El origen del culto se remonta al encuentro de la imagen por unos pastores que le dieron el nombre de La Alegría. La tradición habla de la profunda devoción de Jaime I a esta Virgen. De esta tradición, entre otros temas, tratan las vidrieras que adornan el santuario. En concreto, la de Jaime I.
Preciosa también es la representación del Cantarero, famoso montisonense que destacó en la guerra de la independencia. También vale la pena apreciar la vidriera que narra la leyenda del carro despeñado, así como la vidriera del tesorero Bullón. Éste salvó la vida en una tormenta en el mar, gracias a la intercesión de la Virgen de la Alegría.
La primera imagen fue una talla románica del siglo XII. A principios del siglo XVIII se colocó otra de estilo barroco. Esta actualización no gustó a los feligreses que no ahorraron esfuerzos hasta conseguir, en 1751, la restitución de la imagen original.
Durante la pasada guerra civil, esta valiosa imagen desapareció junto con otras importantes obras de arte religioso y popular, como el perdón del Cantarero. La imagen actual es bastante reciente y data de 1942.
Las crónicas de Monzón relatan la antigua tradición de procesionar hasta el santuario el lunes de Pascua. Allí se decía misa y sermón. Acudían religiosos y autoridades. También todos los vecinos de Monzón. Actualmente se engalanan carrozas, y se cantan y bailan jotas. Además, se reparte longaniza.
La asistencia es siempre multitudinaria. Gracias a los vecinos que colaboran con su mantenimiento, el lugar luce siempre fantástico. Los espacios adyacentes, los caminos, la cruz de término y los lugares que usan los montisonenses gozan de una excelente restauración. Todo ello hace de la jornada de La Alegría un día de unión magnífico para vecinos, amigos, familiares, entre otras personas de la comarca. En 2018, hasta 10.000 romeros acudieron a la cita tradicional.
El montículo donde está construido el santuario se conoce como Las Cellas. Ha sido usado por todos los grupos humanos: desde los primeros asentamientos íberos hasta como fortaleza cristiana. De esta época deviene su uso como centro de culto que ha sufrido diferentes transformaciones. El templo actual es del siglo XVII. Durante la guerra de 1642 y la guerra civil, el santuario sufrió graves destrozos. Finalizada la guerra civil se comenzó con su restauración. Finalizó en 1983 con su aspecto actual.
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