Del sitio Santuario de Meritxell:
Cuenta la leyenda que, el día de Reyes, un pastor
que se dirigía a Canillo para asistir a la misa de una fiesta tan
señalada, al pasar por donde hoy se levanta el santuario, vio un rosal silvestre florecido en pleno invierno, bajo el cual había una bella imagen de la Virgen.
Bajó corriendo a entregársela al cura de Canillo y se la llevaron a la
iglesia del pueblo, colocándola en el altar mayor, prometiendo construir
una iglesia para guarecerla.
Al día siguiente, el sacristán de la parroquia, al abrir la puerta de
la iglesia, echó en falta la imagen de la Virgen, que apareció
nuevamente al pie del rosal silvestre florecido, cerca de Meritxell.
Decidieron entonces que si la virgen no se había quedado en Canillo era
porque no quería estar allí, y que tal vez prefería estar en la cercana
población de Encamp. Los ciudadanos de Encamp la guardaron en su
iglesia, prometiendo construir en su honor una bella iglesia. Al día
siguiente, el hecho se repitió: la virgen había desaparecido. Los
vecinos de Encamp volvieron a Meritxell, y otra vez encontraron la
virgen al pie del rosal silvestre, limpio de nieve, por más que la noche
antes hubo caído una gran nevada.
De nuevo, los presentes gritaron el milagro y entendieron que aquel
era el emplazamiento en el que la virgen quería quedarse. Reunidos los habitantes de Canillo y de Encamp, construyeron la capilla exactamente en ese lugar: el actual Santuario de Meritxell.
27 de octubre de 2019
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