Adaptado del sitio Peninsular Punto Medio:
Cuenta la tradición que en España una pobre peregrina apareció frente a Fray Francisco de San Buenaventura implorándole una limosna, y ante la primera indecisión del religioso ella se apresuró a señalar que en otra ocasión él podría contemplar el ruinoso estado de su choza y con ello conocería toda la historia. Ante la súplica, el religioso dio a la menesterosa la única moneda que entonces tenía, un peso.
Trasladado a Yucatán, Fray Francisco de San Buenaventura emprendió como uno de sus primeros actos la visita pastoral de la extensa grey, y saliéndose del itinerario propuesto se dirigió a Tetiz.
En la población siguió a un pequeño grupo de peregrinos que se dirigía hacia un escuálido templo que funcionaba como iglesia en cuyo interior encontró una imagen de la Virgen María en la advocación de la Purísima Concepción, al ver la imagen, se dio cuenta de que era la misma menesterosa que tiempo atrás había acudido a él por limosna, también encontró aquella moneda que él había dado en ocasión de su primer encuentro, comprendiendo que aquel lugar era la choza que la mendiga calificó de vivienda.
Con ello, fomentó su culto en todo el obispado y propuso edificar un santuario en la población de Tetiz, lugar en el que precisamente se lleva a cabo la tradicional misa de petición de la Virgen para su visita a todas las comunidades durante el año.
A esta ceremonia que concluye con voladores y un convivio en el atrio, acuden fieles de todos los municipios cercanos, representados por sus Custodios, presidentes municipales y comisarios, que como parte de la tradición aportan un donativo para el mantenimiento de la iglesia que como antes mencionamos, se construyó en el siglo XVIII.
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