6 de febrero de 2025

Nuestra Señora del Monte Carpegna


 Del sitio Maria di Nazareth:

La cima del monte Carpegna, (1415 m s.n.m.) ha estado siempre dedicada al culto de la Virgen debido a la presencia de un antiguo santuario. La leyenda habla de una intervención milagrosa de la Virgen María que se apareció a unos niños pastores; tras esta aparición, se encontró una imagen de la Virgen en la montaña, colgada de un haya (de ahí el nombre de Santísima Virgen del Haya). Por devoción, la imagen fue transportada al pueblo, pero al día siguiente estaba de nuevo en la montaña, colgada del haya. La población tenía claro que la Virgen quería dedicarle un santuario en el monte Carpegna.

La noticia de la presencia de este edificio para el culto mariano se remonta a principios del siglo XIII (1205), cuando se hicieron legados a favor de la iglesia de Santa María en el Monte Carpegna. El hecho de que la pequeña iglesia fuera incluso objeto de legados y de que estuviera en manos de un rector son pruebas de la importancia que tenía en la época esta iglesia, dependiente de la abadía de Mutino.

La iglesia del siglo XIII debió de tener sin duda características muy diferentes de la actual, ante todo por su tamaño: mientras que la ermita actual tiene, además de la iglesia y un macizo campanario, una ermita, por supuesto, la antigua iglesia consistía simplemente en una pequeña celda, un único y modesto edificio mariano. Por esta razón, la ermita se llamaba también Santa Maria della Cella.

En diversas Actas y visitas pastorales, se menciona la iglesia de la Santísima Virgen de la Haya no sólo por los legados, sino también por las renovaciones financiadas por ellos. Sin embargo, la renovación más sustancial tuvo lugar después de la Segunda Guerra Mundial: en esta ocasión, se ampliaron las antiguas dependencias, se construyó un pórtico para el acceso independiente a la ermita y se erigió un nuevo campanario en el lugar que ocupaba la antigua celda; esta desafortunada decisión condujo inevitablemente a la destrucción completa del edificio original del siglo XIII. Desde entonces, la ermita nunca ha cambiado de aspecto, e incluso las recientes obras de consolidación y renovación se han llevado a cabo respetando totalmente la estructura preexistente.

Casi tan antigua como la pequeña celda debe ser la estatua de madera de la Virgen, pues ya en 1578 se hablaba de la necesidad de restaurar la estatua y el retablo que la enmarcaba, reparándolos y dorándolos de nuevo, arruinados por el tiempo debido a su antigüedad.

Desgraciadamente, en la actualidad, a la estatua de la Virgen, recientemente restaurada, le falta el Niño: la estatuilla original de madera fue sustituida por una figura de cartón piedra que, según los técnicos encargados, no se podía restaurar.

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