Una de las más hermosas tradiciones veraniegas del sur de Italia.
Cada tercer domingo de julio en las paradisíacas aguas de Villasiumus (Cerdeña) se festeja a la Virgen del Náufrago que se encuentra a 10 metros de profundidad bajo el mar.
La estatua de 3 metros de la Virgen María que sostiene al Niño Jesús en sus brazos y tiene el rostro vuelto hacia la superficie, es una obra del escultor Pinuccio Sciola.
Fue colocada el 8 de julio de 1979 cerca del Santuario de Bonaria, para invocar Nuestra Madre pidiendo la protección de los que se hacen a la mar y pedir por todos los desaparecidos que naufragaron en las aguas de Cabo Carbonara.
En honor a Nuestra Señora del Náufrago, se organizan dos días de ritos religiosos y espectáculos que atraen a un gran público con cantos, bailes y degustaciones de productos típicos de la región.
Entre los momentos más esperados y conmovedores recordamos la tradicional oración submarina junto a una evocadora procesión de barcos cubiertos de flores que se dirigen donde se encuentra la estatua sumergida.
El párroco del pueblo con su traje de submarinista y acompañado con un equipo de buzos, se lanza a los pies de la Virgen, recita una oración, que es escuchada por los fieles en la costa a través de altavoces.
Al finalizar los barcos como señal de saludo suenan las sirenas y arrojan guirnaldas de mil colores en el agua, que poco a poco van llegando a los pies de Nuestra Santa Madre, con el Niño Jesús que parece jugar con los pétalos.
En el puerto los esperan miles de turistas y la gente del lugar para comenzar la colorida fiesta en uno de los lugares más bellos de Italia.
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