9 de agosto de 2018

Nuestra Señora de Nagasaki

Cuando la persecución contra el cristianismo en Japón terminó en 1878, los cristianos de Urakami comenzaron a construir una catedral. 

Después del trabajo de treinta años, fue concluida y dedicada a la Inmaculada Concepción. Una estatua de la Inmaculada Virgen María, tallada en madera en España, se colocó sobre el altar mayor de la catedral. 

 El 9 de agosto de 1945, a las 11.02 A.M., explotó la bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki. La catedral estaba justo en el centro de la explosión y fue destruida por completo. Se dice que las bombas atómicas llevaron a unas doscientas mil personas a una muerte inmediata en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, que alrededor de seiscientos mil personas fueron contaminadas por la radiación: trajeron y siguen trayendo a través de muchos de los supervivientes, los efectos letales transmitidos a generaciones sucesivas. La mayoría de las víctimas eran no combatientes.  

 Por otra parte tenemos que recordar a esas víctimas "desconocidas" de la bomba, los coreanos, chinos, taiwaneses y otros asiáticos que fueron obligados a ir a trabajar a Japón durante la guerra.  En la parroquia de Urakami, murieron alrededor de 8.500 fieles de los 12.000.  

 Seis días después del bombardeo de Nagasaki, la guerra llegó a su fin.Dos meses después, un monje trapense, p. Noguchi (muerto en 2001), natural de Urakami y que vivía en un monasterio en Hakodate (en Hokkaido, la isla norte de Japón), regresó a su ciudad natal, que fue completamente destruida. Distraídamente, se sentó encima de los escombros de las cuales, anteriormente, había sido la catedral de Urakami. Al rezar a la Santísima Madre a la que se dedicó desde su infancia, vio bajo sus pies algo ... que era la cabeza de la estatua de María Inmaculada, una vez colocada sobre el altar. Con emoción y agradecimiento por el hallazgo inesperado, el monje se la llevó a su monasterio de Hakodate y siguió rezando en frente de la estatua por el don de la paz. En 1975, treinta años después de la explosión de la bomba, el p. Noguchi decidió regresar la estatua a la parroquia de Urakami. En Nagasaki, la estatua comenzó a ser llamada "Hibaku no María."

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