Se apareció María a la beata Coleta, franciscana, y le mostró al niño Jesús todo llagado, y le dijo: - "Así tratan continuamente los pecadores al Hijo mío, renovándole a él la muerte y a mí los dolores. Ruega por ellos, hija mía, para que se conviertan."
Y la venerable sor Juana de Jesús y María, también franciscana, meditando un día precisamente en Jesús niño perseguido por Herodes, escuchó un gran tumulto, como de gente armada que fuera en persecución de alguien; y después vio ante sí a un niño hermosísimo, todo asustado, que venía corriendo hacia ella y que le dijo: - “Juana mía, ayúdame, escóndeme; soy Jesús de Nazaret que vengo huyendo de los pecadores que me persiguen como Herodes y me quieren matar. Sálvame tú”.
ORACIÓN PIDIENDO AYUDA Y PERDÓN
¿Será posible, Virgen María,
que después que tu Hijo ha muerto
a manos de los hombres,
que lo persiguieron con saña mortal,
aún sigan estos ingratos
persiguiéndolo con sus pecados
y afligiéndote a ti, Madre dolorosa?
¿Y que yo sea también
uno de esos desagradecidos?
Madre mía dulcísima,
da a mis ojos lágrimas
para llorar tamaña ingratitud.
Y por los trabajos que padeciste
en la huida a Egipto,
asísteme con tu ayuda
en mi viaje hacia la eternidad,
para que al fin pueda llegar
a amar para siempre, unido a ti,
en la patria de los bienaventurados,
a mi perseguido Salvador.
Amén
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