La devoción a María Desatanudos ha tenido un alcance mundial desde finales del siglo XX, luego que el ahora Papa Francisco difundiera la imagen del cuadro de "María, desatanudos". Tras este hecho se empezó a realizar rápidamente una novena especial en honor a esta Virgen. La novena a María que desatanudos propone, durante nueve días, poner un nudo específico en las manos de María para que ella pueda interceder por nosotros ante Dios y alcanzarnos sus gracias.
Programa de la Novena a María Desatanudos
Cada día de esta novena, rezamos:
- El acto de contrición
- La súplica a María desatanudos (se presenta el nudo a María y ponemos a sus pies una intención particular que llevamos en el corazón: una herida, una dificultad, una carencia, una espera que nos impide encontrar la paz)
- Las tres primeras decenas del Rosario
- La meditación del día
- Las otras dos decenas del Rosario
- La oración final a María desatanudos.
En ocasiones, se puede simplificar la novena, es decir, se puede reducir el número de Avemarías que se rezan. Lo más más importante aquí es poder perseverar hasta el final de los nueve días.
Día 1: María, nueva Eva: "Santa María, dame la fuerza para perseverar en mi amor por Dios. Que no sólo recurra a Él en los momentos difíciles, sino que aprenda a dar gracias por todos sus dones: los que veo y los que no veo".
Día 2: María, llena de gracia: "Oh Madre, ayúdame a mantener un corazón puro, en mi amor por Dios y por mis hermanos. Haz que expulse de mi corazón todo rastro de egoísmo y todo rastro de orgullo".
Día 3: María, sierva del Señor: "Santa María, Mediadora y Madre mía, enséñame a valorar los bienes terrenales según los bienes del cielo. Que yo, con mis esfuerzos, logre seguir los pasos de tu Hijo y así alcanzar el reino de los cielos".
Día 4: María, bendita entre las mujeres: "Santa María, Madre de Dios, te pido que inspires las oraciones que elevo a mi Padre celestial. Que su misericordia se derrame sobre mis seres queridos y sobre los que amo".
Día 5: La fe de María: "Bendita Madre del Señor, enséñame a amar con tu sencillez, la vida y todo lo que me rodea. María, madre generosa, esposa ejemplar, concédeme que me anime, como a ti, el amor incondicional de mi prójimo".
Día 6: María, asociada a la misión de Cristo: "Oh María, mi protectora, ayúdame a resolver esta red de problemas que yo mismo creo y permíteme amar a nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, por encima de todas las cosas".
Día 7: María, la primera en escuchar la palabra de Dios y en cumplirla: "Querida Virgen María, enséñame a amar como tú amaste a Jesús. Enséñame a entregarme siempre a Él y a mis hermanos, en un amor libre, generoso y desinteresado, como el suyo".
Día 8: María, Mediadora de todas las Gracias: "María, tú que desatas los nudos, fiel servidora de los intereses del Señor, haz que me anime constantemente el amor al prójimo: esto será una prueba de mi amor a Dios. Ayúdame a entender que no es posible para mí amar a Dios si no amo a mis hermanos."
Día 9: María, Madre de Dios y nuestra Madre: "María, madre mía, te ruego que desates el origen de mis problemas. Guíame en mi misión de transmitir todos los días la Palabra del Señor para que con mi ejemplo diario pueda llevársela a los que no tienen fe".
Aunque las meditaciones y oraciones del Padre Celeiro son las más comunes, existen otras novenas con el mismo formato.
Confía los nudos de tu vida a María
Es bueno empezar por elegir la intención, el nudo que no podemos desatar y que deseamos confiar a María durante los nueve días de la novena. Este nudo puede ser cualquier dificultad que nosotros, o un ser querido tenga, esto puede incluir la dificultad espiritual, material, las pruebas de la vida, la enfermedad, la depresión, la adicción, una ruptura, problemas de la pareja, la búsqueda de un trabajo o una vivienda, etc. Algunos nudos son heridas profundas, otros son preocupaciones relacionadas con las situaciones que estamos atravesando.
Por estas razones, Hozana te propone unirte a la novena en línea a María Desatanudos, para que puedas presentarles tus dificultades a la Virgen, pues ella, con toda su paciencia y ternura, como una madre amorosa, desatará estos nudos y nos llevará a alcanzar la misericordia del Padre.
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