29 de abril de 2020

Nuestra Señora del Divino Amor

Del sitio Catholic.net:

Sancte Marie de Divino Amore, -Santa María del Divino Amor-, es una advocación romana, nombre que se le da en el siglo XVII a un ícono bizantino de la Virgen y el Niño, que procede de los cristianos medievales. Se encuentra en la Basílica della Madonna del Divino Amore en Roma.

En la iconografía —en particular en la ortodoxa— se designa a este tipo de ícono mariano con el nombre de Odighitria, que significa etimológicamente "Aquella que muestra el camino".

El ícono de Santa María del Divino Amor se remonta al siglo XIII. En una zona de la campiña romana se levantaba una fortaleza de la familia Savelli-Orsini, llamada Castel di Leva (Castillo de Leva). En una de las torres del castillo se encontraba esta imagen votiva de la Virgen María, a la que se representa sentada en un trono y sosteniendo al niño Jesús en su brazo derecho. Con su brazo izquierdo señala ligeramente al Niño como el verdadero camino mientras que Jesús levanta la mano derecha en un gesto de bendición. Su mano izquierda esta cubierta con el manto rojo, y parece que mira a su madre, en tanto que la mirada de María se dirige hacia otro lado diferente de los espectadores y del niño. Los ángeles inciensan la escena que se sitúa en un arco, con el que se significa a María como templo y a Jesús como eucaristía. Una paloma desciende sobre María como símbolo del Espíritu Santo, que en la teología cristiana significa el Amor Divino. La imagen, fue pintada al fresco, y fue muy venerada por los pastores locales.

La historia del Santuario de Nuestra Señora del Divino Amor, inicia en el siglo XIII, cuando en la zona del agro romano había una especie de fortaleza de la familia Savelli-Orsini, llamada Castillo de Leva. Sobre una torre del castillo había una imagen de la Virgen sentada en un trono con el Niño Jesús en brazos y con la paloma descendiente sobre ella como el símbolo del Espíritu Santo, que es el Divino Amor. La imagen, pintada en fresco en esa misma época, era muy venerada por los pastores de la zona.

En la primavera del 1740 un viandante que se encontraba a Roma cerca a los alrededores de la torre, fue atacado por una turba de perros y estaba por ser despedazado; el viandante alzó los ojos, vio la Sagrada Virgen y pidió ayuda a la Madre de Dios; el milagro sucede: los perros se dispersaron improvisadamente huyendo por el campo.

Después del prodigio, el 5 de septiembre del mismo año, la imagen fue quitada del muro y transferida a la vecina hacienda dicha "La Falconiana", en la cual estaba la pequeña iglesia de Santa Maria ad Magos.

Después de cinco años, el 19 de abril de 1745, la imagen fue llevada de nuevo a su antigua sede, donde en tanto habían construido una iglesia que viene sucesivamente consagrada en 1750 por el Cardenal Cario Rezzonico, después haciéndose Papa Clemente XIII. Desde entonces iniciaron los peregrinajes populares que se hicieron cada vez más numerosos, continuando todavía. Entre los mas importantes, los que se hacen desde la Pascua hasta los últimos días de octubre, cada sábado en la noche a pie, desde el paseo Arqueológico cubriendo una distancia de cerca 15 km.

El 13 de mayo de 1883, el Capitulo Vaticano, corona la imagen de la Virgen.

En el 1930, viene nombrado rector Don Umberto Terenzi.

El 8 de diciembre de 1932, el Santuario se convierte en parroquia, y Don Umberto es el primer párroco.

El 25 de marzo del 1942, Don Umberto instituye la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora del Divino Amor, siguiendo veinte años después los sacerdotes Oblatos, que desde entonces el Santuario es custodiado por ellos.

En el 1944, mientras Roma corre el peligro de ser destruida por los eventos bélicos, el 24 de enero el cuadro de la Virgen viene transferido a la ciudad en varias iglesias, terminando en aquella de San Ignacio donde el 4 de junio del 1944 el pueblo romano, para obtener la liberación de la ciudad, hace un voto a la Virgen de renovar la propia vida, de construir un nuevo Santuario y de realizar una obra de caridad en su honor. La Virgen cumplió el Milagro y Roma fue salvada.

El Papa Pío XII el 11 de junio de 1944 va a orar con los romanos y le da a Nuestra Señora del Divino Amor el titulo de "Salvadora de la Urbe".

"Nosotros miramos hacia tí, Madre del Divino Amor, esperando de tí, de tu materna intercesión nuestra salvación... proteje tu Roma". (Pio XII, 11 de junio 1944).

Después de la guerra el Santuario reabre sus puertas y se desarrollan obras caritativas, culturales y de apostólado. Comienza la publicación de las revistas "Parrocchia" en 1946 y "La Madonna" en 1954, mientras el folleto "La Madonna del Divino Amore" hecho en 1931, reanuda sus publicaciones.

En la casa de las hermanas vienen a habitar las primeras huérfanas, mientras poco a poco se forman otras casas religiosas en varias partes de Italia y al exterior con las Misiones en Colombia en 1971,en Brasil en 1991 y en Perú en 1993.

El 3 de enero de 1974 muere Don Umberto Terenzi; sus restos reposan al Santuario en la cripta de la Addolorata.

El primero de mayo de 1979 el Papa Juan Pablo II visita el Divino Amor y lo define "El Santuario Mariano de Moma". Vuelve para el 7 de junio de 1987 para la apertura del Año Mariano.

Desde 1983 está en función la Casa del Peregrino, para convenciones, retiros, ejercicios espirituales.

Desde 1983 el domingo de Ramos y Viernes Santo a las 20.30, se hace la mas espectacular y sagrada representación romana del Via Crucis.

En los años 80 se han hecho muchos trabajos de restauración del Santuario y en 1991 se hizo la delicada restauración del altar y del antiguo y precioso fresco de Nuestra Señora del Divino Amor.

El 29 febrero de 1991 ha sido publicado el edicto del Cardenal Vicario Gamillo Ruini, para la canonización del Siervo de Dios Don Umberto Terenzi, fundador de la obra de Nuestra Señora del Divino Amor.

El Sínodo Diocesano abierto en 1986 y concluido en 1993 delante a Nuestra Señora del Divino Amor en la plaza de San Pedro, constituye el evento más importante de la Iglesia Romana para dar el voto a través de la renovación espiritual, y el crecimiento de la comunión en la misión de la Iglesia hacia la Ciudad y hacia el Mundo.

El 19 de febrero 1991 se firmó el permiso de construcción para el Nuevo Santuario que habrá por techo un prado verde, un espejo de agua en el sagrario, por paredes unas inmensas vidrieras de colores que darán una luz mística a todo el espacio. La construcción se está realizando a los pies de la colina, fuera de los antiguos muros sin violar el encanto del campo romano y el conjunto monumental del setecientos.

Cada sábado de Pascua se hace el peregrinaje nocturno a pie, a partir de la medianoche desde plaza Porta Capena, Roma, terminando en el Santuario a las 5 a.m. del domingo. Un peregrinaje nocturno también se realiza el 7 de diciembre vigilia de la Imaculada. Los peregrinos de la noche recorren la famosa via Appia antigua hasta el Quo Vadis, donde toman la ria Ardeatina pasando sobre las catacumbas de San Calixto y delande el museo de las fosas Ardeatinas, llevando a los pies de la Virgen, junto a las propias intenciones también las necesidades, las obras y la misión de la Iglesia Romana y de la Ciudad Eterna.


El sitio America, The Jesuit Review juntó a Nuestra Señora Salus Populi y a Nuestra Señora del Divino Amor para publicar un artículo llamado Nuestra Señora del Coronavirus

28 de abril de 2020

Campaña "Un millón de Rosarios"


Las Hermanitas de los Pobres, una comunidad religiosa dedicada de manera especial al servicio caritativo a los ancianos, lanzó en Estados Unidos una campaña para reanimar la fe de los católicos y emplear la oración como la mejor herramienta para superar la pandemia de coronavirus. La iniciativa hace referencia al Mensaje de Fátima y recuerda las promesas de la Santísima Virgen asociadas al rezo del Santo Rosario.
Durante la Revolución de los Claveles en 1974, Nuestra Señora le dijo a la Hermana Lucía (una de las videntes de las apariciones en Fátima, Portugal): ‘Cuando un millón de familias oren el Rosario, la revolución terminará'”, recordó la presentación oficial de la campaña de oración. “¿Qué pasaría si un millón de familias unieran sus manos AHORA para orar el Rosario por una cura para el coronavirus?”.
Las religiosas pidieron a los fieles unirse a esta campaña para poner fin a la pandemia, asumiendo un compromiso familiar o individual para “implorar a Nuestra Señora para intercerder en nombre de toda la humanidad en este momento de crisis”. La iniciativa surgió de una consulta hecha por la Madre General de la congregación, Madre María del Monte Auxiliadora, sobre la forma de unir la oración por el fin de la pandemia.
En su diálogo con las diferentes provincias, la Madre General pidió contactar a las familias para crear una cadena de Rosarios familiares. “Ella ve la pandemia del coronavirus como una ‘situación de guerra’, la cual no puede ser ganada por los medios humanos solamente, sino sólo a través de la oración”, relató a Aleteia la Hna. Mary Richards.
“¿Lograremos involucrar a un millón de familias? Sólo Dios lo sabe. Pero si ponemos todo nuestro corazón en esto, Nuestra Señora verá nuestra buena voluntad”, comentó la Hna. Richards. “Probemos esto de una manera muy humilde y dejemos el resto en manos de nuestra Madre Inmaculada”.
El registro de las personas que se unen a la iniciativa puede hacerse en la página web de las Hermanitas de los Pobres.

24 de abril de 2020

Nuestra Señora de la Feliz Muerte

Del sitio Our Lady of Clear Creek:

Se ha dicho que hay vocación para los lugares como hay vocación para las personas, para las almas. La Abadía de Fontgombault es uno de esos lugares. Durante su historia de más de nueve siglos, innumerables son las gracias que han irradiado desde este lugar sagrado, donde tantas generaciones de monjes han ido y venido. La historia de Nuestra Señora de la Feliz Muerte es uno de los más bellos favores del Cielo.

Durante mucho tiempo la estatua de Nuestra Señora, sentada "en majestad" como se refieren a este tipo de representación artística (María sentada en un trono, vestida como una reina de Francia, con el Niño Jesús en su regazo), vigiló la Abadía desde su punto de vista, en lo alto del portal norte de la iglesia, con vistas a los jardines justo dentro del muro de piedra y el pequeño cementerio de los monjes. Nadie sabe exactamente cuándo se colocó esta particular estatua de piedra caliza, pero probablemente había estado en su lugar desde el siglo XII, cuando la Fe era todavía joven en Francia y la Abadía estaba llena de jóvenes que venían a consagrar sus vidas a Dios. Sólo Dios sabe cuántos monjes realizan sus laboriosas tareas en el jardín que ella contempló, cuántos hermanos, habiendo llegado al final de su peregrinación terrenal, vio confiados a su lugar de descanso final bajo una simple cruz de madera plantada en el suelo.

En el año de Nuestro Señor de 1791, habían llegado tiempos difíciles para Francia y para la Iglesia. Innumerables fueron los cristianos sacrificados en el altar de la Revolución, especialmente en París, donde el trabajo incansable de la guillotina llenó las alcantarillas de la calle con ríos de sangre humana. Los problemas también habían llegado al campo. Ya a principios de siglo, la codicia del terrateniente secular de Fontgombault había ahuyentado a todos los monjes menos a cinco. Para entonces, a finales de siglo, no quedaba ni un solo monje para cantar las alabanzas divinas. El alcalde del pueblo de Fontgombault había empezado a vender las mismas piedras de los muros de la abadía (2 de julio de 1791). Pero el trabajo de destrucción aún no estaba completo.

Fue en esta época cuando una mano impía intentó destruir la estatua de María sobre la puerta norte de la iglesia. Colocó una escalera y subió para llevar a cabo la práctica, muy común entre los revolucionarios, de romper la cabeza y los miembros de una obra de arte que le ofendía a él y a las nuevas ideas de aquellos que ya no tenían necesidad de Dios y sus santos. Sin embargo, al balancear su martillo, perdió repentinamente el equilibrio y cayó de la escalera, hiriéndose mortalmente al caer al suelo muy abajo.

Mientras moría, el pobre hombre se arrepintió en un instante de la mala acción que había hecho y suplicó a Dios, por la intercesión de la Virgen Madre de Dios, a quien había ofendido tan gravemente, que le perdonara. Tal fue su cambio de corazón, su conversión en el momento de la muerte, que los testigos reconocieron en el evento una gracia especial del cielo. Desde ese momento la estatua ha sido conocida como Nuestra Señora de la Feliz Muerte.

Menos de un siglo después, una nueva comunidad monástica de trapenses tomó posesión de la Abadía de Fontgombault y comenzó a restaurar los edificios. Para entonces la milagrosa estatua había sido trasladada al interior de la iglesia y se hicieron cabezas de cemento para reemplazar las de la Virgen y de su Niño destruidas por los revolucionarios. Para cuando los monjes estuvieron listos para volver a dedicar la iglesia en 1899, sin embargo, el gobierno anticlerical de Francia de entonces prohibió la ceremonia.

No fue hasta mediados del siglo XX que la iglesia de Fontgombault fue finalmente re-dedicada, después de que los monjes de la Congregación de Solesmes, de la Orden de San Benito, completaran la restauración de la Abadía. Durante el año jubilar de 1950, Dom Edward Roux, el primer abad de la fundación Solesmes, encargó al conocido escultor Claude Gruer la realización de dos nuevas cabezas de piedra, siguiendo de cerca los cánones del arte románico.

En 1991, la Abadía de Fontgombault celebró su 900 cumpleaños. Para marcar esta ocasión histórica, Nuestra Señora de la Buena Muerte fue coronada solemnemente por el Arzobispo de Czestochowa, Su Excelencia Monseñor Nowak (7 de septiembre de 1991). Nuestra Señora y su Hijo ya no se sientan en la parte superior del portal norte expuesto a los elementos, sino que ocupan un lugar de honor en la nave de la iglesia, donde, no sólo los monjes vienen a hacer sus devociones día y noche, sino que un gran número de peregrinos de todas partes del mundo llegan en todas las épocas del año - en particular para la fiesta patronal de la Abadía el 15 de agosto - para encender una vela e implorar gracias muy necesarias, especialmente la de una muerte pacífica y feliz. Como en el siglo XII, Nuestra Señora de la Feliz Muerte continúa mostrándoles la llave que abre los enigmas y los pasajes oscuros de nuestra existencia humana: el Hijo pequeño que sostiene en su regazo, el Príncipe de la vida.

Que esta historia de Nuestra Señora de la Feliz Muerte, Nuestra Señora del Buen Pastor, nos ayude a todos a comprender mejor las palabras que tan a menudo recitamos, "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén"

23 de abril de 2020

Nuestra Señora del Abra de Punta Corral o La Mamita del Cerro

Del sitio Todo Jujuy:
La historia de la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral, se conoce según los datos brindados por el esclavo, ya fallecido, Alberto Méndez. Fueron sacados de un cuaderno que dejaron anteriores devotos.
En el año 1835, en los pastizales del Abra de Estancia Vieja, se encontraba Pablo Méndez y se le apareció una señora de blanca cabellera. Antes que la aparición se diluyera, le recomendaba que al otro día volviera a buscarla.
Al contar lo sucedido, algunos se rieron, otros decían que había sido un sueño, pero Roque Jacinto Torres le aconsejó que volviera al día siguiente y así lo hizo, pero la Señora no apareció. En el lugar encontró una piedrita blanca, extraña y pequeña, que le recordaba la forma de la Virgen.
Méndez regresa llevando consigo la pétrea figura y pronto la noticia recorre las distancias y muchos campesinos llegaron a Punta Corral para orar ante la piedra… Una vez en la iglesia de Tumbaya, la piedra desaparece y Méndez, vuelve a buscarla donde la había encontrado.
La Virgen, sin dudas, mostraba su deseo de permanecer en los ásperos pedregales de Punta Corral. Para acogerla dignamente, levantaron un pequeño oratorio, dónde se la venera por varios años.
En 1970 comienzan los problemas entre las comunidades de Tilcara y Tumbaya, por comentarios de que la imagen no sería la verdadera; entonces, el cuarto esclavo Alberto Méndez dispone que la virgen baje solamente a Tumbaya y pone a disposición de su pueblo natal la imagen sagrada, porque según dicen, son los únicos dueños y depositarios de las tradiciones heredadas de sus antepasados.

22 de abril de 2020

Nuestra Señora de la Misericordia

Del sitio Parroquia de la Misericordia:

En Italia, durante el año 1530, los Genoveses, celosos de la prosperidad material y espiritual de la ciudad de Savona, la atacan desterrando a sus mejores hombres y demoliendo gran parte de la ciudad. Los savoneses pusieron toda su confianza en la Santísima Virgen, implorando su maternal protección.

De esta forma, el 18 de marzo de 1536, la Virgen María se le apareció a un sencillo labrador llamado Antonio Botta, quien bajaba a la mañana temprano a lavarse las manos en el arroyuelo. En ese momento oyó una voz que le decía: “Vamos, levántate y no temas”. Se levantó y vio un gran resplandor y a una Señora que le dijo estas otras palabras: “Ve a tu confesor y dile que anuncie al pueblo, en la Iglesia, que ayune por tres sábados, y que haga, por tres días la procesión en honor de Dios y de su madre; tu luego, te confesarás y comulgarás y el cuarto sábado volverás a este lugar”.

Mientras, la Señora, pronunciaba estas palabras, Antonio oyó que por el camino pasaban unos arrieros y temiendo que lo viesen, quiso esconderse, pero ella le dijo: “No temas, puesto que no nos podrán ver”. Y dicho esto desapareció.

Antonio se apresuró a presentarse ante su sacerdote y le narró con lágrimas en los ojos el acontecimiento. Fue tan sincero en su relato que el párroco no dudó y se dirigió a Savona para informar a las autoridades. Ese día fue llamado y su simplicidad hizo que se tomara su relato como verdadero.

Cuando llegó el cuarto sábado, 8 de abril, obediente a lo que le dijera la  Virgen María, Antonio se dirigió al lugar designado por Ella. Cuenta Antonio que cuando estaba rezando, bajó del cielo un resplandor más grande que el anterior y lo envolvió de tal modo que le impidió ver los montes que lo rodeaban, claramente vio a una Señora con blancas vestiduras que extendiendo su mano le decía: “Ve a los de Savona que para asegurarse de las cosas que yo te mandé a decir el otro día te mandaron preguntarme, diles que anuncien al pueblo que ayune por  tres sábados y que hagan tres días procesión, y exhorten a todo el pueblo a enmendarse de su mala vida porque mi Divino Hijo está muy enojado contra el mundo por las maldades que reinan en él y si no hacen esto su vida será corta”. Antonio le respondió: “Dame una señal para que me crean”.

María le dijo: “Yo ya les di un señal interior aquella tarde en que fuiste llamado delante de ellos, te creerán sin necesidad de pruebas”. Y al terminar de decir esto levantó los ojos y las manos al cielo, dio tres veces la bendición sobre el arroyuelo, repitiendo siempre: “MISERICORDIA QUIERO Y NO CASTIGO”.

Todos le creyeron sin necesidad de pruebas. María apareció coronada como REINA Y MADRE DE MISERICORDIA.

La noticia conmovió a toda la ciudad, el pueblo no paraba de dar gracias y el domingo siguiente, que era Domingo de Ramos, se anunció la aparición y se recomendó a todos que hicieran lo que la Virgen había pedido en prueba de fe y amor filial.

El 12 de abril de 1538 se promulgó un decreto para que se construya un oratorio en el lugar de las apariciones.

El 10 de mayo de 1815, el papa Pío VII hizo la solemne coronación de la imagen que había sido despojada de su corona por los invasores.

13 de abril de 2020

Petición de la consagración del mundo a los corazones de Jesús y de María

Copio textual del sitio Un minuto con María. Por favor divúlguenlo
Queridos amigos en cuarentena:

El sábado pasado, la Asociación Marie de Nazareth, junto con otras organizaciones, lanzó una petición en francés para consagrar a Francia y al mundo a los dos corazones unidos de Jesús y María. 

La petición tuvo un éxito sorprendente con más de 50,000 firmantes. 

Hoy proponemos esta misma petición a nuestros lectores de todo el mundo y los invitamos a sumarse a esta iniciativa en gran número y de manera muy concreta:

1. Firma la petición tú mismo: https://consecration.site/es/

2. Comparte la petición ampliamente a tu alrededor para que todos tus amigos, los amigos de tus amigos y los amigos de los amigos de tus amigos la firmen. Así podremos ser millones para pedir la consagración del mundo.

3. Por favor, haznos saber qué organizaciones y redes de tu país estarían dispuestas a sumarse a esta iniciativa enviando un correo electrónico a news@consecration.site.

El 25 de marzo se consagraron ya 24 países: Albania, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Eslovaquia, España, Guatemala, Hungría, India, Kenia, México, Moldavia, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, República Dominicana, Rumanía y Timor Oriental, a los que se añadieron Irlanda e Inglaterra.

Ante la mortal pandemia de COVID-19, hagamos este acto espiritual particularmente fuerte para invocar la protección del Señor y de María Santísima. 
El equipo de Marie de Nazareth

8 de abril de 2020

Nuestra Señora Negra del Sacro Monte de Viggiano

Del sitio de la Comuna de Viggiano

Los orígenes del Santuario de Viggiano, como los de muchos otros santuarios marianos, permanecen envueltos en el misterio. La hipótesis más acreditada se remonta al siglo XI y relaciona su nacimiento con la caída de Grumentum, atacada en varias ocasiones por los sarracenos desde el siglo IX y finalmente arrasada hacia 1050. El simulacro de la Virgen, de hecho, fue guardado inicialmente en la Catedral de Grumentum. Desde allí habría sido trasladado y escondido en la cima del Monte di Viggiano para evitar que fuera destruido por los invasores sarracenos.

En este punto la leyenda entra en el campo, que cuenta cómo algunos pastores del valle de abajo, atraídos por extraños fenómenos de luz observados en la cima de la montaña, encontraron allí, milagrosamente intacto, el sagrado simulacro, transportado inmediatamente a Viggiano y colocado en la capilla de Santa María extramuros, que desde entonces se llamó el Depósito y que más tarde se convirtió en la sede urbana del Santuario, en el centro del pueblo de nuestros días. La leyenda siempre ha intervenido para explicar, con una traducción milagrosa, el origen de la doble peregrinación que ha marcado la vida del Santuario durante siglos: el primer domingo de mayo, cuando el simulacro de la Virgen es llevado a la cima del Monte, al lugar donde fue encontrado, donde pronto se construyó una capilla; y el primer domingo de septiembre, cuando una gran multitud lo acompaña a Viggiano, para la larga parada de invierno.

El corazón del Santuario, es la preciosa escultura de madera que alberga, un artefacto artístico de rara belleza, que la secular veneración del pueblo de Lucania ha enriquecido con valor y significado, hasta el punto de convertirlo en el emblema de su turbulenta historia y su fe: "En la Madonna del Sacro Monte di Viggiano, Lucania se reconoce y se refleja. En sus vidas de nuevo una historia que habla de destrucción y persecución, de trabajo duro ascenso y defensa de la fe, de los peregrinos que rezan hacia la luz y la montaña sagrada, que es Cristo" (Mons. Aurelio Sorrentino).

"Basilicata es la tierra de María. Es en su nombre, en sus santuarios, bajo la dulce mirada de los iconos, que nuestro pueblo se reúne y redescubre su entidad e identidad histórica" (Mons. Giuseppe Vairo).

La composición actual del simulacro - que es fundamentalmente de estilo bizantino, aunque influenciado por las corrientes romanas - es obra de varias reediciones, inspiradas, entre otras cosas, en el estilo de Nuestra Señora del famoso santuario español de Monserrat, tan similar al nuestro y del que hay incluso reproducciones con el mismo nombre en municipios vecinos, prueba del dominio español en el sur de Italia. Originalmente parece probable que la estatua sólo consistiera en un busto en alto relieve, a lo sumo complementado por nubes y ángeles, quizás para representar la asunción de María al cielo. Es casi seguro que fueron los españoles, en el siglo XVII, los que transformaron la estatua y le dieron su aspecto actual, muy similar, como se decía, a la Madonna di Monserrat española, pero sin alterar el rostro original, una verdadera obra maestra de dulzura y belleza.

En la versión final, la Virgen es representada sentada en un trono, con el niño Jesús bendiciendo de rodillas. Tanto el rostro de la Madre como el del Hijo son de color oliva (lo que, por otra parte, no es raro y recuerda el origen oriental de la Virgen), mientras que toda la escultura está cubierta de oro puro, describiendo un fuerte contraste entre la pobreza y la sencillez del rostro de madera y la riqueza redundante de los paños que cubren los cuerpos.

La actitud en la que se representa a la Virgen es también muy significativa: no sólo no sujeta al Niño a su pecho, sino que casi parece inducirle a bajar de sus rodillas, en una actitud de ofrecimiento que recuerda al lector experto la función propia de María y, por consiguiente, de la Iglesia: la de dar a Cristo al mundo, después de haberlo dado a luz en la fe.

Desde aquel lejano y misterioso día del descubrimiento de la imagen sagrada, la devoción a la Hermosa Señora del Monte ha ido creciendo gradualmente, madurando aquellas formas de religiosidad popular y de auténtica piedad mariana que, aún hoy, son patrimonio indiscutible del pueblo de Basilicata. Las piadosas caravanas de peregrinos a los montes y peñascos de la región detrás de los estandartes llevados por los jóvenes y los "cinti" llevados por las muchachas, acompañados de gaitas y organillos; la subida a la cumbre a pie desnudo; la vuelta alrededor de la capilla del Monte tres veces antes de arrodillarse en el suelo delante de la imagen sagrada; tocar la urna de la Virgen con ramas o flores recogidas en el bosque; luchar por el honor de llevar sobre los hombros el dulce peso del simulacro de Viggiano a Monte y viceversa, por centenares de jóvenes de todas las condiciones sociales y de todos los pueblos, han sido y siguen siendo signos de una fe sencilla y sincera, que ni siquiera el paso de los siglos ha conseguido arañar.

La devoción y el afecto de los fieles no han constituido, sin embargo, la única nota de privilegio del Santuario de Viggiano. Junto a ellos, de hecho, ha habido muchos reconocimientos oficiales de las autoridades eclesiásticas, tanto de los obispos de Marsico y Potenza como de la Sede Apostólica. Es cierto que desde la Edad Media el Monte de Viggiano y el Monte de Novi Velia, también de origen basiliense, fueron los dos polos de la religiosidad mariana de los lucanos. Es necesario esperar, sin embargo, a principios del siglo XVI para que el Papa Julio II y Pablo V den personalidad jurídica al Santuario, confiándolo a una administración laica.

Bajo el pontificado de Clemente XII, y precisamente el 12 de junio del año 1740, el Santuario fue incorporado por el Capítulo de Liberia a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, con derecho a disfrutar de los mismos derechos y privilegios espirituales. El 4 de septiembre de 1892 Monseñor Tiberio Durante, obispo de Marsico y Potenza, por decreto del Papa León XIII y del Capítulo de San Pedro, obtuvo y llevó a cabo la coronación de la venerada imagen, ante una impresionante multitud, que llegó a Viggiano desde todos los rincones de la región casi exclusivamente a pie. Tras los Pactos Lateranenses de 1929, Monseñor Ignazio Monterisi obtuvo finalmente para la diócesis de Potenza la gestión del Santuario, que paradójicamente cayó en manos de la masonería ya en el siglo anterior, presente en Viggiano con una logia entre las más importantes del Sur.

Al concluir el Concilio Vaticano II, el 1'11 de diciembre de 1965, con la bula "Lucanae genti" el Papa Pablo VI elevó el Santuario de Viggiano a la dignidad de Basílica Papal, proclamando a Nuestra Señora del Sacro Monte Patrona y Reina del pueblo Lucano, como se puede leer todavía en el texto autógrafo conservado en la sacristía: "Se sabe que en el territorio de las diócesis de Potenza y Marsico hay un templo sagrado, palacio casi augusto, querido por todo el pueblo de Lucania, dedicado a la Santísima Madre de Dios María "del Sacro Monte de Viggiano". De hecho, está el Simulacro venerando, ilustre por su antigüedad y belleza, a la Virgen María, regente del Niño Jesús; este Simulacro, como se asegura, fue encontrado prodigiosamente, indicado por una llama celestial, en el cercano Monte, que se encuentra entre las montañas más altas de Lucania; y María Santísima, bajo el mismo título, que le fue dado y junto con el templo y el lugar, fue siempre proclamada y venerada como Patrona y Reina de toda la región" .

No menos gloriosas son algunas páginas de la historia más reciente. El 28 de abril de 1991, el Papa Juan Pablo II, con ocasión de su histórica visita a las iglesias de la Basilicata, renovó en Potenza el rito de la coronación de la venerada imagen, mientras que el 1 de diciembre de 1995, en el trigésimo aniversario de la elevación del Santuario a la Basílica papal, el arzobispo Ennio Appignanesi, arzobispo de Potenza, a petición del Consejo Municipal local, confirió a Viggiano el prestigioso título de "Ciudad de María" gloriosa, pero sobre todo de testimonios simples y ocultos de gente pobre, acostumbrada al cansancio y al dolor, pero al mismo tiempo dotada de una fe generosa y fuerte.

 Esta historia, que las crónicas oficiales ignoran, fue y sigue siendo sin duda la verdadera gloria de Viggiano y su Santuario.

7 de abril de 2020

Nuestra Señora Salus Populi Romani

Del sitio ACIPrensa:

Es habitual que el Papa Francisco, cada vez que hace un viaje internacional o en alguna ocasión especial, se remita a un momento de oración para pedir la intercesión de la Virgen María representada en el ícono de la Salus Populi Romani, custodiada en la Basílica de Santa María la Mayor.

Según la tradición este ícono fue realizado por San Lucas sobre un trozo de madera de la mesa que se utilizó en la Última Cena o en una mesa construida por Jesús y que la Virgen María guardó tras la crucifixión. Además, la tradición afirma que esta imagen fue descubierta en Jerusalén por Santa Elena y llevada a Roma.

Sin embargo, en un artículo publicado en enero de 2018 en L’Osservatore Romano, el Cardenal Stanislaw Rylko, Arcipreste de la Basílica Santa María la Mayor, indicó que según estudios más recientes “sería obra de un autor anónimo datada entre los siglos IX y XII”.

Representa a María con el Hijo en brazos, que con una mano bendice y con la otra tiene el libro. Se trata de una Virgen Odigitria, es decir que indica el camino que es el Hijo”, señaló.

El Purpurado afirmó que los rostros de la Virgen y el Niño “son de una belleza fascinante: sus ojos se fijan de modo amoroso y penetrante. En la mano izquierda María tiene un pañuelo, lista para secar las lágrimas de quien llorando se acerca a ella para pedir ayuda. Las letras griegas en el fondo son las abreviaturas de mèter theoù, ‘Madre de Dios’, según la definición del Concilio de Éfeso”.

En 1256 el ícono es colocado en la nave central de la Basílica Santa María la Mayor, y en 1613 en la capilla Paulina, construida por Pablo V, y donde se encuentra actualmente.

El pueblo de Roma se dirigía a la Virgen para presentarle todas sus necesidades, especialmente durante las pestes, calamidades naturales o guerras, cuando era llevada en procesión por las calles de la ciudad. Así, delante de la Salus Populi Romani han encontrado eco los acontecimientos más importantes de la vida religiosa y civil”, afirmó el Cardinal Rylko.

Así, cada año, en el último domingo de enero, se celebra la fiesta de la Traslación de este ícono, en el cual los romanos ven “a su Virgen, la Virgen de Roma, el ícono mariano más amado y honrado”.

El ícono mariano, al que el Papa Francisco le tiene una gran devoción, fue restaurado recientemente y colocado en altar habitual en enero de 2018.

En ese entonces, la directora de los Museos Vaticanos, la doctora Barbara Jatta, explicó que la restauración permitió revelar los delicados colores de los rostros de María y Jesús, así como el brillo de las vestiduras doradas del Niño y la túnica azul de la Madre de Dios.

Además de limpiar la imagen y corregir restauraciones previas, los expertos diseñaron un nuevo marco para el ícono que es más liviano y que permite su traslado con mayor facilidad.

En el proceso de la restauración también intervino una comisión presidida por el Arcipreste de la Basílica de Santa María La Mayor, Cardenal Stanislaw Rylko.

6 de abril de 2020

Nuestra Señora que salva la Iglesia de Egipto

Del sitio Un minuto con María:
En aquella época en Egipto, al gobernador Al-Mu'iz Li-Din Illah (932-975) le interesaban mucho las controversias religiosas. Regularmente reunía a los líderes religiosos de las comunidades musulmanas, cristianas y judías para que debatieran en su presencia.
Un miembro de la comitiva de Al-Mu'iz provocó una controversia entre representantes de las comunidades cristianas y judías. En esa ocasión, sugirió al califa que pusiera a prueba a los cristianos sobre un versículo del Evangelio de san Mateo (17, 20) "Os aseguro que, si vuestra fe fuera como un grano de mostaza, le dirían a aquella montaña que viniera aquí y vendría. Nada les sería imposible".
El califa Al-Mu'iz mandó llamar a Amba Abram, el sirio, y le dijo que probara que las palabras de Cristo eran verdaderas y que la religión cristiana era correcta, moviendo la colina de Mokattam hacia el este, lo que permitiría la extensión de la nueva Ciudad de El Cairo
En caso de negarse o de incapacidad para lograr esta hazaña, la comunidad cristiana tendría que elegir una de las siguientes alternativas: convertirse al islam o abandonar Egipto. El patriarca horrorizado solicitó y obtuvo del Califa un plazo de tres días antes de responderle. Le rogó a Dios que lo inspirara y pidió a los coptos y a toda la Iglesia de Egipto que ayunaran con él durante tres días y que oraran fervientemente para evitar la prueba.
Al tercer día, al amanecer, la Virgen María se le apareció a Amba Abram en un sueño y le dijo: "No temas, fiel pastor, (...) las lágrimas que derramaste en esta iglesia, los ayunos y las oraciones no han sido en vano. Levántate y ve a la verja de hierro que da acceso al mercado, ahí encontrarás a un hombre tuerto (san Samaan, el curtidor, bien conocido por los Coptos de su tiempo) cargando una vasija de agua. Por su medio, se realizará el milagro "
El patriarca encontró al hombre donde la Virgen María le había indicado. Habiéndole explicado lo que María le había dicho, él insistió: “¡Es una orden de la Madre de la Luz!”. San Samaan respondió con humildad: “si la Madre de la Luz ha decidido confiarme esta misión, me pongo completamente a su servicio para explicar a Amba Abram cómo podría ocurrir el milagro:
Subirás a la colina, tú, tus obispos, sacerdotes y diáconos llevando en alto Biblias, cruces, antorchas e incensarios. Le pedirás al Califa que suba la colina con su procesión y que se coloque frente a ustedes en la cima. Yo estaré entre las personas detrás de ti, donde no seré reconocida. Celebra la misa y, después de la comunión eucarística, repite con todas las personas, con espíritu de humildad y corazón contrito, cien veces al este, cien veces al oeste, cien veces al norte y cien veces al sur: Kyrie, Eleison (Señor, ten piedad). Luego, en silencio, arrodillado, adora a Dios, con las manos extendidas hacia el Altísimo, enseguida haz la señal de la cruz en la colina tres veces y verás la gloria de Dios".
Las cosas se hicieron como Samaan había pedido y, tras la primera señal de la cruz hecha por el Patriarca en la colina, hubo un gran terremoto, la colina se levantó y cayó. Y así, después de cada signo de la cruz.
El Califa y su séquito se sintieron atemorizados y este exclamó: “¡Dios es grande; que su nombre sea bendito”. Le rogó a Amba Abram que dejara de hacer lo que estaba haciendo, no fuera a ser que la colina aplastara la ciudad y, cuando todo se detuvo, le concedió el derecho de permanecer en Egipto y el permiso para reconstruir muchas iglesias, incluida la de san Markorios Abu Sifein del Viejo Cairo.

5 de abril de 2020

Nuestra Señora Orante

Del sitio Rezar con los íconos:
La imagen de la Madre de Dios con las manos levantadas en oración al cielo se conoce desde la antigüedad. Se encuentra en murales de las antiguas catacumbas cristianas, en la decoración de los templos bizantinos y en la pintura de iconos rusos medievales.
Según una tradición, el icono fue creado por el monje Alipiy un monje del monasterio de Kiev, pero se está lejos de que los especialistas se pongan de acuerdo en ello, ni siquiera en el momento de su aparición. Según diversas estimaciones, podría haberse escrito tanto a principios del XII como en la segunda década del XIII.
Por otro lado, la más fácil comprensión del mensaje teológico cuando la Virgen muestra al Niño, ha hecho  más popular el icono donde la Virgen Oranta muestra a su Hijo, el Emmanuel en un medallón en el pecho. Pero estas imágenes son popularmente denominadas Gran Panagia, que en Rusia se transformó posteriormente en la “Virgen del Signo", dejando para la Oranta la figuración de pie.
La imagen más antigua del tipo "Madre de Dios del Signo" es el icono de Novgorod, pintado a mediados del siglo XII, aunque este nombre de "Signo" comienza a asociarse con él solo a fines del siglo XV, para quedar definitivamente fijado en el XVII.
Pero una y otra son una catequesis en colores de la profecía de Isaías al rey Ajaz:
“El Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel (Is 7, 14).
Ocho siglos después, dice Mateo:
"Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer. Y sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo al que puso por nombre Jesús" (Mt 1, 22-25)
La profecía de Isaías se cumple en María. El icono muestra la belleza de la Virgen, convertida en sagrario del Verbo. En la Gran Panagia. el Niño Dios es mostrado, como el Emmanuel, el Señor-con-nosotros prometido.

4 de abril de 2020

Nuestra Señora de Vladimir

Del sitio Infovaticana:
La Virgen de Vladímir, es una de las advocaciones de la Virgen más veneradas en Rusia. La imagen es una representación bizantina en forma de icono de la Virgen María sosteniendo al Niño Jesús. El origen de la imagen parece remontarse al siglo XII en Constantinopla, pero toma su nombre de la ciudad de Vladímir, lugar al que fue trasladado desde Kiev en el año 1154 por el príncipe Andres I el Piadoso, conocido como San Andréi Bogoliubski  por la Iglesia Ortodoxa.
Durante la guerra de los rusos contra los tártaros, los primeros se encomendaron a la Virgen de Vladímir, que para entonces gozaba ya de una gran devoción. Al resultar vencedores en la guerra, los rusos decidieron trasladarla a la Catedral de la Asunción en Moscú, para darle así un lugar más destacado.
El protagonismo de la Virgen de Vladímir llegó a tal grado que fue titulada “Madre de Rusia” y los zares se hacían coronar delante de su imagen. Actualmente, el icono original se encuentra en la Galería Tretiakov, en la misma ciudad de Moscú.

3 de abril de 2020

Nuestra Señora de Smolensk

Del sitio Un minuto con María:

Nuestra Señora de Smolensk, o el icono de la Madre de Dios de Smolensk, es un icono milagroso venerado por los ortodoxos, especialmente en Rusia.

La tradición nos dice que un icono, que se creía haber sido pintado por el propio san Lucas y que Constantino el Monomaque había usado para bendecir las calles de Constantinopla (Turquía), para el matrimonio de su hija con el príncipe Vsevolod de Yaroslavl, llegó a Rusia en el siglo XI. Vladimir el Monomaque lo entrega solemnemente a la ciudad de Smolensk en el siglo XII, donde se venera en la Catedral de la Dormición.

La tradición eclesial le atribuye la victoria durante el asedio a la ciudad de Smolensk por parte de los tártaros en 1239. El icono fue transportado a la Catedral de la Anunciación en Moscú en 1456, antes de regresar más tarde a Smolensk.

El ícono regresó a Moscú durante la Guerra de 1812 contra Napoleón para proteger a la ciudad. El día de la victoria rusa en Borodino, recorrió los muros de la Ciudad Blanca y el Kremlin junto con los iconos milagrosos de Nuestra Señora del Cielo y Nuestra Señora de Vladimir.

Cuando Moscú fue quemada, el icono se envió a Yaroslavl y luego a Smolensk. Se encontraba entonces en la Catedral de la Dormición en Smolensk y permaneció allí incluso cuando la catedral fue cerrada en 1929. El icono fue tomado por los alemanes cuando ocuparon la ciudad de 1941 a 1943 y nunca fue recuperado.

Los íconos de Nuestra Señora de Smolensk muestran a la Virgen y al Niño sentado sobre el brazo izquierdo de su madre. La Virgen gesticula con su mano hacia Jesús, como para mostrar el camino, mientras su Hijo bendice con su mano derecha.