Este título de la Virgen nos recuerda la imagen de Jesús llamando a la puerta. Sabemos que Cristo llama a la puerta de nuestro corazón y que no se abre desde fuera, porque sólo puede entrar si se lo permitimos.
Lo mismo sucede con María. Si acogemos al Hijo, debemos acoger también a su Madre. Ella no llenará nuestras vidas si no se lo permitimos.
Es en este sentido que Nuestra Señora de la Llamada a la Puerta viene a nosotros: para ayudarnos a comprender que el camino hacia la intimidad con Cristo comienza con nosotros. Y no acogeremos al Hijo si no abrimos también la puerta de nuestro corazón a su Madre.
OREMOS:
Nuestra Señora de la Llamada a la Puerta,
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com
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