Del sitio Marie de Nazareth:
En la primavera de 1187, Berry (Francia central) fue escenario del enfrentamiento entre las casas reales de Francia e Inglaterra. El departamento del Bas-Berry estaba entonces en manos del inglés Enrique II Plantagenêt.
Habiendo reunido su ejército en Bourges, Felipe II, rey de Francia, marchó sobre Châteauroux, una fortaleza cerca de Déols (Berry). El hijo de Enrique II Plantagenêt, Ricardo Corazón de León, pone entonces el lugar en estado de defensa y da la orden a sus tropas de apropiarse de todos los alimentos que pudieran encontrar, después de quemar la pequeña población de Déols y destruir el monasterio.
El sábado 30 de mayo de 1187, al caer la noche, la situación se hace crítica. Los habitantes de Déols se reúnen frente al portal de la iglesia de la abadía, donde las puertas están cerradas. Sus oraciones dirigidas a la Santísima Virgen María, cuya escultura está sobre el portal, provocan las burlas de algunos asaltantes pertenecientes al cuerpo del ejército de Ricardo. Una piedra,lanzada por uno de los soldados contra la estatua de la Virgen, rompe el brazo del Niño Jesús. ¡El brazo cae al suelo y un chorro de sangre brota de la piedra mutilada! En autor del sacrilegio se desploma sin vida al suelo.
La noticia se propaga durante la noche entre los soldados de Ricardo, creando una verdadera psicosis. Al día siguiente, los caballeros vienen a presenciar el prodigio y se pelean por las piedras manchadas de sangre como preciosas reliquias. Encuentran el brazo de piedra todavía húmedo y rojo de sangre. Un “personaje ilustre” toma sigilosamente el brazo y lo envuelve en un paño. Mezclándose con la multitud, logra ocultar su robo.
Esa misma noche, el conde Ricardo publica un edicto que castiga con la muerte a cualquiera que se atreva a apoderarse de los bienes de la abadía. El Rey de Inglaterra en persona, acompañado de sus hijos, viene a visitar el monasterio.
El milagro golpea profundamente los espíritus. Ricardo Corazón de León no solo no prendió fuego a la ciudad de Déols, sino que retiró sus tropas, ¡dejando al enemigo con una gran ventaja! ¡Pero la emoción fue tan grande en el campo francés como entre los ingleses! El hecho es que la tregua observada por los dos ejércitos, inmediatamente después del milagro, determinó que el rey de Francia entrara en negociaciones con Ricardo Corazón de León y quizás con el mismo Enrique II.Estas largas conversaciones conducen, el 23 de junio, a la paz.
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