El santuario mariano llamado "tal-Ħerba" en Birkirkara, dedicado a la Natividad de Nuestra Señora, es muy popular en todas las islas maltesas. Muchos emigrantes malteses en diferentes partes del mundo siguen manteniendo en su corazón la devoción a la "Madonna tal-Ħerba".
La capilla de Tal-Ħerba se hizo muy conocida por la curación milagrosa de una persona paralítica que se encontraba en las inmediaciones. La persona escuchó la campana del campanario de la capilla que informa a los habitantes que se celebraría una misa. Con dificultad el paralítico logró llegar a la Capilla; y con gran fe imploró a la Santísima Virgen ser curado. Este afortunado inválido sintió que una nueva fuerza invadía sus miembros. Podía ponerse de pie sin utilizar los andadores. Con lágrimas en los ojos dio gracias a la Virgen por esta extraordinaria gracia.
Personas de toda condición visitaron esta capilla para venerar esta efigie especial. Rezaban con entusiasmo por su intercesión. Los enfermos eran traídos aquí, otros atribulados por las dudas, los dolores, las depresiones y los temores pedían a María su ayuda maternal. Las personas en peligro, en tierra y en los mares, elevaban su mente a la madre celestial para que los mantuviera sanos y salvos. Se mencionan gracias de todo tipo y hay pruebas documentales en el llamado "ex voto".
Evidentemente, la capilla se quedó pequeña para acoger a los numerosos visitantes. Por ello, en el año 1640, la capilla fue ampliada y decorada. La fachada, incluido el pórtico, y el actual campanario están fechados en 1797. Hoy el santuario tiene forma de cruz latina con la cúpula. Se trata de añadidos que se construyeron a principios de los años veinte.
Los Caballeros de la Orden de San Juan hicieron donaciones especiales a la capilla de Tal-Ħerba. El retablo original, que actualmente se conserva en un altar de mármol blanco en la capilla original, fue donado por Chev De Pierre. Romualdo Doz fue el benefactor del frente de plata que cubre la Mensa del altar mayor. Su escudo de armas puede verse en relieve en la plata adornada con terciopelo rojo. De Rohan donó un artístico cáliz de plata y un aspersorio completo para el agua bendita. Wignacourt donó una lámpara de altar de plata colgante. La Vallette ofreció un precioso ramo de ganutillas. En el centro hay dos pequeñas estatuillas que representan a un maltés con una bandera en la mano, sosteniendo a un turco cautivo bajo su pie.
En esta capilla, a través de una puerta que suele mantenerse cerrada, hay una sala cuyas paredes están cubiertas del suelo al techo con ofrendas "ex voto" que conmemoran curaciones milagrosas. La mayoría de los objetos son cuadros, pero también hay restos como escayolas o muletas de bebés y similares. Está claro que, aunque algunos son muy antiguos, otros son definitivamente nuevos, lo que demuestra la continua fe de los devotos en los poderes curativos de Madonna tal-Herba.
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