El Santuario de la Virgen del Toro es una ermita situada en la cima del Monte Toro (la montaña más alta de Menorca), está consagrada a la Patrona de Menorca (Nuestra Señora de Monte Toro "o del Toro").
Según cuenta la tradición secular, la imagen fue encontrada en el siglo XIII por un padre mercedario, que se encontraba en su convento de Llinàritx. Una noche, el anciano padre vio cómo se alzaba hacia el cielo una columna de luz resplandeciente, desde la cima del monte, repitiéndose el extraño fenómeno en noches sucesivas. Creyendo se trataba de una manifestación sobrenatural, decidió contárselo al prior del convento.
A la noche siguiente, los monjes de la comunidad subieron en procesión hasta la cima del monte Toro. Pero la ascensión se hacía cada vez más penosa y difícil, a lo que había que añadir que tampoco sabían muy bien que camino seguir para llegar a lo alto. De repente les salió un toro furioso que les cerró el paso, pero al ver el toro la "Cruz de Guía" procesional y los crucifijos que portaban los monjes, se amansó y los guió monte arriba entre la densa maleza.
Repentinamente se encontraron con unas enormes piedras que obstaculizaban la marcha de la expedición. La estupefacción y el asombro se apoderaron de los monjes, al contemplar cómo el toro las embestía con su poderosa cornamenta destruyéndolas, quedando nuevamente el camino expedito. Desde entonces, este lugar es conocido como el "pas del bou" (el paso del toro).
Al llegar a la cima, el insólito animal se inclinó ante la entrada de una cueva de la que salía una luz prodigiosa y en ella encontraron la imagen de la Virgen con el niño Jesús en brazos. Los monjes la trasladaron solemnemente a su convento, pero al día siguiente desapareció la imagen y la encontraron nuevamente en la cueva de la cima del monte. Ante este milagroso suceso los monjes comprendieron que era voluntad de la "Señora" morar en la cueva del Monte Toro, por lo que construyeron en dicho lugar una capilla para rendirle culto y más tarde, construyeron un convento a donde se trasladó la Orden de la Merced.
Desde el milagroso acontecimiento del siglo XIII, el monte Toro es el centro espiritual de la isla y lugar de peregrinación para todos los menorquines, quienes suben anualmente en romería para venerar a su patrona, la “Santísima Virgen del Toro”, cuya festividad se celebra el 8 de mayo.
La iglesia, que data de 1670, es coronada por una sencilla cúpula y cuenta con tres capillas laterales. En una de estas capillas se muestra la cueva donde se encontró la imagen, así como el ánfora donde permaneció escondida bajo tierra entre 1936 y 1939, después de que un campesino de Es Mercadal la salvara del fuego.
Sin embargo la imagen original de la Virgen había sido destruida por un incendio anteriormente, y la que actualmente se venera en el Santuario del Toro la regalaron a la congregación siete obispos que participaron en el Concilio de Trento que llegaron a la isla después de salvarse de una terrible tormenta. La imagen, es una talla de madera, se encuentra en la capilla del Altar Mayor.
Adosada al santuario, formando una de las paredes del patio de entrada, hay una torre defensiva de planta tetraédrica construida en el año 1558 sobre una antigua atalaya que permitía advertir a la población, mediante señales de fuego, de la llegada de naves enemigas. Entre 1595 y 1835 el santuario fue un monasterio de frailes agustinos. Actualmente el santuario es gestionado por una comunidad de religiosas franciscanas de la Misericordia.
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