La historia de Nuestra Señora de Casaluce procede del sur de Italia (siglos XI o XII). Casaluce significa "CASA DE LUZ".
En la ciudad de Aversa, en un día muy tormentoso, una hermosa muchacha negra llamó a la puerta de un seminario para pedir refugio, pero en aquella época no se permitía la entrada de mujeres en estas instituciones.
Así que los sacerdotes pidieron a la chica que fuera a un convento de monjas de la ciudad más cercana, "CasaLuce". Las monjas la acogieron y la alojaron en una habitación.
Al día siguiente, las monjas no la encontraron y en su lugar sólo había un cuadro: era la figura de la niña con un niño en brazos. A partir de entonces, se atribuyeron a la santa diversos milagros.
Por este motivo, los sacerdotes de Aversa reclamaron el cuadro porque era allí donde la santa había estado por primera vez. Para evitar discordias, se decidió que el cuadro permaneciera cuatro meses en Aversa y ocho en Casaluce.
"Todas las generaciones me felicitarán porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes obras" (Lucas 1,48-49).
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