9 de septiembre de 2018

Nuestra Señora de Meritxell

El Santuario de Nuestra Señora de Meritxell se encuentra en la localidad de Meritxell, en la parroquia andorrana de Canillo. En él se rinde culto a la Virgen de Meritxell, patrona del Principado de Andorra.
El 6 de enero, el día de los Santos Reyes Magos, los habitantes de la aldea de Meritxell, se dirigieron a Canillo para celebrar con una misa un día tan señalado. Al pasar por donde hoy está situado el santuario, los habitantes divisaron un rosal en flor, con las hojas verdes como si fuese verano.
Extrañados al ver aquella planta en flor en pleno invierno europeo, se acercaron y encontraron a los pies del arbusto, una bella imagen de Nuestra Señora. Decidieron alertar a toda la gente y explicárselo al párroco. Cuando se acabó la misa, éste junto con todo el pueblo se dirigió hacia Meritxell para recoger la imagen y llevarla a Canillo. Después la colocaron en el altar y prometieron construirle un retablo adecuado. Al día siguiente, al entrar, se dieron cuenta de que la imagen ya no estaba, aunque las puertas de la iglesia estaban cerradas. Todos los habitantes de Canillo se quedaron sorprendidos al conocer la noticia. La mayoría de ellos pensaron que se trataba de un robo.
Mientras los habitantes hablaban del hecho, un viajero que había pasado por Meritxell para venir a Andorra, y que ignoraba los hechos del día anterior, dijo a los habitantes que había visto una bella imagen de la Virgen de Meritxell, en mismo pie del rosal, ese mismo día. Todos pensaron que la Virgen prefería estar en Encamp, donde la habían encontrado por primera vez. Así que lo comunicaron a todos los visitantes de Encamp. Agradecidos por la preferencia de la Madre Celestial, la pusieron en el altar mayor del templo parroquial. Cuando regresaron a Meritxell volvieron a encontrarla al pie del rosal. Además, alrededor del arbusto no había nieve, a pesar de la gran nevada de la noche anterior. Los habitantes de Canillo y Encamp, atónitos ante el milagro, construyeron una capilla en el lugar donde la imagen de la Santa había aparecido y la Virgen manifestó, de forma tan clara, su voluntad de estar allí venerada por habitantes de los Valles.
El santuario original era de estilo románico y fue reformado por completo en el siglo XVII. En 1972, el santuario se incendió, quedando destruido por completo. En el incendio desapareció también la talla románica de la Virgen, la más antigua del Principado, que hasta ese momento se adoraba. Se encargó la construcción de un nuevo santuario al arquitecto catalán Ricardo Bofill Levi.
El edificio tiene una mezcla de estilos y pretende fusionarse con el paisaje que le rodea. El nuevo edificio se inauguró en 1976. En su interior se continúa venerando una réplica de la talla románica de la Virgen que desapareció en el incendio

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