La leyenda de Chamorro surgió en Serantes, una pedanía de Ferrol, en la provincia de La Coruña, en Galicia. En esta zona existía un lugar sagrado de la época prehistórica, a juzgar por los petroglifos del neolítico que fueron encontrados en ese emplazamiento. En el siglo XVI la iglesia cristianizó este lugar de culto construyendo una iglesia e instalando en su interior una imagen de la Virgen con el Niño, románica del siglo XII, llamada Virgen del Nordés.
Una primera historia cuenta que en el siglo XVII un pescador de la zona de Ferrol estaba faenando, cuando sobrevino una tormenta y el mar se embraveció. Su pequeña barca pesquera era muy modesta y no podía afrontar el temporal. El pescador, viendo que no había solución y que se iba a ahogar, pidió ayuda a la Virgen del Nordés. Mientras imploraba en gallego, exclamaba "¡Xa morro!", que significa “¡ya me muero!”. Siempre según la leyenda, la Virgen del Nordés acudió a sus gritos y salvó al pescador.
Cuando los demás habitantes de Ferrol supieron lo sucedido, empezaron a llamar a la Virgen del Nordés “Virxen de Xa morro”, nombre que más tarde derivó en Chamorro. Además, convirtieron a dicha Virgen en patrona de la ciudad de Ferrol, como agradecimiento por haber salvado la vida a uno de sus ciudadanos. Actualmente la iglesia es conocida por ambos nombres, pero en Ferrol y todo su entorno se utiliza mucho más el nombre surgido de la leyenda, Ermita de la Virgen de Chamorro, que el nombre originario Capilla de Nuestra Señora del Nordés.
Una segunda historia cuenta que fue encontrada en el hueco de una roca por unos niños huérfanos y pobres, se supone que estaría allí escondida para preservarla de los moros. Aquellos niños sólo poseían un atillo con ropa, un perro y dos o tres cabras que pastaban en un monte con poco verde y muchas piedras de Serantes, localidad perteneciente al municipio de Ferrol.
La gente del lugar veía como los niños se arrodillaban al atardecer para rezar el Angelus saludando a la Virgen María.
En un día de gran viento y mucha lluvia, propio de la zona, se pudo contemplar una gran llamarada en forma de arco iris. Los vecinos del lugar comenzaron a preocuparse por los niños, pensando que podían haber muerto, ya que el temporal había sido demasiado intenso, sin embargo, al cabo de un tiempo los vieron bajar del monte muy contentos, alabando y cantando a la Virgen. No quisieron contar nada hasta que se reunió todo el pueblo, convenciéndoles para que subieran al monte y vieran las pruebas de lo que había sucedido.
Allí les enseñaron unas rocas muy grandes, aún se conservan, donde estaba grabada una imagen de la Virgen. El hecho milagroso que narraron fue que la Virgen Santísima bajó de los cielos con su hijo y se había sentado en aquella roca. Habló con ellos, mientras llovía a cántaros y el manto bordado de María permanecía completamente seco. La promesa de la Virgen fue de grandes favores para la comarca y que en tres días enviaría por medio de los ángeles, una imagen suya que todos debían reverenciar.
Así sucedió, apareció una imagen pequeña de rica talla y vestidura de seda con piedras preciosas. Se pensó en construir un templo y bajaron la imagen en procesión a Serantes, pero con sorpresa contemplaron al día siguiente que la imagen había desaparecido, hasta que volvieron a encontrarla entre las rocas del monte, por lo que pensaron que era allí donde la Virgen quería estar. Y allí se levantó la ermita.
La tercera historia se sitúa en la remota Edad del Bronce. Dice la leyenda de la ermita que unos pastores que pastoreaban un día por ese monte, se encontraron la imagen de la virgen de Chamorro en una roca pidiéndoles que en su honor se levantase allí mismo una ermita para ella.
Pues bien si entramos hoy día en esta ermita, aún podemos contemplar esta roca ejemplar en la ermita (con una cruz cristiana grabada), parte de ella, la otra parte sale por una de las paredes al exterior, lo cual, ya es algo anormal, en el exterior al lado de esta roca hay otro grupo de rocas la cual una de ellas porta historia desde el bronce con una serie de petroglifos de círculos concéntricos, y en cuanto a la roca en la cual vieron a la virgen, no es mas que una roca de abalar, siendo esta cristianizada con esa cruz grabada y con esa ermita.
Tenemos pues bien aquí un lugar de importantísimo culto pagano cristianizado, la teoría que nos lleva a lo siguiente: Cuando llegó la iglesia al lugar e intentó cristianizar la zona de las piedras, levantaron el santuario al lado de las rocas, por lo que el pueblo seguía pasando del santuario cristiano y seguía yendo a visitar las rocas, esto está corroborado debido a la aparición de antiguos restos de muros hasta donde llegaban anteriormente.
Lo que hizo la iglesia al ver que no podían sacar ese arraigo de la forma en que lo hicieron, fue poner la ermita encima de la roca de abalar, con el fin de que si querían visitar la roca de abalar, no les quedase mas remedio que entrar en santuario cristiano, quedando así cristianizada la zona incluso con la bienvenida de un cruceiro.
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