Del sitio Píldoras de Fe:
Oh siempre Virgen inmaculada,
tú
conoces mis necesidades,
mis problemas, mis sufrimientos;
dígnate lanzar
sobre mí una mirada de misericordia.
Al aparecer en la Gruta de Lourdes,
te has complacido en hacer de ella un santuario privilegiado,
desde el que dispensas tus favores,
y ya muchos sufrientes han obtenido
la curación de sus enfermedades,
tanto espirituales como corporales.
Vengo, pues, con la más ilimitada confianza,
a implorar tu maternal
intercesión.
Obtén, oh Madre amorosa,
la concesión de mis peticiones.
Me
esforzaré por imitar tus virtudes,
para poder compartir un día tu
gloria y bendecirte en la eternidad.
Amén
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