La vidente fue Cecilia Geyer.
"Construidme aquí una capilla y aplastaré la cabeza de la serpiente infernal. La gente vendrá en multitudes y yo derramaré ríos de gracias sobre ella. Y ahora ve a adorar a mi Divino Hijo en el Santísimo Sacramento. ¿Y dónde puedo hacerlo? Si a esta hora el Santo Sacramento no está expuesto en ningún lado.
Entonces, ante a mis ojos sorprendidos apareció en el lugar que me designó una capilla. En su interior, sobre un altar, Jesús brillaba en una custodia magnífica que proyectaba por todos lados rayos de luz maravillosos."
Desde en 1936 Wigratzbad ya había recibido una visita de la Virgen María que se le había aparecido a una enferma de nombre Antonia Radler, quien había sido curada milagrosamente durante la octava de la Inmaculada Concepción, el 15 de diciembre de 1936.
Desde entonces, ahí se venera a Nuestra Señora bajo la advocación de “Inmaculada Concepción, Madre de la Victoria”
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