Del sitio Aleteia:
El tercer secreto de Fátima reveló que el resplandor de Nuestra Señora podría detener un potencial conflicto global.
Las revelaciones privadas de Nuestra Señora de Fátima a Sor Lucía pueden ser perturbadoras para algunos, ya que muchos creen que partes de sus mensajes ya se han cumplido, mientras que otros piensan que los mensajes parecen predecir otra guerra mundial.
San Juan Pablo II abordó estas preocupaciones cuando publicó la tercera parte del “secreto” de Fátima en el año 2000. En este documento se registra la siguiente descripción de la revelación privada de Sor Lucía.
[Vimos] un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!.
El cardenal Joseph Ratzinger, futuro papa Benedicto XVI, escribió un comentario sobre la “espada de fuego” y cómo apareció Nuestra Señora de Fátima para predecir una nueva guerra mundial.
Y dijo que esta catástrofe potencial podría ser detenida por Nuestra Señora y su llamado a la penitencia. Examinemos ahora más de cerca las imágenes individuales:
“El ángel con la espada de fuego a la izquierda de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas del Libro del Apocalipsis. Este representa la amenaza del juicio, que se cierne sobre el mundo. La perspectiva que el mundo podría ser carbonizado en un mar de llamas, hoy no parece ya que sea una pura fantasía: el hombre mismo ha preparado con sus inventos la espada de fuego. La visión muestra después la fuerza que se contrapone al poder de la destrucción — el esplendor de la Madre de Dios, y, procedente en cierto modo de ello, la llamada a la penitencia”.
Ratzinger continúa explicando cómo esta guerra pendiente no está escrita en piedra, sino que puede prevenirse.
“Se subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está de hecho determinado de modo inmutable, y la imagen, que los niños vieron, no es un film anticipado del futuro, del que nada podría ser cambiado. Toda la visión sucede en realidad sólo para apelar a la libertad humana, para encaminarla en una dirección positiva… El sentido de la visión … es… el de movilizar las fuerzas del cambio al bien”.
La clave, según estas revelaciones privadas de Fátima, es seguir las palabras de Nuestra Señora y luchar por la conversión personal y comunitaria, practicando la penitencia por nuestros pecados y volviendo el corazón a Dios.
Siempre hay esperanza. El cardenal Ratzinger terminó su comentario con las siguientes palabras de Jesús. "Os he dicho esto para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis aflicción, pero tened ánimo, yo he vencido al mundo". (Juan 16, 33)
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