perdió durante la Segunda Guerra Mundial, compensarlos por su pérdida y preservar la pintura en el museo para su exhibición pública. Esta obra de Jacopo del Sellaio, tan querida por sus propietarios originales y también por Francesco Federico Cerruti, que la adquirió en 1987 sin conocer su agitado pasado, ha encontrado finalmente la paz".

24 de octubre de 2020

Nuestra Señora del Mar Cautiva

 Del sitio Wikipedia:

La Virgen del Mar Cautiva es una advocación mariana y debido a su historia misteriosa en el mar, es hoy patrona de Santo Tomás ciudad situada en la Provincia filipina de La Unión.​ Su fiesta se celebra todos los años el día 26 de abril

Los indígenas son profundamente religiosos, como lo demuestra su devoción a la Señora Virgen del Mar Cautiva. Su imagen se venera en la iglesia parroquial católica bajo la advocación de los Santos Ángeles Custodios.

En 1845 el párroco Santiago Romero propagó la devoción a la Santísima Virgen María bajo la advocación de Virgen del Rosario. Este sacerdote católico encarga a unos escultores de Manila tres tallas para instalar durante la consagración de la iglesia parroquial: una para la Virgen María, otra para San Miguel Arcángel, y una tercera para los Santos Ángeles Custodios. En el mes de julio de ese año, una vez concluido el trabajo, fueron las tallas embaladas en tres cajas, siendo enviado a Santo Tomás en el velero Matutina, atravesando el Mar de China Meridional.

Al llegar a la altura de Bolinao aparecen piratas moros de Joló quienes abordaron a la Matutina. Los tripulantes del velero lucharon valientemente, mientras rezaba a la Virgen María en busca de ayuda y protección, y aunque superados en número y heridos, ninguno de ellos perecieron en el combate. Los piratas tomaron todas sus pertenencias, incluyendo las cajas que contienen las estatuas, que fueron arrojadas al mar, tras burlarse de las estatuas y cortar el antebrazo izquierdo de la estatua de la Virgen.

Dos de las cajas se hundieron, mientras que el que contenía la estatua de la Virgen pudo alcanzar las costas de Bolinao, donde aparece la caja abierta con la imagen mariana, increíblemente seca. El cura párroco de Bolinao reconoce la dirección del envío, escribiendo al padre Santiago quien pidió que la santa imagen se enviará a Santo Tomas.

El 19 de julio de 1845, la santa imagen fue llevada en procesión a la iglesia parroquial católica de Santo Tomás para su culto. Desde entonces, numerosos milagros, conversiones y curaciones, incluyendo el parto seguro y fácil, le fueron atribuidos. El fraile agustino Lorenzo Rodríguez había reemplazado el brazo perdido por otro de oro, pero cayó al tercer día, siendo reemplazado por otro de marfil, sucediendo lo mismo. Entonces los devotos ataron el brazo de marfil con cuerdas para evitar su caída, manteniéndose de ese modo hasta ahora. Tal vez ella quería una marca permanente de lo que había sufrido en manos de los piratas, recordando así la manera en que la imagen llegó a Santo Tomás.

23 de octubre de 2020

Nuestra Señora Reina en la Ciudad Eterna


 Del sitio Un minuto con María:

La Basílica de Santa María Mayor, ubicada en la cima de la colina del Esquilino, es una de las cuatro principales basílicas de Roma (Italia). Es el monumento más grande y la iglesia romana más antigua dedicada a la Virgen María.
La tradición dice que fue la misma Virgen la que indicó e inspiró la construcción de su morada en el Esquilino al aparecerse, en un sueño, en agosto de 356, al patricio Juan y al Papa Liberio. La Virgen, de hecho, le habría pedido al Papa y al patricio la construcción de una iglesia en su honor, en un lugar que reconocerían porque estaría cubierto de nieve en verano. En efecto, la mañana del 5 de agosto del año 356, ¡la colina de Esquilino amaneció cubierta de nieve!
El Papa trazó el perímetro de la nueva iglesia y Juan se encargó de su financiación. De esta primera iglesia no queda nada: las recientes excavaciones en la actual basílica han permitido localizar vestigios arqueológicos como el magnífico calendario del siglo II-III de nuestra era, o los restos de los muros romanos parcialmente visibles; pero nada de la primera basílica. El campanario de Santa María la Mayor de hoy es el más alto de Roma.
Que María, Madre de la Iglesia, humilde y fiel, vele más que nunca sobre la Ciudad Eterna y reine en ella con pureza absoluta y tierna.

22 de octubre de 2020

Nuestra Señora de Clery

 


Del sitio Fatimazo por la Paz:
En la leyenda de San Liphard de Meung, que vivió en el año 550 dC, se hace mención de la ciudad de Clery, y de un oratorio dedicado a la Santísima Virgen, Nuestra Señora de Clery.
En el año 1280, algunos trabajadores colocaron allí una pequeña estatua de la Virgen, la que un día se encontró bajo su arado. Este descubrimiento causó sensación, y atrajo la atención de los más ilustres nobles de la época.
Entre estos nobles, Simon de Melun, un gran barón, formó la intención de fundar una colegiata allí, pero la muerte, le impidió la ejecución de este proyecto piadoso.
Después de sus victorias en Flandes, Felipe el Hermoso, que había prosperado bajo la protección de María, aumentó su contribución al embellecimiento y difusión de su devoción. Aumentó el número de los cánones, y decidió reconstruir la iglesia; pero la muerte le impidió cumplir su buena intención.
La iglesia,se inició en su reinado, y continuó, gracias a la generosidad de su tercer hijo, Carlos, duque de Orleans. Finalmente el rey Luis XI, construyó la iglesia de Clery.
Este monumento, fue destruido por un incendio en 1472 pero la iglesia fue reconstruida de nuevo bajo la inspección del secretario del rey.
Luis XI, recuperó su salud en Clery, y atribuyendo su recuperación a la Santísima Virgen, enriqueció su colegiata con donaciones frescas, y preparó su tumba.
Fue enterrado allí, de acuerdo a su deseo. Su esposa, Carlota de Saboya, fue colocada allí cerca de él en algún momento después.
La iglesia fue destruida por los calvinistas y luego restaurada por el rey Luis XVIII.
La devoción a la Santísima Virgen, Nuestra Señora de Clery, todavía reina allí, con el mayor fervor, en la antigua iglesia del rey Luis XI.

Del sitio La République du Centre:  

Se dice que un milagro tuvo lugar el lunes de Pentecostés de 1670 en la Basílica de Notre-Dame de Cléry. Varias actas depositadas en la notaría de la comuna lo atestiguan: la estatua de la Virgen María lloró.
La estatua de la Virgen María lloró. Fue el lunes de Pentecostés, hace exactamente 350 años. Esto es lo que el canónigo Lucien Millet, entonces decano párroco de la Basílica de Notre-Dame de Cléry, dijo en 1926 en un pequeño libro escrito para la gloria de este santuario, construido en 1280 tras el milagroso descubrimiento de una estatua de la Virgen María por los campesinos.
Más allá del muy interesante relato de la historia de Cléry y su basílica, el autor da un hermoso lugar al "milagro de las lágrimas". Relata las palabras de Marie-Thérèse Bonamy que, en 1882, recordó haber oído a su abuelo contar que había visto a la Virgen "ruborizarse, palidecer y llorar". Para el canónigo Millet, este relato estaba bien fundado. Cree tener pruebas de ello: "Las actas de los testimonios auténticos de este milagro, que tuvo lugar el 26 de mayo de 1670, son testimonios con un sello evidente de veracidad y fe".
Cuarenta y un testimonios recogidos en el curso de una investigación iniciada por la autoridad religiosa, inmediatamente después de los hechos, se relatan de la siguiente manera: "El milagro se produce de las cuatro a las siete de la tarde aproximadamente; en el espacio de al menos dos horas, la figura de la Santísima Virgen y la del Niño Jesús cobran vida, cambian de color, pasan en distintos momentos de una palidez de agonía agónica a un rojo muy vivo, se cubren de sudor y derraman lágrimas".
El autor continúa: "Para que la certeza del hecho se establezca mejor, Dios permite que un personaje se atreva, en voz alta, a posar para los escépticos e incrédulos". Se trata de un escudero, jefe de la guardia del duque de Orleans. Este testigo, después de haber explicado el fenómeno por la reverberación del sol, "ve las figuras de la Santísima Virgen y del Niño Jesús cobrar vida, cambiar de color, las lágrimas brotan de sus ojos. Tocado, confundido, el escudero se arrodilla a rezar y se esconde detrás del altar para llorar sin ser visto", escribe el canónigo Millet.
Sin dudar de la autenticidad de los hechos, se preguntó sobre la razón de este milagro y dio una explicación: tuvo lugar en la iglesia real de Cléry, durante el reinado de Luis XIV que fue el primer canónigo de la colegiata. Añade: "Los canónigos, su maître d'hôtel y el antiguo jefe de guardia, testigos del milagro, no podían dejar que el monarca lo ignorara, y Luis XIV tenía muchas razones para pensar que la Santísima Virgen había llorado por los escándalos de la Corte". "Demasiado cegado por sus pasiones, demasiado intoxicado por su orgullo, hizo poco caso de las lágrimas de la Madre y de las advertencias del Hijo", lamenta el autor.

21 de octubre de 2020

Nuestra Señora de la Peña de Francia

Del sitio Dominicos.org

La Peña de Francia se levanta casi de súbito sobre la llanura, al sur de la provincia de Salamanca, en el límite con la de Cáceres

La montaña se eleva a unos 1.800 metros sobre el nivel del mar, y termina en una pequeña meseta. La Peña de Francia se muestra, indudablemente, desde cualquier perspectiva, como la montaña con más personalidad de toda la sierra. 

No deja de ser extraño el nombre de Francia que se da a la Peña donde se descubrió la imagen de la Virgen, y a su sierra. 

El documento más antiguo que se conserva con el nombre de Francia, aplicado a esta comarca, está fechado en 8 de enero de 1289, es decir casi siglo y medio antes de la llegada a estos lugares de Simón Vela.

El motivo de este nombre no se sabe con certeza, como tampoco el origen de las imágenes. Sabemos que una colonia francesa figura entre los repobladores de Salamanca en el siglo XI, como ocurrió después con otras ciudades arrancadas a la morisma, como por ejemplo: Toledo, Córdoba y Sevilla. Muy bien pudo haber ocurrido que una colonia similar se estableciese, entonces o más tarde, en estos lugares, y por ella recibiera la comarca el nombre de la nación de origen de sus repobladores. 

Viejos apellidos originariamente franceses (Luis, Griñón, Martín, Giral, Bernal, Gascón y Cascón, ... ) son frecuentes en familias arraigadas desde tiempo inmemorial en los pueblos de la "sierra". El mismo nombre de San Martín del Castañar que lleva uno de los pueblos de la sierra, señala la misma dirección.

Tan sólo dos años después del hallazgo de la imagen de la Virgen se hicieron cargo, de ella y de su ermita, los frailes dominicos

Durante esos dos años, la montaña de la Peña comenzó a ser objeto de fuertes disputas entre los señores de Granadilla y Miranda. Ante tales pretensiones el obispo de Salamanca, el 19 de septiembre de 1436, cede al provincial de los dominicos los derechos que pudiera tener sobre la ermita construida en las cumbres. Cuatro meses después, una comunidad de dominicos de cinco miembros asume canónicamente la ermita. 

El número de religiosos de la comunidad establecida en la Peña creció rápidamente y echó raíces en la zona. Ya en el año 1516, en que se puso la primera piedra de La Casa Baja, la comunidad contaba con 22 religiosos. De esta comunidad partieron numerosos misioneros hacia América y Extremo oriente, especialmente Filipinas. Fueron ellos los principales impulsores de la devoción de la Peña en aquellos territorios.

El número de religiosos dominicos en la Peña se redujo en los inicios del siglo XIX y la comunidad desapareció en 1835, cuando, incautados todos los bienes del monasterio por la desamortización de Mendizábal, los religiosos fueron dispersados. Los dominicos volvieron a hacerse cargo del santuario el 16 de julio de 1900.

20 de octubre de 2020

Nuestra Señora del Pino

Del sitio La Santísima Virgen María:

La imagen de la Virgen María fue hallada en Teror, en lo alto de un pino. Fernando Hernández Zumbado, en el siglo XVII narra: "Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso, la encontraron en la eminencia de un pino, roedeada de tres hermosos dragos, de cuyas ramas se formaba una especie de nicho: que una lápida muy tersa le servía de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenme de aguas medicinales".

Fue coronada canónicamente el 7 de septiembre de 1905. Nueve años mas tarde, don Angel Marquina y Corrales la declaró patrona de la diócesis  

Cuenta la leyenda que la Virgen María se apareció sobre la copa de un pino a un grupo de vecinos en los bosques de Teror. Se desconoce la fecha exacta en la que comenzó la historia de la Virgen del Pino, y se data oficialmente su inicio en 1481.

La admiración por esta imagen mariana se consolidó con rapidez más allá de las fronteras de la localidad, hasta el punto de ir ganando peso frente a las restantes representaciones de las vírgenes que existían ya en la Isla, algunas con gran arraigo.

Tras ser venerada durante siglos por los grancanarios, la Virgen del Pino Fue coronada canónicamente el 7 de septiembre de 1905. Nueve años mas tarde, don Angel Marquina y Corrales la declaró patrona de la diócesis . Sin embargo, el proceso de consolidación de su culto no se produce hasta el año 1914, fecha en la que el Papa Pío X la declara oficialmente Patrona de la Isla y de la provincia de Las Palmas.

17 de octubre de 2020

Nuestra Señora de la Paz de Río Turbio (Argentina)

Del sitio Enciclopedia Hispano Católica Universal:

Esta imagen de la Virgen se encuentra en la Iglesia Santa María de la Paz de Río Turbio, ubicado al oeste de la Provincia de Santa Cruz, en la Patagonia Sur de Argentina, Se trata de un pueblo conocido por su explotación del carbón.
Esta imagen fue pintada por el Padre Juan Ignacio López, que fuera párroco en dicha localidad, cuya idea nació por 1978, cuando Argentina y Chile estuvieron a punto de entrar en guerra; gracias a la intervención del Santo Padre San Juan Pablo II, aquello pudo evitarse. Por otra parte representa la presencia y labor de los salesianos por estas tierras, que ya anticipara San Juan Bosco en sus premonitorios sueños. 

Marina Belforte.




12 de octubre de 2020

Nuestra Señora de los Oceanos, Maryam


Del sitio Un Minuto con María:

Significado etimológico: María es la contracción de dos palabras hebreas, “Mar”, que significa gran señora, y “Yam”, que significa océano. María: la señora de los océanos.
María, Maryam, es, por tanto, la señora de los océanos, de las grandes aguas primitivas: Dios en Ella crea algo nuevo.
Así, en la Anunciación, el ángel Gabriel la saluda con el nombre de Maryam, reconociendo en ella a la mujer de la nueva creación sobre la que se cierne el Espíritu, como el Espíritu se cernió sobre las aguas de la primera creación (Gn 2; Lc 1, 26-38).

Antoine Moussali (1921-2003), 

padre lazarista de origen libanés en 

 Judaïsme, christianisme et islam étude comparée.

 Éditions de Paris, 2000.

3 de octubre de 2020

Nuestra Señora de Valvanera

 Del sitio Monasterio de la Valvanera:

Nuestra Señora de Valvanera es el centro principal que atrae las miradas en el templo, es meta de toda romería y peregrinación. Los elementos que resaltan en esta magnífica talla son: la imagen de la Virgen, el Niño Jesús, la silla y la peana, todo elaborado en una sola pieza de madera. El conjunto tiene altura de 109 cm y una anchura de 40 cm. Un ornamento que acompaña es un roble se ramifica y forma un arco cubriendo a la Virgen con el Niño.

No se conoce el autor ni la fecha en que pudo ser tallada esta imagen, probablemente sea una réplica de la original, descrita en la historia. A través del tiempo ha sido objeto de restauraciones cromáticas y adornada con nuevos elementos. Por eso, se atiende a los detalles de la obra para estimar la antigüedad de la imagen.

El manto del Niño, de corte imperial y similar al de la Madre, era comúnmente utilizado en la realeza; la túnica de la Madre tiene amplísimas bocamangas, tal como las venían usando las reinas hispanas de aquellos siglos. La Señora está sentada sobre una almohadilla que hace más confortable la silla "curul" o de tijera. De acuerdo con las características de la talla, la imagen de la Virgen de Valvanera es de estilo románico, siendo la más bella que existe de ésta época.

Su origen podemos situarlo en el contexto del renovado fervor mariano que tuvo lugar en las tierras hispanas.

En la Virgen destaca el vestuario que consiste en una larga túnica de color cobalto con mangas extremadamente anchas con bordes dorados. Sobre la túnica, un manto dorado con los bordes adornados en piedras, que cubre la espalda de la Virgen y los brazos hasta la muñeca.

Es muy llamativa la postura del Niño Jesús. Es el Buen Pastor que se vuelve completamente en busca de los hombres extraviados por el pecado, mostrándonos la Buena Noticia, el Evangelio, y recordándonos que en la tarde de la vida nos examinará del amor.

Con la desamortización de todos los monasterios clausurados en España, el de Valvanera queda abandonado y el 18 de diciembre de 1.839 la Imagen es trasladada a Brieva de Cameros.

En 1883 los monjes benedictinos vuelen a Valvanera y poco después es trasladada la Imagen al monasterio.

En octubre de 1954, es coronada canónicamente la Virgen de Valvanera en el Espolón de Logroño delante de una gran muchedumbre de riojanos, siendo prior del monasterio el padre Plácido Gil.

El 23 de octubre de 1965 fue declarada Patrona Principal Celestial de la Diócesis de Calahorra, La Calzada y Logroño

1 de octubre de 2020

Nuestra Señora de la Liberación (Senegal)

Traducido del sitio Where we walked:

En 1887, el obispo Mathurin Picarda visitó la misión de los Padres del Espíritu Santo en Guéréo, Senegal, para el bautismo de sus primeros católicos conversos. 

Los sacerdotes dieron un paseo a lo largo de la costa hasta el pueblo de Popenguine. "¡Qué magnífico lugar para un santuario a la Virgen!" observó el obispo. 

Nativo de Bretaña, decidió designar a una famosa Virgen Negra de la vecina provincia de Normandía, Notre Dame de la Délivrande, como patrona del nuevo santuario, alterando su título de la críptica celta Notre-Dame de la Delivrande a la francesa Délivrance. 

Un benefactor normando proporcionó una réplica de la estatua, que Mons. Picard bendijo el 22 de mayo de 1888, el martes después de Pentecostés, durante la primera peregrinación al santuario de Popenguine. 

El santuario de Popenguine sufrió muchos cierres y reveses durante el siglo siguiente, con el derrumbe de edificios, epidemias de fiebre amarilla y enfermedad del sueño, la Gran Guerra y un naufragio que se cobró la vida del obispo y 16 misioneros. 

La zona siguió siendo principalmente musulmana, pero la fe católica y la devoción a Nuestra Señora de la Liberación persistieron. 

Se construyó una nueva iglesia, dedicada en 1988 a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y se proclamó una basílica menor en 1991 a petición del Cardenal Hyacinthe Thiamdoum, nativo de Popenguine. 

El Papa San Juan Pablo II visitó el santuario y coronó la estatua de Nuestra Señora de la Liberación el 20 de febrero de 1992. 

Decenas de miles de peregrinos, muchos de ellos jóvenes marchando juntos, y muchos inspirados por los rumores de apariciones marianas allí, van a Popenguine para una celebración anual de tres días que termina el lunes de Pentecostés, con una misa solemne y una procesión desde la iglesia hasta el santuario de la gruta de la Virgen Negra en el acantilado del mar.  

30 de septiembre de 2020

Nuestra Señora del Cenáculo

 

Del sitio Ciudad Redonda:

Los Once, las mujeres, María y los hermanos de Jesús se hallan en el Cenáculo, el piso superior en que Jesús había celebrado la Última Cena con los discípulos (cf. Lc 22,12) y en el que se aparece resucitado al grupo (cf. Lc 24,36 ss.). Tras la Ascensión, todos ellos perseveran en la oración (Hch 1,14).

María pertenece a Israel, el «pueblo de la esperanza». Toda espera tiene por objeto una realidad futura, que no está todavía en nuestras manos. Toda espera indica cierta tensión: la del criado que aguarda la llegada de su señor que viene de la boda (cf. Lc 12,25 ss.); la de la madre que anticipa en el corazón la hora de dar a luz (cf. Lc 2,6); la del pequeño que cuenta expectante los días que faltan para su cumpleaños; la del paciente que, con ansiedad, acude a conocer el resultado de unas pruebas. Toda buena espera es una espera vigilante, no arrellanada «en la pereza y sueño del pecado», y así lo fue la de la Virgen sensata. La espera del Don anunciado por el Resucitado será una espera orante, y tal había sido ya la de María cuando «esperó en oración la venida de Cristo»; esta plegaria del Cenáculo se desgranó en rezos, pues para los semitas la oración es oración vocal, y se pudo expresar en alabanza al Dios fiel, en bendición por los dones recibidos, en súplica del don nuevo prometido. En fin, toda espera de un don prometido por Dios puede y debe ser segura, serena y confiada, porque se funda en la certeza de la fidelidad de Dios a su palabra, y deberá ser tan intensa como la grandeza del don anunciado; esta es la razón por la que la Iglesia «aguarda expectante la segunda venida de Cristo».

La venida de Cristo esperada en oración por María se produjo gracias al Espíritu Santo, que la cubrió con su sombra. Tras la Ascensión, la espera orante de María y del grupo tiene por objeto la fuerza de este mismo Espíritu (Hch 1,8), el Don prometido para los tiempos finales en que surgiría el Israel definitivo de Dios. Es el Don por antonomasia: sin él no hay Palabra de Dios ni evangelio, no hay sacramentos, no hay ministerios ni carismas. En este Pentecostés, la gran fiesta de la alianza, el Espíritu es derramado sobre toda carne.
Esta misa de la Virgen María en el Cenáculo acentúa la oración de María y del grupo y resalta la espera, pero abarca también el cumplimiento: en Pentecostés Dios colmó «de los dones del Espíritu Santo a la Virgen María en oración con los apóstoles»; en este nacimiento del nuevo pueblo, María «es colmada de nuevo por el Don divino».

La atención se centra en María, sin olvidar al resto de la comunidad. Los discípulos se hallan reunidos en el Cenáculo, lo que ya es un primer indicador de comunidad, pues comparten un mismo espacio físico. Pero tienen mucho más en común: los ensambla una misma fe y una misma esperanza, expresadas en la oración compartida, a la que, además, se dedican asiduamente, con ánimo perseverante; la cercanía física y la oración en común expresan la fraternidad de quienes un sumario posterior dirá que «tenían una sola alma y un solo corazón» (Hch 4,32).
Aunque entre la Ascensión y Pentecostés no se haya producido aún la efusión pentecostal del Espíritu, este se halla ya presente al unir al grupo en una misma actitud de espera y al moverlo a orar: porque el anhelo es ya un don que anticipa al Don, porque los preparativos pertenecen al propio acontecimiento, porque las fiestas se conocen por sus vísperas. Si ya antes de Pentecostés había unión y perseverancia, después de Pentecostés los creyentes serán constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones (Hch 2,42). María, inserta en el grupo, aparece «fervorosa en la caridad» y es ejemplo admirable de unidad.

"María es modelo también en otros aspectos: en su actitud de espera orante y vigilante es figura de la Iglesia, que aguarda la segunda venida de Cristo" orando con los apóstoles e invocando «con ruegos ardientes» al Defensor prometido, es ejemplo admirable de oración; es modelo de atención a la voz del Espíritu y de búsqueda de la alabanza de la gloria de Dios; y debemos imitarla en guardar y meditar la palabra de Dios.
Pero no es únicamente modelo ni solo un recuerdo del que se evocan las lejanas escenas de la Anunciación y del Cenáculo. En dos ocasiones, en conexión con motivos propios de esta memoria litúrgica, se hace referencia expresa a María en su condición actual de glorificada. Ella intercede por nosotros para que perseveremos en la oración en común y ejerce su amparo para que trabajemos por la concordia y la paz fraterna.

Podemos tener razones para quejarnos de la vida, pero, si Jesús ha resucitado, no tenemos razón; podemos tener motivos para desalentarnos, pero, si se nos otorga y se nos promete el Espíritu, no tenemos razón. La Virgen María del Cenáculo nos educa en esta actitud siempre esperanzada.

27 de septiembre de 2020

Nuestra Señora que sobrevivió a ISIS

Del sitio Aleteia:

Mosul es un auténtico polvorín. En Mosul, el ISIS va perdiendo terreno pero los bombardeos de la coalición están produciendo muchas víctimas civiles.
La situación es dramática y el Papa Francisco volvió a hacer un llamamiento a lo que ha denominado “sangriento conflicto”.
Los invito a rezar para que Irak encuentre en la reconciliacióm y en la armonía entre sus diversos componentes étnicos y religiosos, la paz, la unidad y la prosperidad”.
"Mi pensamiento va a los pueblos civiles atrapados en los barrios occidentales de Mosul y a los refugiados por culpa de la guerra, a quienes me siento unido en el sufrimiento, a través de la oración y la cercanía espiritual”.
"Expreso mi profundo dolor por las víctimas del sanguinario conflicto, renuevo mi llamamiento al compromiso con todas las fuerzas en la protección de los civiles, como obligación imperativa y urgente”.
Conforme se van liberando las ciudades comienzan a conocerse algunos macabros detalles del horror que el ISIS infundió en el territorio ocupado. Así, por ejemplo, se dieron a conocer las 14 “reglas de conducta” que los milicianos del auto-proclamado Estado Islámico (Daesh) habían escrito en las columnas y las paredes de la iglesia caldea dedicada a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Mosul.
Según muestra la Agencia Fides en ellas se mostraría sanciones para los que fuman y los que beben, la prohibición a las mujeres de salir de casa si no es necesario o la pena de muerte para quienes blasfeman.
Los yihadistas utilizaban la iglesia como base de operaciones. Al ser rescatada los soldados vieron que no habían dejado ningún vestigio cristiano en el edificio.
No ocurrió lo mismo en la Iglesia de Qaraqosh. Allí los yihadistas destruyeron todo pero dejaron una imagen: la Virgen María y el Niño Jesús.
Al ver esta imagen extrañamente intacta no podía más que pensar en su protección constante hacia nosotros. Protección que los cristianos perseguidos conocen y proclaman con insistenciaasegura a Alfa y Omega el padre Luis Montes, misionero del Instituto del Verbo Encarnado en Irak y testigo de los hechos.
No conocemos por qué el Isis la respetó, pero es como un símbolo de su amor de madre que al oído nos susurra: “¡no te preocupes que aquí estoy yo!””, afirma el misionero.

26 de septiembre de 2020

Nuestra Señora de O Corpiño

Del sitio Santuario O Corpiño:

El relato de las Apariciones de la Santísima Virgen María en O Corpiño, aparece descrito en un documento existente en el archivo parroquial de Santa Eulalia de Losón, parroquia en la que está ubicado el Santuario:

A mediados del siglo VIII, vivía en la falda del Monte Carrio, al este del desierto de Carboeiro, un ermitaño que predicaba y fomentaba por toda la comarca el culto de la Virgen María. Su vida de austeridad y penitencia era objeto de curiosidad y religioso respeto por parte de los vecinos de aquellos contornos. Su morada era constantemente visitada por los vecinos, los cuales anhelaban ver al “santo”, oírlo y beber de sus labios la verdad, las palabras de virtud milagrosa que infunden fuerza contra los espíritus malignos.

Habiendo muerto el eremita los vecinos hallaron su cuerpo incorrupto en su gruta y a fin de perpetuar su memoria, determinaron edificar una capilla con la advocación de San Adrián, en el mismo lugar donde había vivido y se hallaba su cuerpo, dándose ya, desde entonces el nombre de “O Corpiño” a la tumba de aquel santo varón, denominación que bien pronto extendió el pueblo a toda aquella comarca.

Por aquellos tiempos tuvo lugar la invasión de los sarracenos y con los trastornos del batallar continuo y las mudanzas de la nueva dominación la capilla quedó arruinada.

A mediados del siglo XII, un día del mes de junio, grandes nubarrones en forma de castillos de fuego, rodearon el horizonte y condensándose rugientes ocultaron la luz del sol anticipando la noche a los vecinos de aquellos contornos. Unos pastores de San Pedro de Losón sobrecogidos de miedos con los truenos y relámpagos, buscaron refugio en la arruinada capilla de O Corpiño, lugar que escogían a menudo para sus juegos, y al penetrar en ella se encontraron de improviso bañados de una luz misteriosa y en medio de aquellos resplandores vieron una imagen de la Virgen con el Niño Jesús en el brazo izquierdo y un ramillete de flores en la mano derecha. Ellos, acurrucados en una esquina, ven como la Hermosa Señora, envuelta en luz radiante y llena de celestial hermosura, se les acerca sonriente y les dice que hagan la Señal de la Cruz, ellos se santiguan y la tempestad se calma. Pasaron hasta muy entrada la noche, absortos en la contemplación de aquella imagen risueña que los atraía con la dulzura de sus miradas y les hacía sentir un bienestar indescriptible, hasta que los padres, viendo tornar los ganados sin pastores y temiendo que algo malo hubiese acaecido a éstos, salieron en su busca hallándolos muy contentos al pie de los arruinados muros. Los reprendieron agriamente, mas los niños nada alegaron en su favor con la intención tácita de volver al mismo sitio en la madrugada del día siguiente sin que pudieran disimular la alegría y regocijo del que estaban poseídos.

Al día siguiente volvieron al mismo sitio deteniéndose mucho más que la víspera y abandonando de nuevo los ganados. Viendo sus padres que las amonestaciones no producían su efecto los castigaron severamente sin dar oídos a las disculpas que en esta ocasión creían infundadas y solo pretextos de común acuerdo para ocultar sus travesuras.

Al otro día, desoyendo las prevenciones de sus familias, concurrieron al mismo punto a prestar adoración a la soberana Reina. No pudiendo los familiares comprender tanta obstinación en aquellos inocentes que siempre les habían estado sumisos determinaron prestar atención a sus relatos. Entre otros el de dos niñas que decían: “En el mismo monte hemos visto nosotras a esa Señora y nos habló con mucho cariño diciéndonos que hiciésemos la Señal de la Cruz” y además les contaron las maravillas y prodigios que en el monte habían visto.

 Tampoco esta vez merecieron fe sus asertos y creyendo ser todo subterfugios y mentiras les azotaron cruelmente, lo cual no impidió que al otro día volvieran al pueblo más que nunca, contando las maravillas y prodigios que tenían lugar en aquel recinto.

Esta vez determinaron seguirles y observarles de lejos para lo que escogieron un lugar desde el cual podían ver claramente las paredes o ruinas de O Corpiño. Una vez allí quedaron atónitos y maravillados de los vivos resplandores que alumbraban como un nuevo sol aquellas montañas. Poseídos de temor y respeto no sabían que hacer ni se atrevían a dar un paso para cerciorarse de donde procedía aquel fenómeno y misterio y determinaron volverse a sus casas. Unos opinaban que debían divulgar lo que habían visto; mas otros por el contrario, creían parecer más acertado repetir las observaciones y cerciorarse bien del caso antes de exponerse a las burlas que provocaría la incredulidad de sus vecinos, y esta opinión prevaleció.

Repetidas las observaciones en las noches siguientes su admiración aumentaba cada vez más al encontrarse bañados por aquella luz maravillosa y aquella sorprendente claridad que envolvía la capilla del Santo Ermitaño e infundía veneración en sus corazones.

Esta vez no titubearon en ponerlo en conocimiento de todos los vecinos para que emitieran su dictamen acerca de lo que convenía hacer en ese caso, pero a su vez estos no les creyeron y suponían que sin duda estaban engañados o que habían padecido alguna alucinación determinando acompañarles por el día al lugar de la ocurrencia y registrarlo todo. Así lo realizaron sin resultado alguno, llegando por este motivo a desconfiar nuevamente de la veracidad de los vecinos dando lugar a enemistades entre unos y otros. Pronto cesaron estas en vista de la constante aparición de los resplandores en el lugar indicado. Por fin ya no dudaron los vecinos que todo aquello era obra de Dios y que aquella Señora que sólo veían los pastorcillos era la Madre del Salvador, que se dignaba visitar el monte de O Corpiño por amor a los hombres y por la infinita misericordia de su Hijo.

Pusieron todo en conocimiento del párroco que tampoco tenía el ánimo dispuesto a creer en aquella aparición y por tanto, reunió a los feligreses más probos de la parroquia entre ellos una anciana que gozaba fama de muy devota, la cual después de recibir la Sagrada Eucaristía se fue a la ermita y haciendo oración se le apareció la Virgen como a los pastorcillos con el Niño en el brazo izquierdo y el ramillete de flores en la mano derecha. Llena de gozo y dando gracias a Dios por tan señalado favor dio cuenta al párroco y a los vecinos de los cuales recibiera la misión de averiguar la verdad de aquel suceso. En esta ocasión el cura en persona, y acompañado de un gran gentío, fueron al lugar de la ermita en solemne rogativa desde la iglesia parroquial de San Pedro de Losón. Era el 24 de junio y se realizó una nueva y última aparición de Nuestra Señora, a presencia de todo el pueblo que, postrado en tierra, prorrumpió en llanto de gratitud y amor a la Emperatriz de los Cielos, que desapareció confundiéndose con la atmósfera, a la manera que en el aire se engendra una nube o se disuelve en tiempo de verano.

De acuerdo con los vecinos, que trabajaron todos a porfía, ya personalmente, ya prestando sus intereses, mandó el párroco que se edificase allí una capilla y que se construyese una imagen de la Aparecida.

Se celebró el aniversario de la aparición con una Misa Solemne en Acción de gracias, con la colocación de la Imagen que condujeron procesionalmente y con la inauguración del Santuario. Inicióse una cofradía, cuyos cofrades llegaron bien pronto a ser tantos que invertían dos días en la Confesión y Comunión.