En pleno siglo XVII una milagrosa multiplicación del vino de una pequeña tinaja obrada el día 25 de Enero de 1677, en plenas fiestas de Nuestra Señora de la Paz, vino a conmover la tranquila vida de la villa de Alcobendas. Tuvo lugar tan portentoso suceso en casa de Juan Perdiguero Peñalosa, vecino de Alcobendas y prioste encargado de la realización de las fiestas de dicho año. La tinaja milagrosa se conserva en la ermita de Ntra. Sra. de la Paz, e igualmente se mantiene en pie la casa donde se produjo el milagro, sita en la actual calle de Pablo Picasso nº 22, donde una placa colocada en el año 1987 nos lo recuerda. Cumplida información del suceso se conserva tanto en el Archivo Municipal de Alcobendas como en el Archivo Diocesano de Madrid, donde se custodia el archivo histórico de la parroquial de San Pedro. También se encuentra localizada en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid una copia autorizada y magníficamente encuadernada de la extensa información del milagro que fuera enviada a la casa real, en 1777, a instancias de Carlos IV entonces príncipe de Asturias.
De esos documentos históricos se transcribe la carta en la que el cura párroco de Alcobendas, licenciado don Domingo de Mier, daba cuenta al vicario de Madrid del portentoso suceso: «Doy cuenta a V.m. cómo habiéndose celebrado la festividad de Nuestra Señora de la Paz, ermita de esta villa, ayer domingo veinte y cuatro del corriente, uno de los priostes que celebraban la fiesta para el gasto dispuso en su casa una tinajilla de vino hasta cosa de diez arrobas, y siendo así que se gastó la víspera y día todo lo que fue menester, y estando por la noche última de la fiesta con muy poco vino, que dicen habría cosa de media arroba en ella, esta mañana, día de la fecha de ésta, se halló la tinaja en el mismo ser que la puso el primer día, con las diez arrobas de vino. El prioste dio noticia de que era milagro lo que había sucedido en su casa. Concurrió tanta gente, así de esta villa como de Madrid, que se continuó por espacio de más de cinco o seis horas sacando vino con cuartillas, jarros, bebiendo toda la gente, que fue mucho el concurso. Me dieron cuenta de este caso y estuve más de dos horas viendo sacar el vino, acompañándome la justicia, sacerdotes, religiosos y escribanos de esta villa, y a mi parecer se sacarían, según la cuenta que hubo, más de treinta arrobas, haciendo poco vacío la tinaja, y después de tanta máquina de vino, que ha sido en cantidad considerable, se quedó buena parte en la tinaja. La he hecho guardar y para disponer lo que más convenga del servicio de Dios, honra y gloria suya.».
Efectuadas las oportunas averiguaciones, el Arzobispo primado de Toledo remitió la información obtenida a consulta de su consejo de la gobernación formado por varios catedráticos, quienes dieron su unánime parecer de tratarse de obra sobrenatural y milagrosa, por lo que visto el parecer de su claustro, el primado de Toledo, cardenal don Pascual de Aragón, en fecha de 10 de Abril de 1677 aprobó la calificación del suceso como milagro, acordando «dar licencia para que se publique el prodigio y milagro”. Desde entonces se ha venido celebrando en Alcobendas, tras la festividad del 24 de Enero de Ntra. Sra. de la Paz, el siguiente día 25 como día del Milagro, con especiales actos en las fechas coincidentes con cada uno de los tres centenarios habidos desde entonces.
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