Fundado por capuchinos belgas a finales del siglo XIX, el pequeño pueblo de Mariamabad está situado en la provincia pakistaní de Punjab. El yacimiento objeto de estudio está compuesto por el pueblo propiamente dicho -unas 300 casas- y su gran complejo religioso, que incluye una iglesia, un huerto de mangos y una gruta coronada por una estatua de la Virgen María.
Desde la década de 1950, este pueblo católico se ha convertido en un centro de peregrinación. Con creciente intensidad desde la década de 1990, miles de peregrinos recorren a pie o en bicicleta grandes distancias cada año para celebrar la natividad de la Virgen María en Mariamabad.
Conocido como ziarat-e-maqadas Mariam, este ritual agotador pero lúdico es presumiblemente la mayor congregación cristiana del país, y culmina con una mela o festival de tres días celebrado en torno al santuario mariano. Mariamabad existe desde hace más de un siglo, lo que la convierte en uno de los asentamientos católicos más antiguos de Pakistán. Situado a unos 80 km de Lahore, la capital del Punjab, ocupa una superficie de 835 hectáreas y se ha convertido en el destino de más de un millón de peregrinos al año.
Mariamabad comenzó en 1892. Observando la miseria y la opresión de los cristianos recién convertidos en el distrito de Sialkot, el obispo capuchino Van Den Bosch compró 150 acres (0,61 km2) de terreno gubernamental por 650.000 rupias (29.545 dólares) para que los cristianos vivieran y trabajaran en él. En 1893, tres sacerdotes y tres familias cristianas se instalaron en esas tierras.
Los peregrinos viajan a pie, en carretas de bueyes, bicicletas, autobuses y camiones hasta Mariamabad. El santuario también alberga la iglesia de Santa María y San José, fundada por capuchinos belgas el 8 de diciembre de 1898.
Una característica destacada del santuario es la gruta mariana en una colina donde se alza una estatua de María de tres metros y medio.
Hay puestos de venta de carteles y tarjetas religiosas, cruces, rosarios, velas, varitas de incienso y otros objetos religiosos, así como bebidas frías, comida y dulces para atender a los peregrinos que viajan desde todo Pakistán e incluso del extranjero.
El 10 de septiembre de 2005, unos hombres armados que esperaban cerca del pueblo pararon los autobuses que traían peregrinos y robaron a los pasajeros sus objetos de valor.
La Comisión Nacional Católica de Justicia y Paz también presentó una denuncia formal ante la policía contra las personas que saquearon los autobuses, maltrataron y registraron a las mujeres y profanaron la Cruz en la peregrinación.
En septiembre de 2005, católicos de todo Pakistán participaron en el primer Congreso Eucarístico Nacional del país. Más de 100.000 católicos acudieron a honrar públicamente la Eucaristía durante los tres días que duró el evento. El evento se organizó bajo la dirección del arzobispo Lawrence Saldanha, de Lahore, presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán.
Pero las fronteras son porosas y el lenguaje de la práctica ritual utilizado en este lugar refleja el de las dargahs islámicas y las yatras hindúes. Esto permite una amplia participación de protestantes, musulmanes e hindúes que buscan las bendiciones de la Virgen en relación con votos específicos.
En 2006, el párroco era el padre Emanuel Bernard.
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