Del sitio Un Minuto con María:
Los pastores oyen cantar a los ángeles la presencia del Cristo encarnado. Corriendo como hacia su pastor, Lo contemplan como un Cordero Inmaculado, alimentado por el seno de María, a quien cantan este himno:
¡Salve, Madre del Cordero y del Pastor!
¡Salve, redil de las ovejas espirituales!
¡Salve, refugio contra las fieras invisibles!
¡Salve, llave de las puertas del Paraíso!
¡Salve, fuente del regocijo de los Cielos con la Tierra!
¡Salve, armonía de las voces terrestres con los coros celestiales!
¡Salve, boca de los apóstoles que no se callan!
¡Salve, fuerza invencible de los mártires!
¡Salve, sostén inconmovible de la Fe!
¡Salve, señal resplandeciente de la Gracia!
¡Salve, vencedora del infierno!
¡Salve, mediadora de la Gloria!
¡Salve, Esposa siempre Virgen!
Los magos han visto la estrella que conduce a Dios. Siguiendo su resplandor la toman como antorcha para llegar a la Luz verdadera, para alcanzar lo Inaccesible y se alegran, proclamando: Aleluya!
Himno Acatista a la Madre de Dios
atribuido a Romanos le Mélode (+ 560)
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