Del sitio María de Nazareth:
En Bra, pequeña ciudad de la provincia de Cúneo, integrada a la diócesis de Turín, el 29 de diciembre de 1336 en la tarde, una joven esposa, a punto de ser madre, pasaba al lado de una columna votiva dedicada a la Virgen en la periferia de la pequeña ciudad. Dos soldados de una de esas compañías que recorren los campos se habían escondido ahí. Egidia Mathis, se llamaba la mujer, al verse agredida por los dos, cuya intención era violarla, a pesar de su embarazo avanzado, se arrodilla desesperada ante la imagen de la Virgen pintada en la columna e invoca su ayuda.
De la imagen surgió de pronto un rayo de luz que cegó a los dos hombres quienes huyeron precipitados. Luego, al lado de Egidia la Virgen misma se apareció y la reconfortó durante algunos minutos asegurándole que el peligro ya había pasado y la visión desapareció, pero debido a la emoción y al miedo el parto tuvo lugar al instante, al pie de la columna. Con el recién nacido envuelto en su bufanda la joven madre consiguió llegar a la casa más próxima.
La noticia sobre este acontecimiento prodigioso se expandió rápidamente por la ciudad: la gente corrió en multitud hacia el lugar de la agresión y de la aparición. Ahí las esperaba un espectáculo extraordinario: la columna estaba rodeada de un espeso zarzal cubierto de flores blancas, a pesar del clima riguroso de finales de diciembre. Desde entonces florecen el mismo día siempre.
La "Madonna dei fiori" de Bra, con sus floraciones fuera de estación que se repiten desde hace 650 años, constituye un auténtico enigma científico. El zarzal florecido que se ve todavía vigoroso detrás de la verja es de prunus spinoza, para utilizar el nombre científico, conocido vulgarmente como « endrino.» espineta o espina negra. Pertenecen a la familia de las rosas y florecen habitualmente una sola vez al año, a partir de marzo si la estación es clemente, de abril si el clima es riguroso.
Desde el siglo XVII los científicos piamonteses, entre ellos los de la facultad de agricultura de la Universidad de Turín, han procedido varias veces a estudios meticulosos quienes han establecido que estos zarzales prodigiosos son desde todo punto idénticos a los que crecen libremente por el campo en la comuna de Bra.
No existe ninguna razón geofísica de corrientes subterráneas electromagnéticas o hidráulicas que pueda explicar la extraordinaria floración invernal que no se produce en ninguna otra parte. Además esas plantas están expuestas al norte, es decir que benefician apenas de la luz y del calor solar y no de un microclima favorable.
Naturalmente, como sucede a menudo en estos casos, se dieron ciertas coincidencias, que bajo la fe no pueden ser vistas como producto del azar. Por ejemplo, durante el invierno 1877-78 se constata que no hubo flores a finales de diciembre. Las primeras aparecieron apenas el 20 de febrero. Al día siguiente se supo la noticia en Bra, que a la misma hora había sido elegido el sucesor de Pío IX, Vicente Joaquín Pecci quien tomó el nombre de León XIII.
Pero más extraños resultan los vínculos con el Santo Sudario, guardado en la misma diócesis, en la catedral de Turín. El florecimiento que dura unos diez días, se prolonga por más de tres meses durante el invierno de 1898-99 y coincide con el momento solemne en que el Sudario es fotografiado por primera vez.
El 23 de noviembre de 1973, por decisión de Pablo VI, el Santo Sudario fue televisado por primera vez. Ese año con mucha anticipación en relación a lo habitual, los rosales del santuario ya estaban florecidos y las flores duraron hasta la primavera siguiente. Otros fenómenos, fuera de lo común, se dieron durante la presentación del Sudario en 1978 cuando en medio de los tres millones de peregrinos se encontraba el arzobispo de Cracovia, luego Papa bajo el nombre de Juan Pablo II.
29 de diciembre de 2017
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