El 29 de noviembre es la fiesta de Nuestra Señora del Dormitorio en Caccamo, Italia. ¡Una habitación de monja que se ha convertido en un lugar de peregrinación!
El 25 de abril de 1594, a la edad de 14 años, Ana Enríquez de Cabrera se convirtió en monja benedictina en su ciudad natal de Caccamo, tomando el nombre de Sor Felicia. Sin embargo, muchos tormentos afligieron a la joven monja desde el principio. Incluso sus padres se habían opuesto a que entrara en el convento, porque querían que ingresara en una orden más rica y distinguida, dada la nobleza de su familia. Pero lo que más dolor le causó fue un tumor que le apareció en el paladar.
Tras padecer esta enfermedad durante 12 años, Sor Felicia se curó milagrosamente durante una aparición de Nuestra Señora en el interior de su dormitorio. Acompañada por San Luis Gonzaga y San Vicente Ferrer, la Santísima Virgen la curó tocándole suavemente la mejilla. Durante muchos años, se mantuvo encendida una lámpara en el lugar del milagro en recuerdo de este acontecimiento; muchas personas obtenían gracias ungiéndose con el aceite de esta lámpara.
Sor Felicia murió en olor de santidad a la edad de 35 años. Y 30 años después de su muerte, un intenso perfume de miel fue percibido por los presentes durante la exhumación de su cuerpo. En aquella ocasión, su mejilla llevaba una marca producida por el contacto de las purísimas manos de Nuestra Señora. El velo que cubría su rostro, antes negro, era ahora completamente blanco, lo que se consideraba un símbolo de su franqueza física, pero también de su pureza.
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