17 de marzo de 2025

Nuestra Señora de Narros o la Virgen del Almuerzo


Del sitio Camino de Soria

A finales del siglo X, según la tradición, temerosos los cristianos de esta comarca, por la invasión musulmana, que venía destruyendo toda manifestación religiosa, con el fin de evitar la profanación de la Virgen resolvieron ocultarla, como hacían por otras aldeas cristianas, y en efecto una noche subiéronla a la cumbre de un cerro próximo a la villa de Narros y abrieron una concavidad para colocar la imagen.

A la noche siguiente llevaron una campana para colocar bajo la Santísima Virgen, y así les sirviera como fanal, protegiéndola de la humedad y de las aguas; cubrieron la concavidad con piedras y maleza disimulando así aquel tesoro. Junto a la Virgen pusieron una cruz muy apreciada por los feligreses. 

Pasaron los siglos y el recuerdo de aquella santa Virgen, quedaba ya muy debilitado y nadie sabía dónde había sido ocultada. Pero a principios del siglo XIII, ocurrió el milagro de su aparición. En una bella y serena mañana de verano al amanecer, unos pastores iban camino de soltar sus ganados, cuando en medio de un silencio matinal oyeron el sonido de una campana como si tocara al alba. Sorprendidos por no haber oído nunca por allí tal campana, ni tener noticia de ninguna iglesia próxima, no le dieron más importancia, pero al anochecer volvieron a escuchar el mismo toque de la campana, y así fue también al día siguiente. 

Intrigados y sorprendidos ya por tan insistente sonido de la campana, lo comunicaron a sus familias y amigos, quienes acudieron en tropel a oír tales campanadas misteriosas. Subieron al cerro y comenzaron a cavar y descubrir el lugar donde salían los sonidos y al poco tiempo apareció la campana enterrada, que despedía un resplandor; la levantaron y apareció la Virgen Santa.

Admirados y enfervorizados decidieron levantarle una ermita para darle culto, pero como era muy difícil y costoso construirla en el cerro y la mayoría de los fieles no podrían subir con frecuencia, resolvieron construirla en la falda de la sierra y colocar allí también la campana que había servido durante siglos de concha maravillosa a tan preciosa perla. Y así fue y el júbilo de los pueblos del contorno fue indescriptible al saber que la Virgen aparecida era la que siglos antes había sido la misma que sus antepasados ocultaron en el cerro citado.

El Reverendo P. Damián Janáriz en su Manuscrito inédito, autor de lo que hemos copiado, nos dice, al tratar de la Virgen del Almuerzo:

"Sólo un hecho nos ha transmitido la historia y la tradición constante de padres a hijos y es: la visita de los Infantes de Lara ...", y nos relata, con su sencillez y credulidad infantil, una fiesta de tales infantes habida después de una batalla, al mismo tiempo que señala la existencia en la ermita de Narros de "una estampa de la Santísima Virgen del Almuerzo y al pie de ella se grabó la imagen de los siete Infantes de Lara, blandiendo la espada en ademán de defender la imagen de la Virgen, la Religión y la Patria".

Y añade además: "Se cree que los Infantes de Lara, murieron en el valle de Arabiana, al pie del Moncayo, muy cerca de la Cueva de Ágreda. Como recuerdo y monumento que perpetúa la memoria de haber descansado y almorzado los Infantes en la cumbre de la Sierra los pueblos la denominaron en adelante la Sierra del Almuerzo, o de los Infantes, y al cerro donde estuvo durante dos siglos escondida debajo de la campana 'el Cerro de la Campana'».

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