9 de febrero de 2018

Nuestra Señora de Africa

Del blog El Centinela de Ceuta:

Ceuta, asentamiento de fenicios, griegos, romanos, cartagineses, godos, musulmanes y cristianos, tiene desde el siglo XV una historia preponderante portuguesa y desde el XVII mayoritariamente española.

Justamente en la ciudad ondea el Pendón de Portugal y España. Aunque en continente africano, su población (70.000 habitantes), su actividad y su desarrollo están en función de su vinculación católica ibero peninsular. 

Desde tiempos de Enrique el Navegante fue sede episcopal (1420) (unida actualmente con el obispado de Cádiz), y patria de Santa Beatriz de Silva y conoció una antigua advocación mariana con el título de “La Virgen Conquistadora”.

La leyenda cuenta que el emperador Justiniano, envió la imagen al gobernador Procopio. Se le estuvo rindiendo culto en la ciudad, hasta que se produce la invasión musulmana. Entonces, con objeto de que no fuese profanada, los cristianos ceutíes la enterraron. Pasó el tiempo y los portugueses reconquistan la ciudad. 

Un día, se divisó un resplandor sobre una loma a las afueras de la ciudad, descubriéndose allí la imagen de la Virgen, que sería llamada Santa María de África. Se trasladó procesionalmente a la plaza de armas, donde más tarde sería edificado el santuario. La tradición marcó el lugar de la supuesta aparición de la imagen con el nombre de “Otero de Nuestra Señora”, y así continúa denominándose en la actualidad.

Sin embargo, será precisamente una imagen de la Virgen Santísima la que recuerde a unos y a otros que aquel territorio es África y que Ella es también la Madre y la Reina de África y para eso su nombre no será otro que el de Santa María de África. Así quedó establecido por voluntad y decisión del Infante Don Enrique el Navegante cuando en 1421 envió a Ceuta una imagen de la Virgen con este mensaje: “Os envío una imagen de la Virgen, muy devota mía”. Añadía el mensaje que a esa imagen se le había rendido culto anteriormente y que para adelante la venerasen y nombrasen con la advocación de Santa María de África. Completaba el gesto el Infante con un rasgo de su personal piedad entregando a Nuestra Señora de África su bastón de mando o “Aleo”. Ceremonia ésta tan simbólica que luego repitieron los comandantes generales de la plaza de Ceuta.

Fue coronada canónicamente el 10 de noviembre de 1946. Y aunque siempre fue considerada patrona, no fue hasta el 24 de noviembre de 1949, cuando Su Santidad el Papa Pío XII otorga el breve pontificio declarando oficialmente el patronazgo.

El Ayuntamiento de la Ciudad la proclamó Alcaldesa Perpetua el 5 de marzo de 1654.

La escultura es una talla gótica de la segunda mitad del siglo XIV. Se presenta entronizada, sedente, y con el cuerpo muerto de Cristo en sus brazos, al estilo del paso de la Angustias o de la Piedad. La imagen está tallada en un solo bloque de madera, excepto la cabeza de Cristo y la mano izquierda de la Virgen, ahuecándose en la zona posterior, según costumbre de las imágenes destinadas a ubicarse en altares o retablos. Este hueco aparece cubierto en la actualidad por una tapa de madera formada por varios tablones.

En la figura de Cristo se conservaba, aunque bajo repintes, una policromía de gran calidad; en la Virgen, el proceso de restauración ha podido recuperar su fisonomía original, conservada íntegramente. En las vestiduras, los distintos repintes sufridos han hecho irrecuperable la policromía primitiva.

De los datos históricos se deduce que la imagen ya existía en 1421. Este dato y su estudio estilístico apuntan una cronología en torno al 1400. En cuanto a su autoría es anónima. Posiblemente fuese un artista foráneo en el país luso, pues era frecuente la presencia de artistas europeos en Portugal y por otra parte no parece posible vincular esta Virgen con ninguna de las obras portuguesas conocidas de ese momento. Los paralelos más cercanos se localizan en la imaginería germánica de los siglos XIV y XV.

Ceuta, punto neurálgico de tantos avatares y peligros de conflictos bélicos además de situaciones de precariedad en los recursos, ha necesitado en muchas ocasiones el socorro y auxilio de lo alto. Los ceutíes no han tenido otro amparo en sus problemas que acudir al poderoso patrocinio de la Reina de África y Ella ha sido más que Reina una Madre y una verdadera Protectora de sus hijos.

Por eso ya en 1651, en reconocimiento por el favor alcanzado en una epidemia, la proclamaron plesbicitariamente Singularísima Protectora y Patrona haciendo “Voto” de celebrar su fiesta. Voto que ratificó Ceuta en 1743 nombrándola Gobernadora con todas las formalidades de la época. Más tarde el Papa Pío XII confirmó ese patronazgo por documento pontificio de 1949 declarando a Santa María de África, Patrona de Ceuta. 

Santa María de África fue coronada canónicamente el 10 de noviembre de 1946 con corona de oro rematada con una cruz de brillantes y los escudos de España y de Ceuta. Fue un acto de fervor apoteósico y de alegría desbordante. 

No contenta con eso, Ceuta la nombró en 1954 Alcaldesa Perpetua de la Ciudad. Todavía más, Santa María de África es asimismo Capitán General de Tierra, Mar y Aire, y en tal calidad se le rindieron en su tiempo los honores de ordenanza. Por otra parte, la piedad de distintas épocas acumuló en su honor mantos preciosos, valiosas joyas, numerosos exvotos, cuadros y lienzos.

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