Del sitio
El Eco de Valdepeñas:
Con motivo de estos días dedicados a Nuestra Patrona La Virgen de
Consolación, quiero acercaros a todos los interesados creyentes o no
sobre un el análisis de un documento del siglo XIX, con el título
Apuntes Históricos acerca de la Milagrosa Imagen de Ntra Sra de
Consolación, Patrona de Valdepeñas, escrito por D. José Vasco Santamaría
y D. Cándido Camacho en el año 1867.
Sobre el origen
de dicha imagen debemos de decir que se fundamentan en leyendas piadosas
para dar explicación al inicio de su devoción por parte de los
valdepeñeros, y por tanto no tiene un valor de rigor histórico
demostrable. Este tipo de leyendas es típico en La Mancha, donde suelen
aparecer personajes relacionados con la labor pastoril y con
encontronazos con imágenes por casualidad o bien porque la providencia
hace acto de presencia y indica el lugar del tesoro escondido de una
efigie Mariana.
Para comenzar transcribiremos diversos
pasajes de dicho documento para tener una visión generalizada de lo que
de forma oral se iba transmitiendo de padres a hijos del inicio y
origen de la Virgen de la Virgen de Consolación que no es otra que dar
vista a un niño ciego.
"Era el año 711 y en aquellos aciagos
días de la irrupción de los árabes en España, dejaba de existir la
antigua y famosa ciudad de Oreto, distinguido municipio que fue bajo la
denominación de Roma favorecido más tarde por nuestros Reyes visogodos
que establecieron en ellos una silla Episcopal, cuyo digno esperado
consta que asistieron a los célebres Concilios Toledanos."
"
Por
ello se situaba junto a los márgenes del río Jabalón y su clima
insalubre fue causa de que su población disminuyera notablemente en los
últimos años del reinado de D. Rodrigo."
"Al
avanzar los musolines por la vertiente de la cordillera para invadir los
campos oretanos, su célebre capital ya no podía poner resistencia
alguna, y el aspecto de la ciudad revelaba su antigua grandeza y poderío
y los pocos habitantes que residían en ella, huyeron a otros puntos a
fin de evitar las vejaciones que la codicia de los invasores les
preparaban."
"Una familia de aquellos infortunados
moradores tomaron el mayor tesoro de su casa en que consistía en un
precioso simulacro de la Virgen María, echándose a los brazos de la
morosa providencia. Subieron por la derecha del margen del río Jabalón y
al llegar al Cerro de Castilnuevo dirigieron rumbo hacia el norte
haciendo alto en una pequeña aldea de la de entonces en medio del camino
que se dirige hoy hasta la villa de Manzanares."
"Dicha
aldea quiso entonces estar habitada por pastores. La fugitiva familia
encontró cariñosa hospitalidad en una pequeña casa donde moraba un
pastor con un joven zagal, y este lloraba por su hijo que se había
quedado ciego."
"A la mañana siguiente el viejo pastor
lloraba de alegría puesto de rodillas ante la bella efigie, que le
mostraba enternecidos los fugitivos huéspedes que la noche anterior
habían recibido. Lloraba de alegría porque su hijo había recobrado la
vista por intercesión de la Reina de los Cielos, lloraba de alegría
porque su corazón paternal había sido consolado, por lo que era
esperanza y consuelo de los afligidos. Agradecido el dicho pastor, el
singular beneficio que recibía de María y llamó su hermosa imagen La
Virgen de Consolación, no permitiendo que aquel tesoro saliera de su
casa escondiéndola luego dentro de una pequeña cueva para que no
pudieran profanarlo los sectarios de Mahoma."
"La
tradición de estos hechos se conservó constantemente entre los demás
pastores que habilitaron aquella aldea más cuando en 1212 en la gloriosa
batalla de Las Navas de Tolosa, aseguraron los castellanos de la
posesión de La Mancha, se erigió entonces una reducida capilla en honor a
la Virgen de Consolación, colocándose en ella la referida efigie para
que la veneraran todos los habitantes de aquel caserío, el cual desde
aquella hora empezó a llamarse la Consolación y cuyo nombre
prácticamente conserva hoy"
En otros fragmentos del
documento se nos habla sobre el litigio que ganó Valdepeñas de la parte
de la dehesa y ejido de Aberturas, cuya disputa mantuvieron desde los
siglos XV al XVIII con las villas del Moral, Manzanares y Membrilla,
momento en el que a la Virgen se le considera oficialmente Patrona de
Valdepeñas.
"Al saber el resultado del litigio los
valdepeñeros, su entusiasmo fue grande y no conoció límite y al instante
el municipio la proclamó solemnemente a Ntra Sra de Consolación,
Patrona de Valdepeñas, edificandole en aquel lugar un hermoso templo y
estableciendo una gran cofradía cuyas constituciones fueron aprobados
por el consejo de Castilla."
De hecho la cofradía Virgen
de Consolación fue creada el 2 de septiembre de 1719, periodo de los
últimos compases del litigio que finalizaría a principios del siglo
XVIII.
Las fiestas de septiembre de la virgen de
Consolación hasta la llegada de la guerra de la Independencia entre
1808-1813 el cual la efigie se quedó desde entonces en la parroquia Ntra Sra de la Asunción, y aunque hubo varios intentos de reformar la ermita de las Aberturas en los años 1822 como incluso a principios del siglo
XX, (anterior casa de la imagen, que fue destruida en la guerra por la
venganza de una madre que era santera del santuario quien perdió a su
hijo por los franceses, y está inmolándose prendió el polvorín del
interior del templo con los franceses dentro, que es reconocida por la
"gesta de la fraila"), iban los valdepeñeros en romería hacia la ermita
y la dirigían hacia Valdepeñas para festejarla. El documento lo expresa
así:
"cuando llegase la época de la festividad de la
virgen se ponían en alegre movimiento los entusiastas religiosos,
cofrades y numeroso gentío que en unión de los capellanes se dirigían a
la ermita de Nuestra Señora distantes dos leguas de la población. Tomaban en
andas a la Sagrada Imagen y los sacerdotes con dulce acento entonaban el
Santo Rosario que era contestado devotamente por los fieles y se ponían
en marcha la procesión con el mayor orden. Cuando la comitiva daba
vista a Valdepeñas desde la Aguzadera le picaban las campanas que
anunciaban al cabildo y el ayuntamiento que la consoladora patrona viene
a hacer su entrada triunfal. Al llegar a la calle Real era ya de noche y
las luminarias y festejos se repartían sin cesar entonando todo el
pueblo el himno de Ave Maria Stella, y al día siguiente empezaba el
novenario. Al final de las fiestas se volvía a llevar a la Sagrada
Imagen a su santuario, con la misma pompa con que había venido. Y así
ocurría años tras año hasta que definitivamente la imagen de la virgen
se quedó en Valdepeñas"
Hasta aquí el fragmento del
escrito sobre la Virgen de Consolación, que con devoción los
valdepeñeros le dedican las fiestas patronales de septiembre que ya se
gestaba desde el siglo XV según un artículo de La Mancha Ilustrada.