24 de septiembre de 2018

Nuestra Señora de la Merced

En época del dominio árabe de España, muchos cristianos padecieron la esclavitud y vieron en peligro la fidelidad de su fe y comenzaron a dudar. Allí aparece un laico llamado Pedro Nolasco (1182-1256) quien al ver tantos cristianos reducidos a esclavos por defender a Cristo, trata de conseguirles la libertad, ¿de que manera? Pagando con su propio dinero el rescate de muchos de ellos. Pero eran tantos los cristianos reducidos a la esclavitud, que el intento supera las posibilidades. Por tal motivo se retira a la vida contemplativa, se dedica a orar y ayudar al prójimo. En la noche del 1 al 2 de agosto de 1218 se le aparece la Virgen y le manifiesta que el camino no es retirarse, sino el de fundar una Orden que tomara como carisma especial la tarea de liberar a los presos cristianos.

Y así Pedro Nolasco y sus primeros compañeros visten el hábito y dan por fundada la Orden de los Mercedarios. La Orden se definía como: “Orden de la Merced para la redención de los cautivos”. La palabra Merced o Mercedes en el castellano del siglo XIII significa misericordia. Con el tiempo este término pasa a ser nombre propio y quedo Nuestra Señora de las Mercedes.

Santa María de las Mercedes es la la primera advocación mariana que llegó a América, en 1492, en el primer viaje de Cristóbal Colón, de la mano de los Frailes Mercedarios. Desde entonces podemos encontrarla, siempre, en la historia iberoamericana en general, y argentina en particular, acompañando al pueblo, y a los distintos próceres, durante la gesta de la Independencia

El general Manuel Belgrano puso en manos de la imagen de la Virgen su bastón de mando. La entrega se efectuó durante una solemne procesión con todo el ejército, que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado la batalla. Belgrano se dirigió hacia las andas en que era conducida la Virgen las Mercedes, y haciéndola bajar hasta ponerla a nivel, le entregó el bastón que llevaba, poniéndolo en las manos de la Virgen y proclamó a la Virgen de la Merced como Generala del Ejército.

Las religiosas de Buenos Aires, al tener conocimiento de estos actos de devoción, remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de la Virgen de la Merced para que los distribuyera a las tropas. Antes de partir rumbo a Salta, el batallón de Tucumán se congregó frente al atrio del templo de Merced, donde fueron entregados los escapularios. Tanto los jefes como oficiales y tropas los colocaron sobre sus uniformes.

A partir del año 1812, el culto a Nuestra Señora de las Mercedes adquiere una gran solemnidad y popularidad. En 1813, el Cabildo de Tucumán pide al gobierno eclesiástico la declaración del vicepatronato de Ntra. Sra. de las Mercedes "que se venera en la Iglesia de su religión" y ordena de su parte que los poderes públicos celebren anualmente su fiesta el 24 de septiembre .

Después del 31 de agosto de 1843, es declarada oficialmente Vice Patrona, jurando su día por festivo y disponiendo se celebre cada año una Misa solemne con asistencia del Magistrado y que por la tarde se saque la imagen de la Santísima Virgen en procesión, como prueba de gratitud por los beneficios dispensados.

La imagen de Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán fue coronada solemnemente, en nombre del Papa San Pio X, en 1912, al cumplirse el centenario de la batalla y victoria de Tucumán.

En 1943, el Presidente de la República, General Pedro P. Ramirez, por decreto aprobado el día anterior con sus ministros, dispuso reconocer con el grado de Generala del Ejército Argentino: "la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes, y la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen", imponiéndole la banda y faja que corresponde a los generales de la nación. El gobierno Argentino proclama así, solemnemente, ante el mundo, su religiosidad.


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