Una bella pintura que se encuentra en el Quirinal y que tiene un gran significado teológico.
Entre los frescos del Palacio del Quirinal podemos encontrar una de las pinturas más amadas de San Pablo VI, una imagen poco común: “La Virgen de la costura”. Esta es su historia…
El palacio que se encuentra en uno de las siete colinas de Roma, el Quirinal, es muy conocido actualmente por haber sido la residencia oficial del rey de Italia desde 1870 y luego del presidente de la República Italiana, desde el 1946.
Fue comisionado por papa Gregorio XIII, en el 1573, convirtiéndose en el Palacio Apostólico del Quirinal.
Pero quien la llevaría a su esplendor es papa Pablo V quien consolidó el palacio como residencia permanente de los papas.
El Quirinal acogió a 30 papas, desde el Papa Gregorio XIII hasta el Papa Pío IX.
Durante su pontificado, llamó a importantes arquitectos y artistas, como Guido Reni, que pintó junto con la colaboración de otros artistas, la rica capilla decorada dedicada a la Anunciación. Aquí, entre los frescos se encuentra esta curiosa pintura: “La Virgen de la costura”.
En esta pintura, bastante inusual, se puede ver a la Virgen María, con aguja e hilo en mano, apoyando su trabajo en un almohadón sobre sus rodillas.
A sus lados, se encuentran dos “ángeles anunciadores” y arriba dos angelitos, llamados «putti», que sostienen en sus manos unas cintas con el siguiente texto: “La Virgen concebirá y dará a luz un Hijo” y “Aquel que desde el principio trae a su tiempo los acontecimientos”.
La imagen que tanto amaba Pablo VI, como dijimos, no era tan querida para algunos cardenales, que no entendían mucho el porqué de ver a Nuestra Santa Madre en un “quehacer tan común y ordinario”.
Sin embargo, es un preludio de uno de los “grandes misterios” de quien fue elegida por Dios, como Madre de su Hijo y Madre de la Iglesia: Una escena que precede a la “Anunciación”.
Según la leyenda áurea, esta fase de la vida de María se caracterizó por la oración diaria y el trabajo de aguja que la hicieron más santa mientras experimentaba la constante compañía de los ángeles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario