5 de junio de 2024

Nuestra Señora de Vryssi

 

Del sitio Catholic News Agency:

En una pequeña isla llamada Tinos, en el mar Egeo, en una remota ladera del monte Patellas, se encuentra un lugar sagrado que atrae a peregrinos de toda Grecia. Aquí se venera a Nuestra Señora de Vryssi, o "Virgen de la Fuente". En este santuario se conserva un icono del siglo XIV, donde numerosos fieles dan testimonio de las gracias recibidas. Y cada primer domingo de mayo, durante una celebración especial, se bendice a los conductores y sus vehículos.

Situada en la provincia eclesiástica de Naxos-Tinos-Andros-Mykonos, la isla de Tinos mide unos 77 kilómetros cuadrados y sólo tiene unos pocos miles de habitantes. Pero los peregrinos vienen de lejos para rezar en la capilla del santuario, escondida al final de un camino entre olivos, álamos, eucaliptos y cipreses.

El santuario, en el territorio de la parroquia de Saint-Michel de Tarambados, está cerca de la ciudad costera de Agia Marina. Su historia es tan antigua que no se conoce con certeza el nombre de "Vryssi", aunque es probable que derive del manantial natural del mismo nombre que fluye en la isla.

Los orígenes de la capilla del santuario se remontan al siglo XVII, entre 1600 y 1619, en la pequeña aldea de Tarambados, donde una monja de la Tercera Orden Franciscana tuvo tres extraños sueños, siempre idénticos: la Virgen María le pedía que desenterrara un icono enterrado cerca de unos juncos; al menos, así cuenta la historia popular, transmitida por tradición oral. Los archivos diocesanos apenas han conservado datos al respecto, y sólo las investigaciones realizadas por el padre Marcos Foskolos -actual vicario general del santuario- en la década de 1980 han intentado arrojar luz sobre los orígenes de este lugar de culto.

La historia, que se sitúa en la encrucijada de la historia y la leyenda, continúa así: El párroco, al principio reticente, decidió finalmente excavar en el lugar indicado por la monja como el lugar que su sueño le había revelado y se descubrió un icono enterrado. La noticia corrió como la pólvora, suscitando de inmediato la devoción de los aldeanos, y el precioso objeto fue llevado a la iglesia parroquial local para ser debidamente venerado. Pero, para asombro de todos, el icono desaparecía todas las noches, para volver al lugar donde había sido encontrado. Cediendo a la voluntad de la Madre de Dios, según los sueños de la monja, se decidió construir una capilla para ella en el lugar donde se encontró el icono.

Sean ciertos o no los elementos de esta historia, lo cierto es que hoy el santuario de Vrissi alberga un icono de la Virgen María datado científicamente entre finales del siglo XIV y principios del XV y frescos que se cree que son de la misma época. Existen pruebas de que, en la década de 1830, el icono fue transportado a Constantinopla para ser recubierto de plata por iniciativa de una mujer de la ciudad de Aetofolia, en Tonis, que deseaba expresar su gratitud por una curación milagrosa.

La primera capilla se construyó hacia 1642. Ampliada posteriormente en varias ocasiones, está dedicada a los papas Juan Pablo II y Pablo VI, así como a Juan XXIII, que mantuvo un vínculo especial con el santuario. Antes de ser elegido Papa, el entonces arzobispo Angelo Giuseppe Roncalli, delegado apostólico en Grecia, celebró misa en Vryssi el 15 de agosto de 1937. Al año siguiente, el 3 de mayo de 1938, envió al santuario un cáliz de plata grabado con su nombre, acompañado de una carta en la que rendía homenaje a la Virgen María como la que "da salud, vida y bendición".

Además de la capilla, Vryssi ofrece hoy un santuario al aire libre, inaugurado en 1994, y algunos lugares de acogida a los peregrinos. 

"Todos los días vienen peregrinos a visitar el santuario, y durante los días de fiesta a veces recibimos hasta 3.000 personas", explica a la CNA el padre Francesco Vidalis, canciller de la diócesis y rector del santuario. La mayoría de los peregrinos proceden de Tinos, pero también de otras partes de Grecia y, durante los meses de verano, del extranjero.

En la parte posterior de la capilla, se exponen a la vista de los fieles numerosos exvotos -ofrendas religiosas o testimonios concedidos tras favores recibidos-. El testimonio más reciente se remonta a "sólo unas semanas", explica Vidalis. Una mujer escribió al santuario afirmando haber sido curada por intercesión de Nuestra Señora de Vryssi. El abate Alexandre Perros, otro sacerdote católico de la isla, dijo a CNA: "Nunca hemos intentado reconocer aquí un milagro, aunque haya casos para ello."

Vryssi está marcada por dos grandes acontecimientos: la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, el 15 de agosto, y una celebración que tiene lugar el primer domingo de mayo, que comenzó en vísperas de la Primera Guerra Mundial para los soldados que se preparaban para partir al frente.

Un acontecimiento significativo en la celebración de mayo contribuye al renombre de Vryssi: Desde 1967 se concede una bendición especial a los conductores. Se recita la "oración del conductor", implorando del cielo "una mano firme y una mirada vigilante". Los conductores piden "prudencia, alegría y calma" y protección contra la "manía de la velocidad" cuando están al volante. A continuación se bendice a conductores y vehículos de todo tipo. 

El santuario de Vryssi sigue siendo un lugar de gran devoción para los habitantes de Tinos. "Todos los sacerdotes de la isla se turnan para celebrar misa todos los jueves", explica Vidalis. 

Además, una comunidad de cinco monjas de la Congregación de las Siervas de la Virgen de Matarà ofrece diariamente oraciones y rosarios. Y numerosos voluntarios ayudan en el mantenimiento del lugar.

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