31 de mayo de 2022

Iglesia del Velo Protector de la Madre de Dios (Mariupol)

Traducido del sitio MistoMariupol

La Catedral del Velo Protector de la Madre de Dios, que impresiona por su tamaño, está situada en pleno centro de la ciudad. Está situado en uno de los puntos más altos de Mariupol, por lo que sus contornos son visibles prácticamente desde todos los distritos de la ciudad.

La historia de la construcción del mayor templo de Mariupol comenzó en 2007. El lugar elegido para la construcción quedó vacío durante muchos años. En 2007 se colocó la primera piedra de los cimientos del templo y el arcipreste Mykola Markovsky consagró la nave de construcción. Los trabajos de construcción fueron supervisados por el clero, mientras que el rector de la iglesia de la Santísima Trinidad, el arcipreste Gavrijl Agabekov, y el arquitecto jefe del proyecto, Stanislaw Stoljew, fueron los encargados.

En la primavera de 2008 los constructores comenzaron a preparar la construcción. Tras la impermeabilización del territorio y la preparación de los cimientos, comenzó la construcción de los muros. Los arquitectos planearon la construcción de dos niveles del templo al mismo tiempo: el inferior y el superior.

El proyecto es realmente único. Era la Iglesia del Orgullo de la Esperanza. Para la construcción de la cúpula principal se necesitaron 550 metros cúbicos de hormigón y 110 toneladas de barras de refuerzo. La altura de la cúpula más alta de Ucrania era de 30,4 metros. Las primeras cuatro torres de cúpula, las más grandes de todas, se levantaron en 2012. El peso de la mayor es de 4,2 toneladas, y la más pequeña pesa 18 kilogramos. Actualmente hay diez campanas en el campanario de la iglesia. El peso de la campana más grande, situada sobre la cúpula central, es de casi dos toneladas, y el resto pesa 730 kilogramos.

Nota personal: Hoy, lamentablemente por esa imbecilidad humana llamada guerra, la Catedral del Velo Protector de la Madre de Dios figura como destruída

Mapa de los 60 templos y santuarios ucranianos destruidos por la guerra

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

30 de mayo de 2022

Nuestra Señora de la Soledad (Portugal)

 Del sitio Diócesis de Barreiras:

De esta tradición surgió la devoción a Nuestra Señora de la Soledad. Es madre y siente en su piel la soledad y el abandono de la humanidad, con la muerte de su Hijo Jesús. La Virgen de la Soledad nos recuerda también el inmenso anhelo que la Virgen sintió por su Hijo durante los tres días que estuvo en el sepulcro.

En los inicios del cristianismo, cuando los cristianos fueron liberados y pudieron por fin profesar su fe, aparecieron los primeros crucifijos, que se consideraron símbolos de la redención. Algún tiempo después, comenzaron a representar la imagen de la Virgen Dolorosa con la cruz. Entonces recibió el título de Dama de la Soledad, que significa soledad, anhelo y tristeza.

La Virgen de la Soledad se representaba mirando al cielo o a la Cruz con los ojos llenos de lágrimas. En algunas imágenes, sostenía el Santo Sudario de Jesús. En la celebración del Vía Crucis, que representa las etapas del viaje de Cristo portando la Cruz, en uno de los Pasos hay una imagen de Jesucristo encontrándose con Nuestra Señora de la Soledad, llorando y con un pañuelo en la mano.

La devoción a Nuestra Señora de la Soledad se extendió durante los siglos XVII y XVIII, especialmente en la Península Ibérica, principalmente en la parroquia portuguesa de Arrentela.

Tras el terremoto de 1755, que arruinó gran parte de Lisboa y destruyó algunos pueblos ribereños a orillas del río Tajo, los habitantes de Arrentela fueron a la iglesia a buscar la estatua de Nuestra Señora de la Soledad, para llevarla a la orilla del río Judeu, donde la estatua, con un movimiento de su manita, hizo que el agua comenzara a bajar lentamente.

Oración a la Virgen de la Soledad

"Virgen digna de toda alabanza, Señora de la Soledad, 

tú que estuviste al pie de la Cruz de tu Divino Hijo Jesús, 

y a sus palabras: 'Mujer, he aquí a tu hijo' - 'Hijo, he aquí a tu Madre' 

 te has convertido en nuestra Madre; acoge, con bondad, nuestra oración filial.

Santísima Virgen María, oh Señora de la Soledad, 

así como el discípulo te acogió en su casa, 

también nosotros queremos abrir las puertas de nuestro corazón y de nuestro hogar, 

confiándote toda nuestra vida, pasada, presente y futura.

Por eso, ejerce tu papel de Madre, 

enseñándonos a vivir la voluntad de Dios en todo momento, 

llevándonos así a imitar tu SÍ de Nazaret, que culminó en el SÍ del Calvario.

Ven en ayuda de nuestras angustias, oh Madre, 

y no permitas que nos desviemos del camino de la bondad, la verdad y el amor.

Lleva nuestras vidas al puerto seguro de la salvación, que es: ¡JESÚS!

Nuestra Señora de la Soledad, ruega por nosotros.


29 de mayo de 2022

Nuestra Señora del Rosario del Rayo (Querétaro)

Del sitio Caminando hacia la Vida

He copiado la historia de la imagen de la Santísima Virgen del Rayo que se venera en su parroquia en la Ciudad de Querétaro, Queretaro. 

La Fiesta de Nuestra Señora del Rosario del Rayo es el Domingo siguiente al 7 de octubre en el que, de acuerdo a la liturgia de la Iglesia Católica, se conmemora a la Santísima Virgen María en su advocación de Nuestra Señora del Rosario. Las gracias especialísimas que Dios ha concedido por la intercesión de nuestra Madre Santísima por medio de la Imagen de Nuestra Señora del Rosario del Rayo, nos obliga a conocer el origen de esta nueva y original advocación. Este conocimiento lo ofrecemos, con gran entusiasmo, en favor de todos los feligreses de esta, nuestra parroquia, ya que por ser nuestra patrona, estamos bajo su especial protección. 

En el templo de Jesús María de la ciudad de Guadalajara se encuentra una imagen de María, que tiene en su pasado una hermosa historia, ignorada y desconocida hoy en día por muchos de nosotros los cristianos y, desgraciadamente, por nosotros los feligreses de esta parroquia. 

Esta imagen en realidad no es más que una imagen de Nuestra Señora del Rosario que fue objeto del suceso histórico siguiente, comprobado por los sacerdotes de la época en que se verificó y testimoniado solemnemente por las personas que lo vieron. (Estos testimonios se encuentran en los archivos de las oficinas del Arzobispado de Guadalajara). 

En ellos se dice que "en los tranquilos días del Gobierno Colonial y en la plenitud del esplendor del convento de Jesús María de la ciudad de Guadalajara, el 13 de agosto de 1807, a las 2 y media de la mañana, un rayo cayó en el convento mencionado y descargó su fuerza sobre una escultura de la Virgen que se encontraba en el dormitorio de las religiosas". 

Como consecuencia de este incidente, las religiosas recogieron la imagen con el rostro y el cuerpo ennegrecido por aquel hecho lamentable y la trataron de arreglar, interpretando en aquello, que María Santísima les había salvado de un gran mal, dirigiendo el rayo a su propia imagen.

Los habitantes del lugar se dieron cuenta y pudieron verificar el hecho, lo mismo varios sacerdotes, entre ellos el Sr. Canónigo Don Manuel Esteban Gutiérrez y el Sr. Canónigo Don José María Gómez y Villaseñor. 

Las religiosas como muestra de agradecimiento, la trasladaron al altar principal de su capilla y durante varios días la veneraron con diferentes actos religiosos. 

Sucedió entonces, que el día 18 del mismo año de 1807, es decir, cinco días después de que el rayo la había dañado, a las tres y cuarto de la tarde estaba próxima a caer una nueva tormenta; y en ese momento la madre superiora —Sor María Francisca de la Concepción— tocó la campana para que se reuniera toda la comunidad con el fin de llevar la imagen a una religiosa que se encontraba gravemente enferma. 

Una hermana con dos empleados del mismo convento fueron comisionados para bajarla del altar y cuando la llevaban en procesión, la imagen se transformó, ante el susto, miedo y desorientación de todos, recobrando el color natural que antes tenía y los ojos que desde la caída del rayo los tenía casi destrozados, se le abrieron y se le vieron brillar como diamantes. El mismo Rosario que con el rayo había quedado negro, se tornó blanco, adquiriendo el color que antes tenía. 

El suceso no pasó inadvertido para los habitantes de Guadalajara, algunos de los cuales, pudieron verificarlo; pero todos admitieron el hecho milagroso.

La imagen permaneció todavía un cierto tiempo, según se sabe, en el convento. Cuando la exclaustración de las religiosas y religiosos en México, año de 1861, estuvo guardada por deseo expreso de las religiosas en varias casas particulares, hasta que se le construyó su templo, al cual ellas la cedieron con gusto. 

La devoción de los fieles hacia esta imagen bendita, ha ido en aumento a través de los años y con la reproducción de su imagen se ha dado a conocer a otras Diócesis —entre ellas la nuestra— que hoy en día también la veneran.

Pero, hay un suceso relacionado con esta imagen que no se olvida aún, ya que está vinculado con el pasado reciente de muchos de los habitantes actuales de Guadalajara. 

En efecto, S.E. Mons. José Garibi Rivera, primer Cardenal mexicano, la coronó solemnemente en el año de 1941, realizando en la misma ocasión una gran Misión, en la que participó toda la Arquidiócesis, para lo cual fue trasladada a la misma Catedral de dicho Arzobispado. 

En la ceremonia solemnísima con "Misa Pontifical", celebrada por Mons. Garibi, estando presentes siete Arzobispos, catorce Obispos, un gran número de sacerdotes y una multitud inmensa de fieles, se llevó a cabo ese singular acontecimiento. 

Las crónicas de este importante evento nos dicen que en la misma ocasión ocupó la Cátedra sagrada, el Excmo. Sr. Arzobispo de Guadalajara. La primera coronación se realizó mediante un Decreto Diocesano y la segunda por Decreto Pontificio. 

La Virgen María, cualquiera que sea su devoción, siempre ha correspondido a la veneración y amor de los fieles, con milagros y favores. De esta imagen se cuentan y están registrados varios milagros y muchos favores.

Existe uno que llama mucho la atención de los cristianos del año de 1850, que conviene recordar, como homenaje a María Santísima en el año mariano y como consuelo para muchos de los devotos de Nuestra Señora del Rosario del Rayo. 

En el año de 1850, una de las religiosas del monasterio de Jesús María era Sor María de Jesús Cecilia de San Cayetano. Nacida en 1820, ingresó a la vida religiosa en 1838 y profesó en 1839. El día 7 de diciembre de 1842, tuvo una fiebre muy intensa y después quedó enferma de la médula espinal y paralítica. 

Fueron llamados para curarla los más notables médicos de la ciudad: Don Pedro Waderlinden, Don Francisco Garibay y Don Joaquín Martínez. Pero con su enfermedad apenas podía —en los días que sentía algún alivio— con gran dolor y trabajo, levantarse de la cama y dar unos cuantos pasos, ayudada de un bastón y apoyándose en las paredes o en alguna hermana. Los médicos mencionados después de atenderla con verdadera diligencia y especial solicitud; la declararon desahuciada y disminuyeron sus visitas, manifestando a las demás religiosas la gravedad de su estado. 

El 17 de septiembre de ese mismo año, dice ella misma, que deseó vivamente ir a la capilla interior, de Nuestra Señora del Rayo. Entró en ese día a la celda de la enferma, a las nueve y media de la mañana, la madre superiora, Sor María Joaquina de San Pedro y San Pablo, la primera le dijo: 'Madre yo quiero andar, lléveme a la capilla de Nuestra Señora del Rayo, con esto que me conceda estaré contenta', la superiora le replicó: "ande pues, vamos a la capilla". 

La llevó sosteniéndola con mucho trabajo y dolores. Llegó tan convulsa y fatigada que luego se dejó caer y se acostó: la superiora le llevó una almohada y poniéndosela debajo de la cabeza le dijo: 'Ahora estese aquí, hasta que la Santísima Virgen le dé sus pies para que ande, pídaselos' y se retiró dejándola a los pies de la imagen. A poco rato después de las diez de la mañana, volvió la superiora a la capilla y encontró a la enferma en la misma posición.

Entraron en seguida dos religiosas y les rogó la enferma que juntas rezaran con ella. A las once y cuarto fueron otras dos religiosas y le preguntaron si quería volverse a su cama y comer algo, le decían que sería conveniente separarse de aquel sitio, porque el frío del suelo la dañaría; ella replicó: 'déjenme ver si puedo ir sola' y diciendo esto se paró y caminó sola hasta su habitación, ante la sorpresa de las religiosas que la veían. 

Cerca de las doce, fue una religiosa a llevarle la comida y le dijo la enferma dando vueltas en la celda: 'vaya, llame a toda la comunidad, para que vengan a verme andar'. Fue la religiosa y en pocos momentos se reunieron todas las hermanas del convento y en su presencia salió Sor María Cecilia de San Cayetano de la celda casi corriendo por el ambulatorio, vuelve a la celda de nuevo, vuelve a salir y repetía: 'no soy yo, no crean que soy yo'. En seguida se dirigió a la capilla y con ella todas las religiosas y allí pasaron largo tiempo, dando gracias a María por la curación de su hermana. La hermana, María Cecilia de San Cayetano duró postrada por la enfermedad de la parálisis, seis años, nueve meses y nueve días. 

Después de su curación milagrosa, continuó sana hasta que murió el día 4 de marzo de 1870, según consta en el libro de profesiones del convento de Jesús María, folio 119 y 120. Esta narración está tomada del expediente original que existe en los archivos de la Curia del Arzobispado de Guadalajara. Dicho expediente comienza con un oficio de la Madre Superiora, Sor Maria Joaquina de San Pedro y San Pablo, en el que refiere el suceso.

28 de mayo de 2022

Nuestra Señora de los Ángeles de Melga

Del sitio Los tiempos

La tradición comenzó hace 130 años durante la Guerra del Pacífico, cuando el “Tata Santiago” fue por leña al triguero, a dos kilómetros de Melga. De pronto resbaló y en la caída se sujetó de una piedra que tenía la imagen de la Virgen.

El “Tata” rezó el Ave María cuando salió una luz y una voz le dijo: “"Lleva la piedra a tu casa, será signo para que mi hijo Jesús bendiga a los humildes. Soy la Virgen María Reina de los Ángeles"”. 

Del sitio del Gobierno Autónomo Municipal de Sacaba:

El Santuario de la Virgen de los Ángeles, se encuentra en la población de Melga distante a unos 15 kilómetros del centro urbano del municipio de Sacaba. Rodeada de la vegetación del lugar, la infraestructura es más conocida como el Templo de Melga. Es considerado uno de los más majestuosos de Cochabamba por su estilo arquitectónico ecléctico. 

Miles de feligreses acuden a la parroquia de Melga La Virgen de los Ángeles de Melga. Fusiona la modernidad con los detalles clásicos de la arquitectura religiosa vanguardista en una construcción realizada en base a piedra y mármol.

Bienvenidos a Melga” es la frase que se divisa al pie de la entrada al santuario, inscrita en una cruz de al menos 50 metros de alto, invitando así a subir la cuesta hasta el templo. En el altar mayor, está la imagen de la virgen de Los Ángeles de Melga, rodeada de flores y de muchas plaquetas colocadas por los devotos en agradecimiento a algún milagro.

El templo acoge todos los domingos a cientos de devotos no sólo del pueblo, sino de otros lugares, que acuden a escuchar una de las dos eucaristías dominicales, según comentan los lugareños.

La festividad de la patrona de Melga es el 17 de octubre. Los feligreses participan de las diferentes actividades religiosas y folclóricas. Es una tradición que, esos días al culminar la misa, los devotos se trasladen a la parte posterior del santuario para encender velas en señal de devoción a la Virgen o hacer algún pedido.

En 1988, fue visitado por el Papa San Juan Pablo II, durante su llegada a Bolivia.

La edificación del templo fue impulsada por el sacerdote italiano Roberto Nicoli, “Bertho” misionero que dedicó su vida a propagar el evangelio entre las comunidades rurales que rodean a la población de Melga. Nicoli partió de Italia rumbo a Bolivia en 1962 para realizar obras benéficas, fue el primer misionero de Bérgamo, Italia, en llegar a Bolivia. Falleció en 2007 y sus restos de acuerdo a su voluntad, descansan en el templo de la localidad de Melga.

27 de mayo de 2022

Nuestra Señora Inmaculada de Empel

 Del sitio Cope:

Los hechos históricos y la leyenda se funden con cierta facilidad en los grandes sucesos que dejan huella para siempre. Y el efecto de lo humanamente inalcanzable y la realidad de un logro fehaciente consiguen, cuando se unen, que se ponga la mirada en el cielo. En el ánimo de ser rigurosos no podemos sino encomendarnos a las crónicas. Y las del 7 y 8 de diciembre de 1585 cuentan que el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, con unos cinco mil hombres, combatía durante la Guerra de los Ochenta Años en la isla de Bommel. La situación era desesperada para los Tercios españoles por la escasez de víveres.

El asedio del enemigo, los rebeldes de las antiguas posesiones hispanas en los Países Bajos, fue tal que, ante lo evidente, se propuso a las tropas españolas la rendición. Parecía lo único lógico. Eso dicen las crónicas. Pero la respuesta española fue clara: "Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos". La respuesta provocó que el comandante holandés diera la orden de abrir los diques para cercar a las tropas españolas, obligándoles a agruparse en la colina donde se alzaba la Iglesia de Empel. Que final llegaba estaba a los ojos de todos así que los españoles empezaron a cavar trincheras para defenderse.

Morir con honor. No había otra. Pero el cielo no había dicho la última palabra. Así lo indica la tradición española del que sería denominado en el futuro con el nombre de Milagro de Empel. Durante esas labores para conseguir hacer la trinchera, un soldado español encontró una tabla con una imagen de la Inmaculada Concepción. Aquel hallazgo fue interpretado por las tropas españolas como una señal. Esa misma noche, un viento gélido descendió sobre el río Mosa y las aguas se congelaron. Este hecho, que los españoles consideraron milagroso, cambió por completo el signo de la batalla.

Los barcos holandeses tuvieron que retirarse para no quedar encallados en el hielo, y los españoles pudieron romper el cerco y lanzarse al ataque contra los rebeldes que huyeron despavoridos. Se dice que el comandante holandés, atónito ante lo ocurrido, comentó: "Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro". Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada. En 1644 el Rey Felipe IV proclamó el 8 de diciembre como fiesta de guardar en todos los dominios del Imperio español para rememorar tal hazaña.

Más tarde llegaría la proclamación del dogma y la declaración de solemnidad de la Iglesia universal de aquella fiesta española. La Inmaculada Concepción fue decretado en 1854 por Pío IX a través de la bula Ineffabilis Deus por la que se sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo, recogiendo de esta manera el sentir de dos mil años de tradición cristiana al respecto. Se celebra el 8 de diciembre, nueve meses antes de la celebración de la Natividad de la Virgen el 8 de septiembre y fecha de aquel acontecimiento histórico.

Que la Inmaculada Concepción sea la Patrona del Arma de Infantería tiene, por otra parte, su fundamento en aquellos hechos bélicos sucedidos a finales del siglo XVI en la isla de Bommel, junto al río Mosa, donde la colina de la Iglesia de Empel fue último bastión y lugar en el que sitúan este milagro que es recordado especialmente desde que, tres siglos después, la solemnidad religiosa mariana es uno de los principales referentes del calendario litúrgico católico.

26 de mayo de 2022

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Del sitio Un Minuto con María:

El icono romano de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro procede de la isla de Creta, en el Mediterráneo, donde habría sido pintado sobre madera alrededor del 1400. Lo más seguro es que haya sido llevado a Roma hacia 1490 por un comerciante que quería protegerlo de los turcos que amenazaban la isla. En su lecho de muerte, el comerciante confió el icono a un amigo y le pidió que colocara la imagen en una iglesia.

A la esposa de este amigo la pareció tan hermosa que quiso guardarla en casa. El amigo también murió antes de cumplir su promesa. Su hija de seis años tuvo una aparición de la Santísima Virgen pidiéndole que la imagen fuera colocada en la Iglesia de San Mateo en Roma a cargo de los monjes agustinos. Esto se hizo el 27 de marzo de 1499.

Los monjes agustinos irlandeses, expulsados ​​de Irlanda por las persecuciones, se hicieron cargo de la gestión de la Iglesia de San Mateo en 1739 y heredaron el icono. La iglesia de San Mateo fue destruida durante la invasión de Roma por Napoleón en 1798, pero, afortunadamente, el icono se salvó. Lo que quedó de la comunidad agustina irlandesa se instaló en 1819 en la Iglesia de Santa María en Posterula, cerca del río Tíber en Roma. Como allí ya se veneraba a Nuestra Señora de Gracia, la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue colocada en un oratorio secundario donde cayó en el olvido, salvo por un anciano fraile agustino que tantas veces la había visto en la iglesia de San Mateo. Se la mostró a un joven monaguillo, Michel Marchi, de quien se había hecho amigo.

En 1863, un sacerdote jesuita que predicaba un retiro en Roma, preguntó dónde se encontraba la imagen milagrosa de la antigua iglesia de San Mateo. Comienza la investigación. El joven Marchi, que se había convertido en redentorista, recuerda que había visto la imagen cuando era un joven monaguillo con los agustinos y sabía dónde se encontraba.

En diciembre de 1865, el superior general de los Redentoristas solicitó al papa Pío IX que devolviera esta imagen a su casa cerca del lugar donde había sido depositada originalmente. El Papa estuvo de acuerdo. El icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue por lo tanto cedido a los Redentoristas en 1866 con la misión de “darlo a conocer en todo el mundo”.

25 de mayo de 2022

Nuestra Señora, la mayor gloria del Pueblo judío

 

Del sitio Un Minuto con María

Desde el punto de vista cristiano, Eva, la primera mujer, pronto se convirtió en la que, junto con Adán, arrastró a toda la humanidad al naufragio del pecado original. Dios prometió un Salvador y, al mismo tiempo, se anunció a la madre del Redentor, en el texto del Génesis: "Pondré enemistad entre ti y la mujer" (Gn 3,15).

Abraham, nuestro "padre en la fe", obedeció completa e incondicionalmente a las promesas de Dios, incluso cuando, debido a hechos externos, le fue difícil ver cómo se cumplirían esas promesas. El papa San Juan Pablo II, en su homilía en Nazaret el 25 de marzo de 2000, llamó a la Virgen María "la más auténtica de las hijas de Abrahám" porque, con gran fe, se convirtió en Madre del Mesías y Madre de todos los que creen (cf. homilía publicada en el semanario L’Osservatore Romano, edición francesa, 4 de abril de 2000, pág. 11).

Estos son los símbolos de la Virgen María que se pueden encontrar en la Biblia hebrea, el Antiguo Testamento para los cristianos: encontramos a la Virgen Madre prometida en el Génesis y en Isaías, la Hija de Sion, el Huerto del Edén, la Amada del Cantar de los cantares y el Arca de la Alianza. Rut es un símbolo de María y de la Iglesia porque está colocada providencialmente en el árbol genealógico de Cristo. Ester y Judit también son símbolos de María, como socios del Salvador en el desarrollo del plan divino de salvación.

La Virgen María podría considerarse, junto con Cristo, como la mayor gloria del pueblo judío. De entre estas personas de la Alianza, Dios eligió a esta figura excepcional para que diera a luz al Salvador de la humanidad. No podemos sino rezarle para que nos obtenga de Dios la gracia de promover cada vez mejores relaciones judeocristianas.

Cardenal Francis Arinze

Reflexiones dadas durante el Coloquio "Marie dans les relations œcuméniques et inter-religieuses", Lourdes, 8 de junio de 2001.

Omnis Terra (edición francesa), n. 382, mayo 2002, pp. 182-188.

 



24 de mayo de 2022

Nuestra Señora María Auxiliadora (Basílica, Buenos Aires)

 Del sitio del Diario La Nación:

La basílica María Auxiliadora y San Carlos es parte de un conjunto arquitectónico que pertenece a la orden salesiana.

En la Navidad de 1936 una familia de descendientes de inmigrantes italianos bautizaba a su hijo que había nacido pocos días antes. El niño era Jorge Bergoglio que, décadas después, volvería al templo ya convertido en arzobispo de la ciudad de Buenos Aires, una de las visitas que más recuerdan en la congregación salesiana de Almagro, donde la orden sentó sus bases a fines del siglo XIX.

Allí, en la basílica María Auxiliadora y San Carlos, también cantó Carlos Gardel en un coro de niños y Ceferino Namuncurá tomó su primera comunión en 1898. Se trata de uno de los secretos mejor guardados del barrio cuya historia religiosa se combina con un perfil arquitectónico que la hace única, con una decoración interior que explota en colores, una cripta subterránea y una planta alta desde dónde puede observarse el templo en plenitud.

La basílica forma parte del conjunto de la orden salesiana en tres manzanas de Almagro, donde están los colegios Pío IX y San Francisco de Sales y María Auxiliadora, y la Inspectoría de la Orden Salesiana, entre otros. La basílica está ubicada en la esquina del conjunto, sobre Hipólito Yrigoyen y Quintino-Bocayuva. Su altar fue bendecido por el Papa Francisco en 2007 cuando era arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina. Aunque esa no es la única referencia del Sumo Pontífice. Al cumplirse los 70 años de su bautismo se colocó un cuadro con la copia del acta del libro parroquial que registra el sacramento. “Jorge Mario, hijo de Mario Bergoglio y Regina Sívori, apadrinado por Francisco Sívori y Rosa Vassallo de Bergoglio, fue bautizado por el padre salesiano Enrique Pozzoli”, puede leerse.

De estilo Románico Lombardo, por su altura principal a dos niveles y la estructura fundamental de las arcadas y las bóvedas, el proyecto de la basílica se inició en abril de 1899 cuando fueron presentados los primeros bosquejos para expandir la iglesia de San Carlos —así se llamó en un principio—, construida en 1872 y a cargo de la congregación salesiana desde 1878. En ese entonces la zona se encontraba en constante crecimiento poblacional y edilicio por lo que los salesianos plantearon la posibilidad de construir un nuevo templo que sirvieron para atender la demanda espiritual de los vecinos.

La propuesta de un arquitecto salesiano, el padre Ernesto Vespignani, residente en Italia, fue la ganadora. “A su llegada a la Argentina, el 4 de febrero de 1901, era poco lo que estaba hecho; solo había comenzado la excavación, a pico y pala, de parte del lugar que ocuparía la futura cripta”, recuerda una publicación de 2010, al cumplirse 100 años del aniversario de la inauguración de la basílica. Vespignani participó también en la dirección en otras obras religiosas como la parroquia de María Auxiliadora de Rodeos (Mendoza), la basílica de Luján y la catedral de La Plata, entre otras.

En una primera etapa de la obra, al no utilizarse todavía cemento armado ni hormigón, se usó lo que se llamaba tierra romana, traída especialmente en barriles desde Italia. La primera parte de la cripta se inauguró al culto público el 1° de noviembre de 1902 con una misa celebrada por el padre José Vespignani, hermano del arquitecto responsable. Ese espacio estuvo dedicado a los funerales aunque hoy aún está operativa. Consta de tres naves divididas por dos series de pilares de forma octógona atravesado por un espacioso transepto, o nave transversal que forma el brazo corto en una iglesia de planta de cruz latina.

En su proyecto Vespignani se propuso dotar a la basílica con elementos de la mayor calidad posible, con muchos materiales traídos desde Europa. Por ejemplo, el altar mayor construido por la firma Sassi de Turín, Italia, las pinturas realizadas por el célebre pintor italiano Antonio Reffo, el piso del templo y del presbiterio, que arribaron a Buenos Aires en 1908, son baldosas fabricadas en Bremen, Alemania, y las arañas de cristal de Murano hechas en Venecia. A ambos lados de la entrada del templo se colocaron dos imponentes ángeles esculpidos en mármol de Carrara, obra del escultor Trepisano.

La basílica fue inaugurada el 24 de mayo de 1910, en coincidencia con la fiesta de María Auxiliadora. El 23 de marzo de 1903 se concedió a los salesianos de la Argentina la guarda de la figura de María Auxiliadora que había sido bendecida por San Juan Bosco en Turín en 1885.

El templo se levanta sobre una superficie de 1800 metros cuadrados (con 67 metros de largo y 27 de ancho) con la elevación de 1,5 metros del suelo. Se construyó sobre una planta idéntica a la cripta “conservando los mismos ejes para los pilares de forma esbelta polistila que dividen las tres naves originando las capillas y sosteniendo las galerías que sustituyen los triforios a la altura del coro y del ábside elevado”, según dice la ficha técnica. El concepto y la estructura del edificio no están ligados a un estilo, pero está dominado por el verticalismo del Gótico y sus elementos característicos, además del Romántico Lombardo.

La decoración interior hace la diferencia. “El propósito que animó la decoración interior ha sido que la pintura con su significado simbólico completara el concepto arquitectónico. Por lo tanto, el color del ladrillo tenía que alternarse con el de la piedra, el azul estrellado de las bóvedas debía simbolizar el cielo, y los adornos floreados arabescados tenían que significar diferentes virtudes”, se detalla en los documentos históricos.

En los pasillos laterales de las dos plantas hay ventanas con vidrios y decoraciones policromas. Lo más imponente y que resulta decorativo es la elevación arquitectónica en una segunda planta que domina toda la iglesia y donde se puede acceder por dos escaleras laterales. En el frente del templo, al ingresar, el Pantocrátor también es sobresaliente (así se denomina, en el arte bizantino y románico, a la imagen con que se representa al Dios Todopoderoso). Se trata de una pieza escultórica de mármol blanco, tallada en un bloque por el artista salesiano Quintín Piana, en la que Cristo está sentado y secundado por dos ángeles.

La basílica presentaba una acústica perfecta por lo que se instaló un imponente órgano italiano, ubicado en la planta superior apenas se atraviesa la puerta, obra de Carlo Vegezzi Bossi, integrante de una dinastía familiar célebres por sus instrumentos sinfónicos románticos. El sistema original era de acción neumática y fue inaugurado en 1911 por el organista Luis Ochoa. En 1990 se electrificó el instrumento que desde ese entonces cuenta con comando electrónico y nueva consola. La original, ya desconectada, se conserva en la galería superior del templo.

23 de mayo de 2022

Nuestra Señora del Amparo de Korihuma (Bolivia)

Del sitio Gobierno Autónomo Municipal de Sacaba:

La Virgen del Amparo apareció en el sector de Korihuma, cuando un rayo partió una piedra en dos, durante una copiosa tormenta, dejando su imagen plasmada en ambos lados. Korihuma es una comunidad que se encuentra al sur de Sacaba, colindante con Tolata.

Un labrador y comerciantes del Valle Alto fueron testigos del milagro, éstos últimos acordaron llevarse un lado de la piedra para ser venerada en Arani. El agricultor entregó posteriormente la imagen la parroquia de Sacaba y desde entonces fue venerada por los pobladores.

A finales del siglo XIX el templo de San Pedro de Sacaba sufrió un incendio y para volver a construirlo la Virgen fue llevada al Valle Alto para recaudar fondos. Los expárrocos Esperandío Rabasio y Honny Villarroel relataron que en ese proceso la delegación sufrió un atentado fallido de hurto de la imagen y los hombres se cobijaron en una cueva y comenzaron a implorarle a la Virgen su amparo y protección. Desde entonces se la conoce como la “Virgen del Amparo”.

Es a partir de ese momento que todo el pueblo se unió y comenzó a celebrar su festividad cada tercer domingo de noviembre, con una entrada folclórica de diferentes fraternidades.

Rabasio recuerda un segundo suceso relevante, el robo de la imagen cuando estaba de párroco el sacerdote Bertho Nicoli. Dice que oyó la preocupación que se vivió durante cerca de diez días. La virgen fue robada por las joyas que traía puestas.

Todo el poblado se movilizó. Los que tenían vehículos fueron a las trancas con la esperanza de hallar al ladrón y de recuperar la imagen. Nicoli incluso dio parte a la Policía para que se intensifique la búsqueda. 

Los feligreses desbordaron de alegría cuando fueron informados que la imagen fue encontrada en una bolsa en la puerta de la Iglesia de San Antonio, en Cochabamba

Como parte de la celebración, se organizó una ceremonia donde participó todo el pueblo. Los sacabeños entraron de rodillas al templo y pidieron perdón por el delito cometido. Recuerdan que hubo llanto de felicidad. 

Honny Villarroel dice que la festividad es la segunda más importante de Cochabamba, después de la festividad de la virgen de Urcupiña, en Quillacollo. La celebración comienza con el calvario hasta Korihuma, el lugar de su aparición.

La Ley 4116 del 25 de septiembre de 2009 la declara como patrimonio cultural. La norma reza así: “Declárase Patrimonio Cultural, la celebración de la Festividad Religiosa Patronal "Virgen del Amparo", que se lleva a cabo en el Municipio de Sacaba, Capital de la Provincia Chapare del Departamento de Cochabamba, cada tercer domingo de noviembre (movible) en la localidad de Sacaba”.

 

22 de mayo de 2022

Nuestra Señora de Absam

 Del sito El rostro de Cristo:

El 17 de enero de 1797, entre las 15:00 y las 16:00 horas, Rosina Bucher, de 18 años de edad, descubrió un retrato de la Virgen María en el cristal de una ventana situada en la planta baja de la casa paterna en Absam (Tirol).

Tras su aparición, la imagen fue sometida a un estudio exhaustivo por las autoridades civiles y religiosas, por científicos y artesanos.

Sobre la superficie lisa del vidrio no se apreciaron huellas de actuación exterior, ni diferencias en la propiedad de la superficie. El motivo puede borrarse lavándose, pero vuelve a aparecer poco tiempo después, partiendo de una opacidad del vidrio. Las sustancias químicas tampoco hacen desaparecer el retrato de modo duradero. Aplicando diversos procedimientos de lijado o bien de pulido no volvía a aparecer solo en los lugares pulidos con diatomita.

A pesar de que las autoridades, partiendo de la investigación, descartaron un milagro, la población trasladó la imagen a la iglesia parroquial de San Miguel, que se transformó en el lugar de peregrinación mariano más importante de Tirol, y que el Papa San Juan Pablo II elevó a basílica en el año 2000 .

El retrato apareció en la cuarta sección de la mitad superior de un ala de ventana interior, un cristal de aprox. 0,18 m x 0,13 m. No se encuentra en el centro del vidrio, sino trasladado hacia el borde izquierdo/a la esquina inferior izquierda.

La imagen no recuerda tanto una fotografía como un grabado en madera expresionista, en blanco y negro, que por la carencia de color y de contornos finos se concentra en la información fundamental de su modelo.

Mientras que en la Virgen de Guadalupe el manto cubre el cabello, con raya, la cabeza de la Virgen de Absam está rodeada por un velo doble. El manto está rodeado de rayos del sol; el velo, por un nimbo.

En ambas imágenes de la Virgen, la cabeza está inclinada hacia la derecha, en un ángulo similar. Mientras que la mirada de la Virgen de Guadalupe se dirige hacia abajo a la derecha, María de Absam parece mirar absorta al observador. En el ojo derecho se aprecian lágrimas.

Las cuatro imágenes de María y Jesús no realizadas por la mano del hombre –en cada caso, un retrato y una representación de cuerpo entero– se asemejan; todas presentan una nariz delgada y alargada.

21 de mayo de 2022

Nuestra Señora de la Cinta de Tortosa

 

Del sitio Fatimazo por la Paz:

Tortosa es la capital de la comarca del Bajo Ebro, situada en la provincia de Tarragona, Cataluña (España).

La tradición recuerda que la noche del 24 de marzo de 1178, un virtuoso sacerdote movido por un impulso superior se dirigió a la Catedral, hallando las puertas abiertas y al oír que ya cantaban el Te-Deum, entristeció porque creyó haber llegado tarde.

De pronto se sorprendió al ver dentro de la iglesia un extraordinario resplandor y vio una gran Señora llena de majestad, que precedida de una procesión de ángeles con cirios en las manos se dirigía al altar mayor.

Obedeciendo a una insinuación que ésta le hizo, se acercó el sacerdote y oyó de su boca estas palabras:

Yo soy la Madre de Dios, a la cual tu sirves. Y éstos que ves a mi lado son los Apóstoles san Pedro y san Pablo. Y porque esta iglesia ha sido edificada a honra de mi Hijo y mía, y vosotros los de Tortosa tenéis gran cuidado de honrarme y servirme. En prueba del amor que os tengo os doy esta cinta de que voy ceñida, hecha por mis manos, y os la dejo sobre este altar”.

Como el sacerdote le dijese, que tal vez no sería creído al referir lo que estaba viendo, la Virgen le hizo notar que el monje mayor, que se hallaba orando en el coro, también lo había presenciado y ambos podían dar testimonio de ello. Dicho esto desapareció la Virgen.

La santa cinta parece ser de seda blanca, El tejido de la cinta es como una hebra o red sin nudo alguno. Respecto a la materia con la que está formada, nunca se ha podido determinar.

La cinta se halla dividida en dos partes: una está en el relicario grande que se guardaba en el altar de la capilla de la Cinta y la otra que se cree fue dividida para llevarla a los enfermos, estaba en un relicario más pequeño en la capilla de la sacristía mayor.

Actualmente la Catedral de Santa María de Tortosa conserva la parte pequeña que mide «dos palmos de Tortosa» (cabe anotar sin embargo que en una acto solemne en la Sacristía Mayor el 15 de febrero de 2017 se extrajo un diminuto fragmento que se depositó en el nuevo relicario llamado de la Lazada). El relicario mayor con la reliquia que contenía, está desaparecido desde la Guerra Civil Española. Con otras piezas de alto valor artístico podría haber sido embarcado en Francia a bordo del yate Vita a finales de febrero de 1939 destino a México. El relicario pequeño fue localizado, según parece en Darnius, y regresó a Tortosa el 9 de julio de 1939.

20 de mayo de 2022

Nuestra Señora Theotokos de Georgia

 Del sitio Coppershop:

Este ícono en el mundo ortodoxo, es venerado con profundo respeto y reverencia. Y la razón de esto fueron los numerosos casos de curación que tuvieron lugar en distintos momentos y en diferentes lugares.

No se sabe con certeza quién es el autor del icono y cuándo fue pintado. Su ubicación original era Georgia. En 1622, las tierras georgianas fueron conquistadas por los persas durante el reinado de Shah Abbas. Fue entonces cuando la sagrada imagen fue transportada a Persia, donde los lugareños establecieron un buen comercio de santuarios cristianos.

Después de 3 años, a un empleado eslavo que llegó a Persia en un negocio comercial se le ofreció comprar la imagen de la Madre de Dios. Stefan Lazarev no pudo rechazar tal adquisición. Compró el icono en un marco de plata y oro, aunque el precio era bastante alto. Mientras tanto, el comerciante de Yaroslavl Grigory Lytkin, con quien sirvió Lazarev, tuvo un sueño extraño. Una voz en un sueño ordenó al comerciante que entregara la imagen de la Madre de Dios al Monasterio de Krasnogorsk en el río Pinega, no lejos de Arkhangelsk. El comerciante no tomó este sueño en serio y pronto lo olvidó. Y solo cuando el empleado llegó a casa, Lytkin lo recordó e inmediatamente se dirigió a Arkhangelsk.

El comerciante entregó la imagen sagrada a los monjes del monasterio monástico. Además, construyó allí una iglesia a sus expensas y compró todos los utensilios de la iglesia y sus libros.

Posteriormente, el icono de la Virgen María comenzó a mostrar milagros de curación. El monje Pitirim, que hacía mucho tiempo que no veía y había perdido el oído, rezaba fervientemente ante el rostro de la Reina del Cielo por la curación de sus dolencias. Y al terminar la lectura de la oración, recuperó la vista y la capacidad de oír. Los rumores sobre el ícono milagroso se extendieron rápidamente por todo el distrito. El metropolitano Nikon de Novgorod, habiéndose familiarizado con todos los hechos de la curación, designó la celebración del día del Icono georgiano de la Madre de Dios el 22 de agosto.

Procesiones con el icono antiguo fueron a los bosques de Siberia. Y en 1698, se emitió un decreto para llevar el santuario a Arkhangelsk para consagrar la ciudad y sus habitantes cada año.

En 1654, se decidió restaurar el icono. Fue trasladada a Moscú. En este momento, la ciudad sufría una epidemia de pestilencia. Después de que llevaron el ícono, los creyentes del pueblo comenzaron a acudir en peregrinación y recibieron la curación de una terrible enfermedad.

¡Importante! Se hicieron numerosas listas a partir del icono de la Madre de Dios, que resultó ser milagroso.

Durante los años revolucionarios de la persecución religiosa, el Monasterio de Krasnogorsk dejó de funcionar y se perdió el rastro del icono. En 1946 se volvió a hablar de él. Según el clérigo, hicieron una procesión religiosa con la imagen de Arkhangelsk.

Algunas fuentes contienen referencias al hecho de que el icono georgiano de la Madre de Dios se mantuvo en la Galería Tretyakov hasta finales de los años cincuenta. Sin embargo, una auditoría en 1964 no reveló la imagen entre las exhibiciones de la galería. Quizás las autoridades soviéticas lo vendieron a coleccionistas extranjeros o el ícono fue robado.

El ícono georgiano de la Santísima Madre de Dios es similar en iconografía a otras imágenes de la Virgen María en Georgia durante los siglos X-XVI, especialmente de Kakheti. Pertenece al tipo Odigitria, que significa "Guía". El ícono irradia ternura y un brillante sentimiento de amor. 

Jesús se sienta a la izquierda de María. La Madre de Dios se inclina ante el Niño, y Él se acerca a Ella y levanta la mano derecha bendiciendo a la Virgen. De debajo de la ropa del niño son visibles pies descalzos, uno de los cuales se vuelve hacia el espectador con un pie. En su mano izquierda, Jesús sostiene un rollo, que simboliza buenas noticias para la humanidad.

El original del icono no ha llegado a nuestro tiempo. Hoy en la Galería Tretyakov hay una copia exacta, correspondiente en tamaño a la imagen original.

Otras tres copias, que resultaron ser milagrosas, también residen en Moscú:

La cuarta y muy venerada lista de la imagen de la Madre de Dios se almacena en el monasterio Raifa Bogoroditsky. Fue ordenado por el metropolitano Lawrence. Según las leyendas monásticas, una copia del ícono alivió trastornos mentales, mutilaciones de las extremidades y devolvió la visióna los creyentes,  incluso en el camino al monasterio.

¡Importante! Muchos encontraron consuelo y recibieron ayuda después de orar ante esta imagen milagrosa, incluso cuando la medicina oficial no dio ninguna posibilidad de recuperación. Esto prueba una vez más que la gracia de Dios es ilimitada y que solo la fe sincera puede ayudar en tiempos difíciles.

La Madre de Dios georgiana asiste en la lucha contra las enfermedades más terribles.

La familia imperial a menudo venía a rezar frente al ícono. Por sugerencia de la esposa del emperador, Anna Ioannovna, la riza del icono fue generosamente decorada con perlas e incrustaciones de piedras preciosas. El 12 de abril de 1900, el zar Nikolai Alexandrovich y su esposa Alexandra Feodorovna visitaron al ícono para estar en oración.

Las personas que experimentan sufrimiento corporal viisitan la imagen de la Reina del Cielo. Al icono se le atribuye un poder especial en la curación de enfermedades visuales, gástricas y del oído, tumores malignos e infertilidad en la mujer.

Georgia adoptó el cristianismo como una de las primeras religiones estatales del mundo. Por lo tanto, la cultura religiosa en el país está muy desarrollada. La mayoría de los padres crían a sus hijos con fe en Jesucristo y los santos.

Los georgianos tratan a los íconos con respeto. Tanto un simple campesino como un rico hombre de negocios tienen un "icono" en su casa, donde siempre hay uno de la Madre de Dios georgiana. Entre la población ortodoxa, se venera a los arcángeles y a Santa Bárbara, San Jorge el Victorioso y otros, cuyas imágenes también se colocan en " esquina roja" ("la esquina del ángel").

La Iglesia Ortodoxa de Georgia, al igual que otras iglesias, no prohíbe dar íconos para varios días festivos y eventos solemnes o cumpleaños. La condición principal es que el ícono debe estar consagrado, luego puedes rezar ante él. Tienes que dar un icono con buenas intenciones y un corazón puro.

Oración ante el icono de la Madre de Dios

Acepta, Omnipotente Señora Purísima, Señora de la Theotokos, estos regalos honestos de nosotros, Tus servidores indignos, a Tu imagen sana, el canto de aquellos que envían con ternura, como si Tú fueras la esencia misma de eso y escucha nuestras oraciones. , dando con fe a los que piden el cumplimiento de cualquier petición: alivia el dolor de los que lloran Tú concedes la salud a los débiles, sanas a los débiles y enfermos, y alejas los demonios del cielo, liberas de las injurias a los ofendidos, y salvas a los violados, perdona a los pecadores, limpia a los leprosos, y ten piedad de los niños pequeños, y resuelve estéril de la esterilidad. También, Señora Maestra, te liberas de ataduras y calabozos, y curas toda clase de pasiones, y curas enfermedades de los ojos, y te liberas de úlceras mortales: todo es posible por Tu intercesión a Tu Hijo, Cristo nuestro Dios. ¡Oh Madre que todo canta, Purísima Madre de Dios! No dejes de orar por nosotros, tus indignos siervos, glorificandote y honrando y adorando tu purísima imagen, y teniendo esperanza irrevocable y fe indudable en Ti, siempre Virgen, Gloriosa e Inmaculada, glorificando y honrando y cantándote. por los siglos de los siglos. Amén.

19 de mayo de 2022

Nuestra Señora de Dubenskaya

Traducido del sitio Deva María

En muchas publicaciones, dedicadas a los iconos de la Madre de Dios, se hace referencia al icono de Dubensk, conmemorado el día de Pentecostés, como una imagen perteneciente a los santuarios familiares de la famosa casa de los Príncipes de Ostrog. Este icono fue donado por el príncipe Constantino de Ostrog al monasterio de la Transfiguración del Salvador, construido por sus antepasados en la ciudad de Dubno, en Volynia (actualmente en la región de Rivne). Del nombre de la ciudad de Dubno surgió el nombre del icono: Dubenskaya.

En la fiesta de Pentecostés, la Iglesia honra otro icono: el Dubno (Krasnogorskiy). El nombre de este icono de la Madre de Dios proviene de la palabra "roble", ya que la imagen de la Theotokos apareció milagrosamente en un roble. Esta aparición tuvo lugar en el monasterio de Krasnogorsk de Svyato-Pokrovsk (actual región de Cherkassky), de ahí el segundo nombre del icono de la Madre de Dios: Krasnogorsk.

Tras la revolución de 1922, el monasterio fue destruido y una parte importante de las reliquias se trasladó al Museo de Cherkasy. En el otoño de 1941 se reanudó la vida monástica en el convento de la Santa Virgen de Krasnogorsk. El icono de la Madre de Dios que se había revelado en las ramas del roble era lo más sagrado del convento.


Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

18 de mayo de 2022

Nuestra Señora y una nueva primavera de la Iglesia

 Del sitio Caminos Religiosos:

Desde hace muchos siglos el mes de mayo se relaciona íntimamente con la devoción a María Santísima, de hecho, así como el día primero de mayo la primavera llega a su plenitud y se olvidan las agruras del invierno, de la misma manera la aparición de la Santísima Virgen en la historia del mundo trae una “Nueva Primavera de gracia” para la humanidad y el consecuente olvido de las agruras traídas por el pecado original.

Analizando con ojo crítico las últimas noticias que nos llegan de todos los puntos cardinales sobre la situación actual de la Santa Iglesia Católica, podemos constatar que el Cuerpo Místico de Cristo está pasando por las agruras de un “nuevo” invierno, aunque para 2000 años de historia no hay invierno nuevo: persecuciones declaradas y veladas, profanaciones de sus templos y de sus cultos, confisco de sus bienes, asechanzas a sus doctrinas y creencias, difamaciones calumniosas a sus instituciones, desacralización del culto y un largo etc.

Pero es imposible no ver detrás de todo esto las primeras luces de una “Nueva Primavera”. “Las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella” (Mt 16, 18) afirmó Nuestro Señor Jesucristo en Cesarea de Filipo; podrán atacarla, zarandearla, golpearla, desfigurarla e inclusive prostituirla tergiversando su doctrina, pero nunca conseguirán acabar con Ella, pues el “no prevalecerán” indica que en determinado momento resurgirá de entre la espesa camada de nieve que la cubre y se elevará inmaculada sobre todos los pueblos, revestida con un esplendor y una belleza como nunca se vio en la historia.

En la primavera, las flores nos muestran todo su encanto, las rosas su elegante belleza, los lirios su cándida pureza, las margaritas su atrayente inocencia, los tulipanes su delicada organización… Sin embargo, parafraseando al Divino Redentor podemos decir que ninguna de ellas se engalanó de tanta belleza y esplendor como la Santísima Virgen María (Mt 6, 28-29), pues el mismo Dios la revistió con las más bellas gracias y virtudes que ninguna criatura humana pudiera tener jamás.

Pidamos a María Santísima que haga florecer prontamente en la Santa Iglesia Católica las mismas gracias y virtudes que brillan en sus vestidos. Serán éstos los primeros rayos de una “Nueva Primavera Marial” de belleza y esplendor inédita en la historia de la Iglesia, preludio del triunfo del Inmaculado Corazón de María en toda la faz de la tierra como Ella misma lo anunció en Fátima.

" Y poco vale que nuestros adversarios que se rían de estas previsiones pues: “La risa de la lechuza nunca conseguirá retardar la aurora que se levanta ”.

Por Guillermo Torres Bauer

17 de mayo de 2022

Nuestra Señora de la Misericordia de Kupfergasse

 Del sitio St. Maria in der Kupfergasse:

La veneración de la Madre de Dios Negra en la Kupfergasse tiene una larga tradición en Colonia. En cualquier momento del año o del día y para todo tipo de intenciones, muchas personas encienden una vela y rezan una oración, confiando en su ayuda.

Ya en la época romana, la zona pertenecía al área de la ciudad de Colonia. En la agitación de la Guerra de los 30 Años, de la que Colonia se salvó en gran medida, los fieles católicos abandonaron las zonas vecinas y huyeron a Colonia, que había preservado la fe católica y donde estaban a salvo. 

Así, a principios de 1630, cinco hijas de Santa Teresa de Ávila, las llamadas monjas carmelitas descalzas, también llegaron aquí desde Holanda. En 1635 adquirieron el Neuenahrer Hof, en la Kupfergasse, que anteriormente había estado en posesión de los protestantes, ya que Colonia era también un núcleo del protestantismo. 

Cada vez se unieron más hermanas, y finalmente consagraron su convento, construido en 1660, a la Santísima Virgen y Madre de Dios María, San José y Santa Teresa de Ávila (de ahí la figura en la fachada del frontón).

Entre 1673 y 75, se construyó allí una capilla lauretana para la veneración de la Madre de Dios, consagrada el 8 de septiembre de 1675.

La capilla está construida con las dimensiones originales de la casa de la Sagrada Familia de Loreto, que en su momento ofreció a los fieles que no podían viajar a Italia la posibilidad de peregrinar y venerar a la Sagrada Familia en su tierra.

Desde 1675, la Madre de Dios Negra se venera aquí en la capilla lauretana sin interrupción. La imagen de la gracia tiene una historia agitada, pero su origen y edad no pueden determinarse con certeza. Está tallada en madera de tilo oscura o se ha oscurecido con el paso del tiempo. No se conocen los detalles exactos, son posibles muchas interpretaciones. Lo cierto es que se venera públicamente en este lugar desde 1675, y desde entonces también se celebra una semana festiva de ocho días cada año, que comienza el 8 de septiembre.

Desde entonces, peregrinos de cerca y de lejos acuden a este lugar para rezar a la "Madre de la Misericordia", título con el que se la venera, en muchas necesidades y preocupaciones difíciles, y para depositar una vela en sus intenciones.

Por otra parte, también se ha convertido en tradición que el triunvirato de Colonia visite cada año a la Madre de Dios Negra el domingo de Carnaval para pedirle su bendición para la procesión del Lunes de Carnaval.

Así, desde hace casi 350 años, su veneración es parte integrante de las costumbres religiosas de Colonia, incluso con independencia de su denominación.

Sólo más tarde, entre 1705 y 1715, se construyó también en este lugar una iglesia en honor a San José (la estatua de José en la nave lateral lo recuerda) y se consagró de nuevo el 8 de septiembre.

Bajo el dominio extranjero de los franceses comenzaron tiempos difíciles en Colonia. Colonia se incorporó a la República Francesa en 1797, el Arzobispado de Colonia dejó de existir y, como muchos otros, el convento de las monjas carmelitas de la Kupfergasse con la Capilla de las Gracias se disolvió en 1801. La iglesia, la capilla y el convento estaban cerrados y ya no eran accesibles. Hoy en día, sólo el lugar de descanso de las monjas carmelitas en el claustro de la iglesia es un recuerdo del período monástico.

En 1803, la iglesia recibió el estatus de parroquia independiente. Los primeros años de la nueva parroquia de Santa María en la Kupfergasse estuvieron marcados por un auge tal de la vida religiosa que se celebraban diariamente innumerables santas misas en el altar de la imagen de la gracia y en los demás altares de la iglesia.

En 1828, las Hermanas Celitas de San Agustín pudieron hacerse cargo del convento, que había sido suprimido en 1802. Había incluso una réplica de la SMG, que se podía pedir prestada a los Cellitinnen como la llamada Virgen de los Enfermos, para colocarla en la habitación de los enfermos en caso de enfermedad grave.

En 1853, Adolf Kolping, que era un ferviente devoto de la Madre de Dios Negra y un asiduo devoto de la capilla, fundó la primera casa de jornaleros en la calle Breite. Kolping recibió un gran apoyo del clero parroquial de St. Maria de Kupfergasse.

Como el número de feligreses aumentó enormemente debido a la construcción de edificios residenciales, en este año también se construyó una escuela en la Schwalbengasse; antes había una. 

En 1873, la iglesia recibió un pasillo lateral debido a la gran cantidad de feligreses.

En 1925, Año Santo, la Virgen fue coronada con una miniatura de la corona del Papa con motivo del 250 aniversario de la Capilla de las Gracias por orden de Pío XI. (La SMG sigue llevando esta corona en la actualidad, alternándola con una corona de estilo barroco). La ceremonia tuvo lugar en la catedral de Colonia, que apenas podía contener a la multitud.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la gente volvió a Dios, y el número de feligreses, cada vez mayor, llevó sus peticiones a la "Madre de la Misericordia" en las devociones marianas nocturnas, que todavía existen.

En la terrible "Noche de los 1000 bombarderos" del 30/31 de mayo de 1942, un tercio de las casas fueron destruidas, así como la iglesia, el monasterio y los edificios asociados. En el último segundo, la imagen de la gracia fue salvada por la hermana Marzella Schui. No fue hasta 1948 cuando la Virgen volvió a la capilla parcialmente restaurada.

16 de mayo de 2022

Nuestra Señora de Setefilla

 Del sitio Virgen de Setefilla:

La devoción a Nuestra Señora de la Encarnación, venerada en la que fue Iglesia Prioral de Nuestra Señora Santa María de Setefilla, tiene sus orígenes en la Edad Media, a raíz de la labor colonizadora, llevada a cabo por la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén, en la región que los castellanos llamaron Septefilas o Sietefilas, donada por el rey Fernando III al Priorato castellano-leonés de dicha Orden poco antes de mediar el siglo XIII.

Este territorio, convertido en una bailía por los caballeros hospitalarios de San Juan, incluía en su alfoz siete plazas o fortalezas, sujetas a la autoridad de un Comendador o Bailío: las villas de Setefilla y Lora con sus castillos, y los castros o lugares de Almenara, Peñaflor, Malapiel, Algarín y Alcolea.

Aunque Lora era cabeza o capital de todas ellas y sede del Consejo Municipal, destacábase la que había sido fortaleza árabe de Shadfilah o Shant-Fila, enclavada en el poblado de Setefilla, a dos leguas de Lora, ya que su excelente situación permitía controlar la ruta entre Córdoba y Sevilla, además de un amplio sector del valle del Guadalquivir. Esta circunstancia determinó que la bailía, o sea, la circunscripción entera, llevara en principio el nombre de este lugar, una vez sustituido el topónimo árabe por el latino Septefilas o el castellano Sietefilas (Setefilla), de una clara alusión a las siete sedes o villas del señorío sanjuanista.

El poblado, regido por el Consejo establecido en Lora, llegó incluso a celebrar feria o mercado anual, pero nunca debió ser grande, reduciéndose a un pequeño caserío y a una iglesia, la de Nuestra Señora Santa María, erigida por la Orden de San Juan en la segunda mitad del siglo XIII, a cuyo frente estaba, nombrado por su Priorato, un Cura-Prior o «freyre» de la misma.

Todo esto tuvo, en realidad, poca trascendencia, pues el lugar, de suelo pobre y dificultoso aprovisionamiento de agua, estaba llamado a despoblarse

Lo decisivo para la historia de Setefilla fue que su iglesia se dedicara a Nuestra Señora bajo la advocación del misterio de la Encarnación, y que para presidir el templo se hiciera esculpir en madera una Imagen gótica de la Virgen con el Niño de setenta y un centímetros de altura.

Mater Admirabilis, sentada sobre un castillete, con el Niño Jesús en su regazo en ademán de mostrarlo al pueblo, tenía la Virgen calzado negro y puntiagudo, cabellos dorados, el manto pintado de azul salpicado de estrellas y guardilla de oro, y túnica grana, traje típico de las galileas.

Pronto, la devoción hacia esta Imagen dulce de Nuestra Señora, prendió no sólo en la aldea, sino también en todos los lugares de la bailía, alcanzando fama de ser eficaz instrumento de gracias sobrenaturales, los amores y el consuelo de la región de Setefilla en todas sus aflicciones.

Se convirtió así la aldea en el principal centro religioso del señorío, y a su iglesia acudían los vecinos de la comarca y del bailiato en las fiestas litúrgicas principales, pero especialmente el 25 de marzo de cada año, día de la Encarnación del Señor y Anunciación de la Virgen, en cumplimiento de un voto o promesa que el Consejo de Lora, como cabeza rectora de la bailía, había hecho.

Desconocemos la razón de este voto, si se hizo porque la región de Setefilla, según creemos, acabó siendo cristiana un 25 de marzo (el del año 1247), o se formuló por una necesidad apremiante que agobiaba a la población, recabando la intercesión de la Virgen para librarse de ella.

Lo cierto es que el voto convocaba en la iglesia de Setefilla a no pocos vecinos. Sabemos, al respecto, que durante la noche anterior se hacía una vela pública, a la que asistían muchos devotos. Otros, en cambio, el mismo día de la fiesta, con los miembros del Consejo y algunos clérigos, salían en procesión desde la Iglesia Mayor de Lora (Ntra. Sra. Santa María de la Asunción) en dirección al poblado de Setefilla, en cuya iglesia se celebraba una Misa cantada con diácono y subdiácono, y otra Misa rezada afuera, utilizando para ello un altar al aire libre, el de la Salvación, a modo de capilla abierta encarada al atrio, en el que figuraba una pintura mural con el misterio de la Encarnación, solución que adoptó el Clero local para permitir la participación en los oficios religiosos a aquellos fieles que no cabían en el interior del templo. La fiesta, por otra parte, no debió carecer de sus regocijos populares, cantares, bailes y otras diversiones honestas, animadas a la hora de la comida por el Consejo con repartos de pan y queso y en ocasiones vino. Finalmente, llegada la tarde, los romeros asistían al oficio de Vísperas, iniciando a continuación el regreso a casa, satisfechos de haber cumplido el voto.

En 1534, los últimos habitantes de Setefilla abandonaron este solar, trasladándose a Lora. Pero al estar ya muy vinculada la devoción y fervor religiosos al lugar, se mantuvo abierta al culto su Iglesia Prioral, y en el despoblado continuó residiendo un Cura-Prior, casi siempre formado capellán en el convento sanjuanista de Santa María del Monte de Consuegra, en cuyas manos quedó el Beneficio eclesiástico de la Ermita: ricos ornamentos, tierras, bienes muebles, grandes cantidades de limosnas, ciertas primicias, e incluso los derechos de la feria, que tenía lugar anualmente el día de Nuestra Señora del mes de septiembre.

Para entonces, hacía más de medio siglo que Alcolea había pasado a ser encomienda de la Orden con jurisdicción propia, es decir, separada ya de la primitiva organización mancomunada de la bailía, y segregados del antiguo alfoz estaban también Peñaflor, Almenara y Malapiel.

Estos cambios en la estructura del señorío, unido a la despoblación de Setefilla, hicieron posible que Lora pasara a convertirse definitivamente en principal depositaria de la devoción a la Virgen y promotora de su culto. Así, el 2 de abril de 1551, por acuerdo de su Concejo, se renovó el voto del día de la Encarnación, dando el Cabildo loreño nuevas ordenanzas y recordando algunas antiguas, para que la Villa continuara cumpliendo su vieja promesa. Y fundadamente, aunque no tengamos referencias documentales anteriores a 1581, puede pensarse que, por lo menos desde mediados del siglo XVI, la Sagrada Imagen empezó a traerse a Lora por decisión del Concejo Municipal loreño, siempre con motivo de alguna necesidad o pública tribulación. Es más, para subvenir a estos traslados de la Virgen y como cauce y expresión de la devoción loreña, surgía y quedaba establecida en Lora por estas fechas la Cofradía de Nuestra Señora de la Encarnación, hoy Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla.

Estas circunstancias, sin embargo, no entibiaron el fervor de los pueblos comarcanos hacia la Virgen venerada en Setefilla. Además de la fiesta de la Encarnación, desde el último tercio del siglo XVI existió la costumbre de reunirse en peregrinación fieles de Lora y de otros lugares cercanos en la Ermita el día de la Asunción, Nuestra Señora de Agosto. Y lo mismo ocurría el 8 de septiembre, al celebrarse la feria en los aledaños del Santuario.

Entre todos, tomó auge el día de la feria, pues al coincidir con la conmemoración litúrgica de la Natividad de la Santísima Virgen, el Prior de Setefilla, por mandato del Vicario de la Orden, a partir de 1587 inició una celebración de algunos cultos extraordinarios, destacando una solemne procesión de tercia con la Sagrada Imagen alrededor de la Ermita, a la que concurrían muchos devotos. Más tarde, este carácter religioso prevalecería sobre el mercantil, y el 8 de septiembre pasó a ser el día de la fiesta principal de la Virgen y de la romería.

El culto a Nuestra Señora en su Ermita no se redujo sólo a ese ciclo festivo. En 1590 comenzaron a decirse cincuenta y dos Misas al año, una cada miércoles, merced a una capellanía dotada con doscientos ducados de oro, que diez años antes había fundado, por su mucha devoción a la Sagrada Imagen, el loreño Marcos de Barrios, fraile jerónimo del monasterio de Guadalupe, lo que contribuyó a una cierta asiduidad del culto en el Santuario por mucho tiempo. A ello hay que unir la tarea pastoral desempeñada por el Prior de Setefilla, y la del Capellán que desde el siglo XVIII sostuvo la Cofradía de Nuestra Señora, del cual conocemos que decía Misa en la Ermita los días festivos y durante la Cuaresma.

Los últimos años del siglo XVI conocieron también la transformación de la Imagen. En 1592, cambiadas las ideas y gustos, Nuestra Señora fue vestida, por mandato del Cabildo Municipal, tal como hoy, con ligeras variantes, la vemos y veneramos, es decir, con un vestido de gran dama, a la moda española de la época, que ocultó su línea escultórica. A partir de este momento, todo el atavío de la Virgen y el Niño fue evolucionando, pero sin perder su traza primitiva, y, desde luego, ganando en belleza y realzando los valores iconográficos de la Sagrada Imagen con un rico ajuar acumulado al paso de los siglos.

Con ese fondo ambiental de la segunda mitad del siglo XVI, se fueron sucediendo las primeras Venidas de la Imagen a Lora y sus correspondientes Idas. En principio, la Sagrada Efigie era traída por un reducido número de clérigos loreños, a los cuales se unían el Prior de Setefilla y algunos Cofrades o Hermanos de Nuestra Señora, y en el Palmar del Albadalejo, ya en las afueras de Lora, la Villa salía a recibirla en procesión, presidida por el Concejo y el Clero, con la imagen de San Sebastián. Después en la llamada puerta de Córdoba, cerca de Santa Ana, el Prior de Setefilla entregaba oficialmente la Imagen, con el compromiso de su devolución por parte de Lora. Una vez la Virgen en la Iglesia Mayor, se hacían Rogativas, a veces también un Novenario de Misas cantadas o Funciones, y, concluidas éstas, el Cabildo Municipal decretaba su Ida.

En siglos posteriores, estos Traslados comenzaron a complicarse en la forma, fijándose una serie de usos y costumbres, un culto y ceremonial propio. Fecundo fue, en este sentido, el siglo XVII. En su discurso, las Venidas e Idas son más populares, se ofrecen limosnas por llevar a la Virgen, participan en los Traslados los frailes mercedarios y franciscanos (1613), se queman fuegos y cohetes al recibir en la villa a la Señora, durante su estancia se le dedican Funciones o Misas solemnes con sermón, ahora ofrecidas por los dos Cabildos (Concejo y Clero) y los propios vecinos (oficiales o artesanos y pobres del campo), aparecen los regocijos o festejos organizados por éstos a su celebridad, y se asocia al culto setefillano la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno (1670). Durante el XVIII, la Cofradía fija el procedimiento a seguir para las Venidas e Idas (1767), se introducen las pujas (1768), Artesanos y Labradores, alternándose en el orden de una vez para otra, celebran ya de modo fijo sus funciones gremiales (1716), se vinculan a las fiestas litúrgicas de despedida las Doncellas (1773) y el Bailío, se multiplican los Vítores para recordar las funciones de los Gremios, el pueblo comienza a pedir la Virgen (1718), y se inician los Pregones para anunciar los solemnes cultos y públicos festejos (Mascaradas) de los Gremios.

En todo este proceso, todavía continuado en los siglos XIX y XX, ritos marginales se fueron perdiendo y otros nuevos se incorporaron a la tradición, los mismos, con ciertas modificaciones, guardados hasta ahora.

Como dijimos, cauce y expresión de la devoción loreña, era la Cofradía de Nuestra Señora, instituida a mediados del siglo XVI para acompañar a la Virgen su titular cuando se trasladaba y velar por su debido culto. En sus orígenes, estuvo formada por dos clases diferentes de miembros: los Hermanos Mayores y los Hermanos Menores o simples devotos. Los primeros, muy pocos, recibidos en la Cofradía con riguroso criterio, fueron individuos de un estrato social alto, nobles o hidalgos y personas de elevada condición, que gozaban de la prerrogativa de asistir a los Cabildos de la Cofradía, siempre celebrados en grado de Hermanos Mayores, y ocupar escaños preferentes en las fiestas litúrgicas de la Virgen, 25 de marzo y 8 de septiembre, a las que acudían en corporación, portando una vela encendida o hacha, sellada con una “María”, para distinguirse del Común. De entre los Hermanos Mayores se elegía periódicamente la Junta de Oficiales, compuesta por un Mayordomo, que regía la Cofradía y presidía sus Cabildos y actos de cultos, dos Alcaldes, un Escribano, dos Diputados de cuentas, y un Mayordomo de librete. Desde muy temprano, el fervor que se tenía a la Imagen, trajo consigo que la Cofradía de Nuestra Señora acumulase una serie de bienes, resultado de donaciones: tierras, casas, objetos sagrados y fondos provenientes de limosnas y tributos, cuya administración corría a cargo del Mayordomo. Con estos recursos, la Cofradía pudo emprender algunas acciones, siendo las más importantes en este período las que correspondieron a las mayordomías de Alonso Ramírez de Montalbo (1686-1703) y Juan Rodrigo Quintanilla y Andrade (1708-1727), al haberse adquirido en el primer mandato las bellísimas andas de plata que hoy posee la Virgen, realizadas por el platero sevillano Diego Gallegos, y reconstruirse totalmente el Santuario durante el segundo.

La Virgen de Setefilla ha sido en todos estos siglos símbolo eficacísimo, en el cual los loreños, sobre todo, y fieles de otras partes han experimentado la cercanía del amor de Dios y la misericordia de la Madre del Señor. Heredera espiritual de una larga tradición histórica, proclamada por la Iglesia el 8 de septiembre de 1987. día en que también fue Coronada Canónicamente, ante Ella rezamos las nuevas generaciones, renovando los valores que conlleva el nombre glorioso de Setefilla para todo nuestro pueblo, esto es, lugar alto de adoración y polo espiritual, espacio sagrado donde hace más de siete siglos fue entronizada la Virgen como Madre, Patrona, Reina y Señora de toda una comarca que necesitaba recibir de esta Serranita Hermosa su divina protección.