Del sitio Misioneros Digitales Católicos:
Hay días y días, pero ella siempre está.
Hay días en los que el sol
brilla y vemos los milagros alrededor.
Hay días que parecen noches de
tormenta y nos invade el temor.
Hay días tristes, en los que nos duelen
las heridas, la injusticia, el error.
Más allá de la circunstancia, la
Virgen siempre está para abrazarnos con amor.
Querida Madre, fuente de ternura y consuelo,
ayúdanos a encontrar la
paz que viene de Dios.
Guíanos al hablar y al obrar, protégenos bajo tu
manto.
Santa María, recuérdanos que como Iglesia esperamos contra toda
esperanza.
¿Qué decirte sobre los tiempos difíciles?
Tú viviste el
desarraigo, el rechazo, el calvario.
Y aquí estás, rogando por nosotros,
preocupada por nuestras penas.
Gracias, Madre, por darnos fuerzas con
tu testimonio de fe.
Amén
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